La Luna Del Beta
Era mi décimo octavo cumpleaños, la edad en la que se supone ya podemos encontrar a nuestro mate. Algunos lo hallan al instante, y otros pueden pasar siglos en busca de su compañero destinado por la Diosa Luna.
Era una noche de luna llena y me encontraba en el bosque, a la orilla del río. Acababa de cambiar por primera vez; había pasado mi transformación sola y, por eso, había tomado todos los recaudos. Llevé una muda de ropa, ya que la que tenía se haría trizas al cambiar a mi forma lobuna, y la había dejado preparada detrás de un árbol para poder vestirme al regresar a mi forma humana.
Ya me había cambiado, solo me faltaba calzarme, cuando percibí un aroma exquisito. No pude evitar respirar con fuerza: necesitaba llenarme de aquel olor. Se sentía tan bien, era como si me completara. Mis fosas nasales se abrían al máximo intentando absorber lo más posible de aquel aroma y entonces lo supe: mi compañero estaba cerca.
—Mate —dijo mi loba a través de nuestro enlace mental.
Mi corazón se precipitó; parecía que iba a escapar de mi pecho. Estaba tan feliz que no podía contenerlo. Mis ojos se abrieron, buscando casi con desesperación al dueño de aquel delicioso olor. Miraba en todas direcciones y solo tuve que seguir el rastro.
Al principio caminé con cautela, pero a medida que sentía el aroma más cerca, corría casi desesperada, con miedo de perderlo. Y entonces lo vi. Estaba parado de espaldas, contemplando el agua absolutamente tranquila del río que bordeaba gran parte del bosque.
Una sonrisa se dibujó en mis labios al ver su silueta recortada por la luz de la luna en medio de aquella oscuridad. Sin dudarlo, me acerqué a su encuentro, feliz, aún con la sonrisa en el rostro y tan deprisa que juro que estaba corriendo.
—¡Compañero! —fue lo único que alcancé a decir mientras me acercaba.
Y fue allí cuando él, mi mate, se giró. Mi rostro dio de lleno contra un puño: era lo único que me esperaba de él.
Entre la oscuridad de la noche y la felicidad que me embriagaba, no había prestado atención a ese detalle: su brazo extendido, el puño cerrado esperando el impacto. El golpe me hizo caer sentada en el suelo. No pude evitar llevar mi mano a la boca; allí me había golpeado. La sorpresa hizo que tardara en darme cuenta de que sangraba: el golpe había cortado mi labio.
Me quedé anonadada, allí en el suelo, sin moverme, sin entender nada.
—¿Com… compañero? —pregunté con duda. Aquella acción y la penumbra solo me generaban miedo.
Entonces él se acercó, y lo vi. Vi su rostro y entendí todo. Mi compañero de vida, mi mate, mi vínculo para fundir mi alma y ser uno solo, no era otro que el Alpha Kyle Kinnaman.
Ahora sí entendía todo. Había temido tanto este día que la felicidad de haber encontrado a mi compañero me nubló el juicio por unos instantes, pero la realidad me había golpeado, y de forma literal.
Kyle Kinnaman era el Alpha de la manada Niebla Invernal. Un hombre de unos treinta años. Todo un depredador: temido y respetado, más por miedo que por otra cosa. Sanguinario, violento, y con la costumbre de usar las armas como primera medida. Las guerras más sangrientas de los últimos años las había encabezado él mismo, y siempre había salido triunfador.
Era frío y calculador. También un conocido mujeriego: vivía en burdeles y tenía amantes en todas las manadas cercanas.
Lo peor era que nos conocíamos. Y él, al ser mayor que yo, ya sabía de nuestro vínculo, pero jamás me reclamó. No me extrañó: me había despreciado desde el primer momento en que un oráculo predijo nuestra unión.
Aún lo recuerdo como si fuera ayer. Tenía doce años cuando los sabios del consejo llegaron a mi casa para darme esa información. Él llegó más tarde y, cuando se lo comunicaron, su rostro se transformó. Me dio miedo. Su aura pesada y furiosa se hizo tan densa que parecía ahogarme; la fuerza de su presencia aplastaba mi pecho y me dificultaba respirar. Recé a la Diosa Luna para que aquel oráculo estuviera equivocado, para no tener ningún vínculo con ese hombre.
Pero allí estaba, frente a mí, con su mirada siniestra fija en mis ojos, como si quisiera matarme con ella. Yo seguía en el suelo, inmóvil.
Se inclinó hacia mi rostro. Por instinto me alejé apenas, lo cual le provocó una media sonrisa, como si mi miedo lo alimentara.
—¿Compañero, has dicho? ¿Qué te hace pensar eso? —me habló casi en un tono burlón.
No sabía por qué, pero sentía pánico. Las palabras no salían de mi boca. Entonces su rostro se tornó serio y me gritó:
—¡Respondé!
—Su aroma… su aroma me hizo saber que…
—Esto será divertido.
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...Buenas noches a todas y todos 🌙...
...Aquí empieza una nueva novela, esta vez relacionada con el mundo de los hombres lobo 🐺✨...
...Espero que me apoyen, ya que estaré participando en un evento de la aplicación con esta temática 💫...
...Iré subiendo capítulos lo más seguido posible y actualizando Mi problema eres tú....
...Y a quienes no la han leído aún, pueden pasar por Una segunda oportunidad, que es mi primera novela, ya completa 🤗...
...¡Muchas gracias! 💕...
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Comments
Elda Marquez
apenas empiezo a leer tu novela, y ya me gustó....las de lobos son mis favoritas
2025-07-30
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Emilia Romanof
Este mate esta loco😂😂😂😂
2025-07-04
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Estrella Guadalupe Martinez Vera
que feo que le haya tocado ese tipo como mate hay veces que la Diosa Luna se equivoca 😞 y feo
2025-06-13
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