Yeong, líder implacable de una peligrosa mafia en Corea del Sur, no cree en el amor y vive en un mundo donde los sentimientos se pagan con sangre. Tae-Joon, un brillante estudiante de derecho, cree en la justicia y sueña con cambiar el mundo.
Cuando el destino los cruza, secretos y lealtades serán puestos a prueba.
¿Puede el amor sobrevivir cuando se construye sobre un crimen?
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Capitulo XIX(Comienzo del cambio, Caída del enemigo)
Luego de tener ese encuentro Yeong vuelve a casa, solo. Se encierra en su habitación.
Saca una caja vieja, dónde tiene guardadas fotos y ropa que dejó Tae. Mira su reflejo en el espejo.
Por primera vez se pregunta:
y: ¿Que soy sin este mundo?¿Sólo un arma vacía?¿un mounstro?
Y entonces con el alma rota, decide que es momento de dejar el pasado atrás, cortar lazos con ese mundo al que su padre lo arrastró. Quería cambiar. No solo por él, sino por el hombre que amaba. Aquel hombre al que su padre tanto daño le causo.
Empieza a cortar lazos con los aliados que tenía, junta expedientes y pruebas para dárselas a Tae.
Deja de ordenar asesinatos, incluso pide a sus hombres qué destruyan una red de trafico de niños, en secreto ayuda a esos niños a regresar con sus padres.
Pero no sé lo dice a nadie.
No buscaba el perdón. Solo quería dejar una marca diferente antes de desaparecer.
Por otro lado, TAE estaba muy confundido, no sabía si cuando capturaran a Yeong sería capaz de presentar las pruebas para juzgarlo. Tenía el corazón dividido en dos. Por un lado el hombre que amaba y por el otro su carrera, su mayor sueño.
Estando sentando en su oficina recibió una noticia. Habian capturado a Salvatore, Y él tenía todas las pruebas para undirlo.
Su momento había llegado, su mayor enemigo cayó. Emocionado salió de prisa llevando cada hoja de su expediente. La prensa lo esperaba.
T: “Hoy no celebramos una victoria personal. Hoy celebramos que la justicia, por fin, alcanzó a alguien que durante años creyó estar por encima de ella. Salvatore, uno de los criminales más peligrosos de nuestro tiempo, ya no podrá seguir destruyendo vidas ni sembrando miedo.
No fue fácil llegar hasta aquí. Lo que ven hoy es el resultado de años de trabajo, sacrificios y heridas que no siempre se ven. No busqué venganza. Busqué justicia. Y eso es lo que cada ciudadano merece: vivir en un país donde la ley no se dobla ante el poder, el dinero o el miedo.
Algunos dicen que soy joven para declarar una guerra contra los criminales más temidos. Tal vez lo sea. Pero la edad no define la fuerza de una convicción. Yo perdí a mi padre a manos de esta clase de hombres. Y durante mucho tiempo viví con la rabia de no poder hacer nada. Hasta que entendí que la ley también puede ser un arma… si se empuña con firmeza, con ética, y con valor.
Esta no será la última captura. Este es solo el comienzo. A todos aquellos que aún creen que pueden esconderse tras sus imperios de sangre: los estamos viendo. No importa cuánto tiempo pase. Vamos por ustedes. Y lo haremos por cada víctima que nunca tuvo voz.”
La noticia se difundió rápidamente por todo el país, Tae era el fiscal que estaría a cargo de su caso. No solo eso, también es su abogado. Por lo que Salvatore no tenía oportunidad de escapar de la ley.
Por muchos años Tae estuvo esperando ese momento, aunque muy en el fondo tenía miedo. No por atrapar a Salvatore, sino por qué sabía que ahora le exigirían qué presentará las pruebas en contra de Seonho " el hombre que tanto amaba" .
