Dereck Cooper

Cerró la puerta con seguro y caminé hasta quedar junto al espejo, cosa de quedar lo mas lejos posible de él. Su mano se posó en la perilla de la puerta y suspiró con fuerza antes de girar y verme directamente a los ojos.

—Le haré un memorando por abandono de puesto y créame que estoy siendo considerado solo porque sé que necesita el dinero para salir adelante, según usted — tragué saliva, ¿Por qué está tan molesto?.

Si, cometí un error, pero no es para tanto. También tiene otras secretarias las cuales no ocupa, no sé porque a ellas no les exige y les pide como a mí. Dio un paso al frente y sentí la habitación demasiado reducida. No se supone que debamos estar a solas acá y con la puerta asegurada. Se podría entender de mal.

—Las horas serán descontadas de su paga…

—¿Pero por qué? — enarcó una ceja divertido —. Tampoco como que me hubiese ido del evento, Sr. Cooper. Además, no he abandonado mi puesto de trabajo por ningún momento. Aquí estoy por si no se ha dado cuenta. Usted mismo me dijo que me hiciera cargo de las modelos, eso hice…

—Que excusa tan barata se ha inventado, Wilson — sonrió dando un paso más hacia mí —. Tendré que hacerle una lectura exhaustiva sobre el reglamento de la empresa. Y antes que me diga o salga con alguna estupidez,

estos dos días que quedan de evento la quiero ver caminando junto a mí. Literalmente seremos uno solo. ¿Entiende lo que le digo, Wilson? — asentí con la cabeza, su mirada me tiene con los nervios a flor de piel.

—Por supuesto, Sr, Cooper, cuente con mi entera disposición — sonrió, ¿por qué está sonriendo tanto? Eso es muy extraño de su parte —. Ahora bien, ¿necesita que le ayude en algo más, Sr. Cooper? Pensé que, una vez finalizado el evento, cada quien se iría para su casa.

Negó apoyando una mano en la silla que nos separa.

—Aún queda el banquete, Wilson. ¿No tiene hambre? Porque yo sí… y mucha — hizo la silla a un lado y mi pulso se aceleró a mas no poder. Por que me mira de esa manera tan extraña. Sera que tengo algo en el rostro y no me he dado cuenta.

Desvié la mirada había el espejo y lo próximo que pude asimilar fueron sus brazos atrapando mi cuerpo en el mueble del espejo. Sus brazos están tensos a los costados de mi cintura, sin llegar a tocarme. Levanté la mirada y me encontré con esos ojos tan lindos, que, viéndolos mas de cerca, son de un verde extremadamente hermoso. Su respiración esta muy tranquila mientras la mía es inexistente.

—¿Qué cree que esta haciendo? — susurre débilmente, sus labios se curvaron casi mortalmente atractivos en una sonrisa. Sus ojos se posaron en mis labios por breves segundos antes de volver a mis ojos.

—Ese vestido le queda muy bien, Wilson. Ya no luce tan payasa… — calló soltando una ligera y suave risa.

—¿Seguirá burlándose de mí, si me coloqué esto es porque usted así lo exigió no porque me agrade estar mostrando lo que no tengo? Eso ya lo sé, no hay necesidad que se burle cada que tiene oportunidad de mí.

—No me estoy burlando, estoy haciéndole un cumplido, Wilson — enarqué una ceja. Vaya cumplido —. Dígame, ¿por qué esconde ese buen cuerpo bajo esas ropas tan horrendas?.

—Porque eso es algo que no le importe ni le incumbe, Sr. Cooper. Ya se desvió del tema importante aquí. ¿Qué necesita que haga más? — sonrió ladeado relamiendo sus labios pausadamente. Imbécil egocéntrico.

—Usted nunca se calla, ¿verdad? Siempre tiene algo con que atacar, Wilson — echo la cabeza hacia tras mirando cada centímetro de mi cuerpo —. Estoy muriéndome de hambre y usted me tiene acá haciéndome perder

el tiempo con tanta habladuría.

—Pues vaya y coma, Sr. Usted es el que me ha hecho… — mis palabras han quedado atrapadas en su boca.

Mi corazón chocó bruscamente contra la pared que lo cubre de todo. Mis piernas flaquearon ante los húmedos labios de mi jefecito ogro. La rabia me había hecho perder la razón, no recordaba que lo tenia tan cerca y que, fácilmente podría hacer una cosa así, Cosa que no me esperaba, desde un principio le he parecido una mujer fea. No entiendo que le hace hacer esto.

Está loco. Sí, es eso.

Abrí los ojos de golpe y reaccioné ya cuando su mano me apegaba contra su duro cuerpo. Un quejido salió de mi boca al tiempo que traté separarme de él, esto no debería de estar pasando. Él no debería estar besándome, pero mis labios traicioneros no pretenden despegarse de esos labios tan húmedos, expertos y delicados. Su lengua humedeció mis labios estáticos, justo para que los separara y le diera plena entrada a ella. El sabor de su aliento me llevó por pocos minutos a la confusión. Connor nunca me había besado de esta manera. Nunca me había hecho temblar y erizar ante el roce de nuestros labios y lenguas. El Sr. Cooper apretó mi cintura y un gruñido salió del fondo de su garganta ahogándose en la mía. Presentí algo duro en el centro de mi estómago, cosa que me hizo jadear de impresión. Coloque ambas manos en su pecho, en su duro pecho. Primero para no caer, aunque él me sostenía fuerte en sus brazos, y segundo, traté de empujarlo hacia atrás con las pocas fuerzas que tenían mis

brazos. Su otra mano se afianzó a mi cuello, obligando a mis labios a seguir unidos a los suyos.

—Wilson, dígame que me detenga o usted será mi cena en este momento — susurró contra mis labios con la respiración agitada. Tragué todas las emociones que me dominaron en ese momento, y lo empujé con todas mis

fuerzas.

Mi mano se movió por sí sola contra su rostro. La mirada oscura de hace momento se ha transformado en una de impresión. Yo no soy una cualquiera como para que sea tan atrevido de hacer este tipo de cosas. Claramente no sabe quien soy.

—Que sea la ultima vez que haga una cosa de estas, me entiende señor, o se me olvidará que usted es mi jefe. Créame que no me temblará la pata para ponérsela en esos huevos y patearlos como si fueran balones — advertí, pasé por su lado y salí con el corazón a mil por segundo del camerino.

No tiene descaro, primero me insulta y se burla de mí en mi propia cara. Luego me está besando y diciendo esas cosas. Es un engreído que se cree tenerlo todo a sus pies.