Ella solo quería su amor pero él no estaba dispuesto a entregarle nada.
Después de la boda se encargaría de que ella se olvidara de un final feliz juntos para siempre.
Una matrimonio lleno de engaños, una mujer con el corazón roto. ¿Podrán resolver sus diferencias? o ¿Terminarán por destruirse el uno al otro?
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Tiene que ser una broma
—¿Haz sabido algo de esa mujer?
—¿Qué mujer señora?
—La que Andrey tiene en su cobertizo— Nadie se atreve a mencionar nada y no puedo volver a ese lugar porque Andrey puso dos de sus guardias de seguridad a vigilar el lugar. Además, yo tengo mucha curiosidad por saber cuando nacerá ese bebé y sobre todo, ¿Qué pasará después?
—No señora, todos tenemos prohibido hablar sobre eso y no es como que sepamos mucho al respecto. El señor Volkov no quiere que la gente en el exterior vaya a enterarse.
Como es posible que Volkov no tenga ni una pizca de arrepentimiento ante lo que está haciendo. Me cuesta entender como pudo fingir también ser una persona gentil y cariñosa.
—Señora Paula, tiene que firmar estas autorizaciones para el banquete del baile— Agatha se acercó a nosotras con una carpeta en su mano.
—¿Yo? ¿Qué no se supone que esto lo debería firmar Andrey?
—El señor Volkov está muy ocupado para atender estos asuntos, por eso la dejo a usted a cargo.
¿Para estás simples cosas es para lo que me necesitaba? Pero bueno, al menos es mejor que tener que elegir el color de las servilletas. Con esto puedo mantener mi mente ocupada un tiempo.
Firmé los documentos y se los devolví.
—A todo esto, Agatha. ¿Cuándo se supone que será el baile?— No he hecho nada en estos días más que firmar documentos, así que supongo que la fecha debe estar muy alejada.
—Mañana en la noche.
—¡MAÑANA EN LA NOCHE!!! ¿Y no se les ocurrió decirme?
—Todo está listo señora, yo me he estado encargando de todo desde el primer momento en el que supe de su boda. Es una tradición para nosotros presentar al cónyuge en una gran fiesta.
—Pero, ¿Qué se supone que me pondré? no tengo ningún vestido adecuado.
Esto es una broma, ¿no? de seguro Agatha solo quiere preocuparme. ¿Cómo voy a presentarme ante tantas personas, ni siquiera hablo ruso?
—Por su ropa no se preocupe, el señor Volkov ha mandado a preparar algo especialmente para usted.
No se si eso debería tranquilizarme, con mi padre he ido a muchas fiestas y reuniones, además desde pequeña tomé clases de etiqueta, no es que me sienta insegura en ese aspecto, lo que me preocupa, es que no tengo ni idea de como debo comportarme en una fiesta en la que yo soy la anfitriona, mucho menos, una fiesta en la que la diferencia cultural es sumamente grande.
—Anika tienes que ayudarme, no se que cosas deberé hacer, ¿con quién debo hablar? ¿con quién no?
—No se preocupe señora, yo estaré con usted en todo momento para lo que necesite— Bueno, eso si que son buenas noticias.
~Día del baile~
La casa estuvo hecha un caos todo el día, habían un montón de personas yendo de un lado para el otro, limpiando y acomodando cosas. Anika me mantuvo encerrada todo el día en mi habitación, arreglando mi cabello, mis uñas, dándome masajes, un baño relajante y maquillándome. Me siento muy mal por que ella tenga que encargarse de todo sola pero, no quiero a nadie obligado a estar junto a mi con mala cara.
—Aquí está su vestido, señora Paula.
La muchacha entró a la había con un hermoso vestido de gala en color amarillo de un solo hombro, estaba un poco ajustado arriba pero a medida de que bajaba se iba soltando más y más dando una sensación de ligereza.
—Gracias, Anika. Saldré enseguida.
—Señora es que...—Ella seguía sosteniendo el vestido dudosa.
—¿Qué sucede? Dámelo, tenemos que darnos prisa.
—Lo que pasa es que falta...— En ese momento entró Agatha sosteniendo algo abultado en sus manos.
—No hay tiempo que perder señora, por favor quítese la bata.
—¡Disculpa!! ¿Cómo que me quite la bata?— ¿A esta que le picó el día de hoy? ¿Es acaso una nueva forma de fastidiarme?
—El señor Volkov pidió que le pusiéramos esto.
—¿Qué es eso? no entiendo.
—Como sabe, el señor tendrá pronto un hijo pero, nadie debe saber que ese niño nacerá fuera del matrimonio por lo que está noche usted se hará pasar por su esposa embarazada.
Esto tiene que ser una broma. Él quiere que me ponga eso y finja estar embarazada para que después nadie sospeche de donde ha sacado a su hijo.
—No voy a hacer eso. Si Volkov quiere tener un hijo legítimo entonces que se divorcie de mí y se case con esa mujer.
—¿Recuerdas lo que te dije?— Andrey entró a mi habitación terminando de abrochar algunos botones de su camisa —Si quieres ver a tu mamá te pondrás eso.
—¿Cómo puedes hacerme rebajar así? ¿No te da vergüenza?
—Es lo que conlleva ser la señora Volkova. Ahora, date prisa, tienes 5 minutos, los invitados han comenzado a llegar.
Tan pronto como el abandonó la habitación, Anika se acercó y me despojó de mi bata, sin perder tiempo Agatha acomodó en mi plano abdomen el vientre falso que había traído que me hacía lucir como si tuviera un embarazo de más de 8 meses.
Una vez que me acomodaron el falso vientre y se aseguraron de que estaría muy bien sujeto toda la noche me ayudaron a ponerme el vestido. Definitivamente si parecía una mujer embarazada, además, este vestido era perfecto para relucir una gigantesca panza, nadie sospecharía nada. Andrey pensó en todo al parecer.
Es gracioso, me estoy haciendo pasar por una mujer embarazada cuando aún ni siquiera he consumado mi matrimonio con mi esposo.
—Está muy hermosa señora Paula, de seguro será aún más hermosa cuando este en la espera de su propio hijo— Anika trató de animarme mientras salíamos de la habitación hacia la fiesta.
—Me siento ridícula, ¿Qué se supone que le diré a todos? que me casé con Volkov porque estaba embarazada.
—Tranquila, señora Paula. Se que usted se las arreglará para escaparse de esas preguntas.
Justo al inicio de la escalera me encontré con Andrey, este me brindó su brazo el cual tome sin darle muchas vueltas al asunto.
—Ves que no te costo nada, de hecho, incluso te ves adorable.
—Solo estoy haciendo esto para poder ver a mi madre, no para darte el gusto.
A mitad de las escaleras los invitados parecieron vernos y comenzaron a aplaudir. No me quedo de otra más que brindar una forzada sonrisa. Esta sin duda promete ser una noche larga.