Un Matrimonio Por Conveniencia.

Abi regresa al país después de varias horas de vuelo. En su casa la espera su madre para darle la bienvenida después de una semana sin verla. Su padre no se encuentra en la casa, debe estar en la empresa. Analia la abraza con fuerza y Abi le devuelve el abrazo. María les prepara una merienda y juntas se sientan en el comedor. Su madre quiere saber que hizo en Italia estos días.

—Dime mi amor... ¿Que has hecho en tu viaje? ¿Te has divertido?

—Mamá no vas a creer todo lo que paso, podría escribir una novela —Abi comienza a relatarle todo lo sucedido a su madre, quien escucha con asombro.

—Francesco capelli ¿Por qué me suena ese nombre?—se pregunta Analia.

—Me enamore mamá, me enamore de él en solo una semana, ¿puedes creerlo? —dice Abi, con tristeza en su voz.

—No te preocupes hija—acota Analia, tomando la mano de Abi—si su amor tiene que ser, será. El destino se encargará de juntarlos.

—Si mamá, hicimos una promesa, nos encontraremos dentro de un año, en la Toscana.

—Abi... tu sabes que nadie está obligandote a casarte con Luca Chiaraviglio.

—Lo sé mamá, pero yo quiero hacerlo, no voy a permitir que ese hombre se quede con todo lo que es nuestro.

—Esta bien hija, se que una vez que te separes de él, serás feliz con Francesco Capelli, y eso será suficiente para nosotros.

—Así será mamá.

Los días de la semana pasan volando. No puede creer lo mucho que extraña a Francesco. Por suerte tiene mucho trabajo en la empresa, lo que mantiene ocupada su cabeza, en dos semanas tienen que presentar los últimos modelos de autos, en una exposición internacional en Italia, "¿Estará allí, Francesco?" se pregunta Abi.

Desde la última llamada no ha vuelto a saber de Luca Chiaraviglio. Que estará tramando ese hombre, seguramente no pasarán muchos días más, hasta que tenga noticias de él.

Finalmente Abi termina su trabajo de la mañana y quiere almorzar con su padre, por lo que juntos van a la cafetería del edificio, donde otros empleados también están comiendo.

—Gracias por almorzar conmigo papá—le agradece Abi con una hermosa sonrisa.

—Gracias a ti hija por acompañarme, tengo mucho trabajo, al igual que tu. No puedo volver a casa a almorzar con tu madre.

—Lo sé papá, la exposición en Italia nos tiene bastante ocupados, pero saldrá todo bien vas a ver y es una oportunidad única para captar inversores.

—Eso mismo pensé Abi, tienes mucho trabajo, ¿quieres que ponga a alguien que te ayude?—pregunta Pedro, al ver lo agotada qué está su hija.

—Claro que no papá , dejamelo a mi. Yo me haré cargo.

—Esta bien Abi, serias un gran ceo, deberías estar ocupando mi lugar, se te dan los negocios mejor que a mi.

—Sabes que no quiero serlo papá. Sin embargo, siempre estaré apoyándote en todo — en ese momento el telefono celular de Pedro comienza a sonar, interrumpiendo la charla entre padre e hija. Cuando ve la pantalla nota que aparece el nombre de Luca Chiaraviglio y la cara de Pedro se pone pálida, llamando la atención de su hija.

—Papá ¿qué sucede? ¿Quien es?—pregunta Abi preocupada.

—Es Luca Chiaraviglio, hija.

—Atiende papá —Pedro atiende la llamada y del otro lado del teléfono escucha la voz de Luca comunicándole que está misma noche quiere cenar con ellos para firmar el contrato matrimonial y poner fecha para el casamiento. Abi está de acuerdo y Pedro corta la llamada. Al fin conocerá cara a cara a Luca Chiaraviglio, esta noche comienza su tortura durante un año, todo sea por la empresa y su familia.

—¿Estás segura de lo que vas a hacer, Abi? Aun estas a tiempo de rechazar la propuesta.

—No papá, me casaré con él, ya esta decidido.

—Quizás te enamoras de él, mi amor.

—Nunca papá, ya estoy enamorada de otra persona y Luca Chiaraviglio no se merece ni un poquito de mi amor.

Abi termina de almorzar con su padre y sigue trabajando en la exposición. Termina el día de trabajo y se retira a su casa.

Después de hacer un poco de ejercicio, se toma una ducha refrescante y se pone un vestido de los que le regalo Francesco, al menos quiere tenerlo presente en ese momento, en el que conocerá a ese demonio de Luca.

Maria le prepara una merienda en el jardín y Abi se sienta a disfrutar en soledad, cuando su teléfono comienza a sonar y nota que es un número desconocido, sin embargo tiene característica de Italia, sin pensarlo atiende la llamada, ¿será Francesco?

—¿Hola?—saluda la joven.

—Hola mi querida Abi— enseguida reconoce la voz de Francesco del otro lado del teléfono. Las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas.

—Francesco, no sabes cuanto te extraño—le confiesa Abi.

—Yo también te extraño, mi amor, pero deja de llorar, no quiero que sufras por mi culpa—Luca se siente la peor basura del mundo, sin embargo no pudo evitarlo.

—¿Sabes qué ? Esta misma noche salgo para Italia y que la empresa, y Luca Chiaraviglio se vayan al infierno. Yo quiero estar contigo, quiero casarme contigo.

—Abi, sabes que jamas te lo perdonarás, no te preocupes mi amor, muy pronto nos volveremos a ver.

—¿Lo dices enserio, Francesco?¿Estarás presente en la exposición?—pregunta ansiosa.

—Si Abi, debo estar, representado a mi empresa.

—No veo la hora de que llegue ese momento— Luca sabe que esta cometiendo un terrible error sin embargo, no soportaba más sin escuchar su voz. En unas horas, Abi, será solamente un negocio y no podrá demostrar sentimientos hacia ella.

—Abi... solamente quiero decirte algo.

—Dime, Francesco.

—Pase lo que pase, quiero decirte que te amo — confiesa Luca, cortando la llamada, dejando a Abi desolada y con el corazón en la mano. No puede creer que esta dejando ir al amor de su vida por salvar el patrimonio de su familia.

La noche llega finalmente, ella esta muy nerviosa ya que en unos minutos conocerá a Luca Chiaraviglio. Esta sentada en el living de la casa con su madre contándole la llamada que recibió de Francesco.

—¿Cómo habrá conseguido tu número, hija? — pregunta Analia, algo que ella también se preguntó.

—No lo sé, mamá. Corto antes de que pueda preguntarle.

—Ese hombre te ama con locura, Abi.

—Y yo a él, mamá —de repente, la puerta principal se abre y Pedro ingresa a la casa acompañado de una persona, al principio, Abi pensó que sería Luca Chiaraviglio, sin embargo, cuando ve a la persona que tiene frente a sus ojos, no lo puede creer, comienza a llorar desconsoladamente y sin pensarlo, Abi corre a abrazarlo, Francesco esta allí, Francesco vino por ella — Francesco eres tu, no lo puedo creer...

—¿Francesco? ... Hija te presento a Luca Chiaraviglio—contesta Pedro viendo como la cara de su hija se pone pálida y las palabras no salen de su boca, mientras las lágrimas no dejan de salir de sus ojos.

—¿Luca Chiaraviglio? ¡No puedo creer que me hayas engañado de esta manera, no eres un demonio. Eres el mismísimo diablo!