Una sola noche, cambio mi vida para siempre.
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9
Abrí la puerta, cuando Jared retiró mis manos de esta y la cerró dando un portazo.
Me arrinconó frente a la pared y dijo:
- ¿¡Qué haces!? – su rostro mostraba incertidumbre y pena a la vez.
- ¡Me has mentido! ¡Sí que te arrepientes de todo! No soy más que otra de tus conquistas, ¿verdad? – grité, rompiendo en llanto finalmente.
Jared no decía nada, hasta que finalmente me rodeó con sus enormes brazos y me dio un gran abrazo.
Giré la cabeza y la apoyé en su pecho, sintiendo su calor.
- Me arrepiento de cómo ocurrió todo, no de que pasase. – dijo en voz muy baja. – Yo iba muy borracho y siento que te obligué a hacerlo, que no te cuidé lo suficiente, que te hice daño. Por eso me arrepiento.
Alcé la vista para cruzarme con sus ojos, que estaban empañados por algunas lágrimas. Le abracé fuertemente y le dije:.
- No quiero que te arrepientas de estar conmigo.
- Eso nunca.
Acto seguido, me levantó la cabeza con su mano y agachó la suya para darme un beso. Cerré los ojos y sentí cómo su lengua invadía mi boca, buscando complicidad con la mía. Le devolví el beso, entrelazando mi lengua con la suya y llevando mis manos hasta su cuello
Jared se agachó y tomó con sus dos manos mis nalgas. Tiró de mí hasta que consiguió levantarme del suelo y que yo entrelazase mis piernas en su cintura. En esa misma postura me llevó hasta su cuarto, en el piso de arriba, entre risas y besos.
Me dejó caer en su cama, que era mucho más grande que la mía, y se echó a mi lado.
- Bueno, no te he preguntado. ¿Qué tal lo pasaste anoche? – me preguntó Jared.
- Pues…, muy bien, la verdad. - le dije mientras me ponía bocarriba y observaba el techo
- Bueno, me alegro de que te gustase. Yo me acuerdo de casi todo, la verdad, pero tengo lagunas. – me dijo, girando él también para mirar al techo.
Pasaron unos segundos en silencio, en cuales cogió su móvil y lo puso en silencio, hasta que volvió a hablar.
– Me podrías ayudar a recordar, ¿no crees?
Llevó su mano hasta mi vientre y poco a poco empezó a descender.
- Creo que voy a poder ayudarte a recordar algunas cosas solo… - le dije en voz bajita.
- ¿A qué te refieres? – me dijo mientras retiraba su mano de mis partes íntimas y la usaba para incorporarse y mirarme fijamente con el ceño fruncido.
- A ver…, es que de ayer…, me duele. Fue mi primera vez - dije avergonzada y enrojecí al momento.
Me moría de la vergüenza por decirle que me molestaba y me dolía un poco.
- Lo sé Princesa, trate se ser tan dielicado y suave como me era posible. No tienes idea de lo que significaparq mí haber sido tu primera vez - me volvió a dar un abrazo y me dio un beso suave, que poco a poco fue subiendo de tono – Lo siento mucho, de veras. Ya sé, déjame compensarte.
me gustaría ver el final