Hace mil años, en un valle oculto de Nørhaven, se conocia una leyenda que el dragón legendario, conocido como el "Dragón Dorado", nacerá en un "receptor", el oráculo profétizo, que" una joven guerrera lo tendrá en su interior, y solo encontrando a quien su corazón anela despertara".Los clanes idearon una batalla de guerreros, fue cuando el poder de Aria despertó pero.. Su poder aun era una parte,
Aria, una hermosa Joven muy dulce, pero su gran error fue confiar en su amiga Lyra, quien astuta y ambiciosa, llena de celos al ver como los príncipes la querían, motivada por su deseo de obtener poder para sí misma y proteger sus propios intereses, comienza a planear su muerte, lleno de mentiras a los príncipes, culpando de estar aliada con el príncipe Kael, el villano , quien ni quiera la conoce, Muriendo cruelmente frente a todos.
..Pero nadie se vio venir que ese fue su final para el valle, desatando la furia de los dioses, quien dio la reencarnación de otra alma a Aria.
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Es hora
Después de ese momento —un rato eterno para Aria y muy desconcertante— cada uno firmó sus escrituras de juramento como guerreros.
—Ay, Crow… Podrías haber sido libre, pero perdiste —rió Dario, pasándole las escrituras.
Aria frunció el ceño mirando a los chicos. La risa de Dario y el gesto de enojo de Crow no auguraban nada bueno. Sin darse cuenta, le quitó la pluma de la mano.
—¿A qué se refiere? —preguntó Aria poniéndose frente a ambos.
—Tranquila… no es nada —dijo Crow tratando de disimular, pero Aria lo detuvo otra vez.
—Príncipe —resopló— pregunté: ¿a qué se refiere con “libre”? —Fue como si esa palabra no pudiera existir en ese contexto.
—Niña… Estás hablando con el príncipe de Osckor… —gruñó Dario, frunciendo el ceño. Kael y León se miraron.
—Crow tiene un acuerdo de libertad por ser de un clan mitad centauro… Cuando fue descubierto por mí, le di ese permiso a cambio de servirme —dijo Dario.
Aria apretó los dientes.
—¿Usted compró su libertad? ¿Acaso… el decreto real escrito hace siglos—? —sentía su cuerpo arder de rabia— …que prohíbe a los reyes tomar posesión de otros clanes… ¿usted lo violó? —gritó Aria. Su voz resonó como un eco que atravesó el salón.
Un decreto tan sagrado que su violación era castigada con la muerte. Todos quedaron helados.
Crow sonrió al verla plantarse así ante Dario. Nadie lo evitó: todos pensaban como ella. Odiaban a Dario, y ahora sabían que había traicionado una ley ancestral.
—Mujer descarada… ¿Con quién crees que hablas? —bramó Dario, nervioso, mirando alrededor esperando apoyo que no llegó.
—¿Cómo puede violar una ley que rige desde hace siglos? ¡No tiene derecho! Ni siquiera siendo príncipe —escupió Lucas, furioso.
—Crow, firma el pergamino. Sabes que debes hacerlo —ordenó Dario, molesto.
—¡ÉL NO FIRMARÁ NADA! —gritó Aria, clavando la pluma en la mesa, tan cerca de la mano de Dario que él dio un salto.
—Tú no tienes poder aquí, ¡mujer inútil! —vociferó.
—Sí lo tiene —dijo Griffiths, recostado en un librero con su pergamino en mano—. Ella es la Protectora del Valle. Todos están bajo su protección… y eso incluye al señor Crow —apuntó la ley escrita, donde figuraba la firma de Aria.
Dario arrebató furioso el pergamino y lo leyó.
—Yo soy el rey de Osckor. Yo lo compré —miró a Crow—. Tú me perteneces, animal… como todos ustedes, si así lo quiero —escupió con rabia.
Aria tomó la espada de Griffiths y la apoyó en el cuello de Dario, protegiendo a Crow y a los demás.
—Dilo una vez más… ¡¡REPÍTELO, IDIOTA!! —rugió.
Ely sujetó a su hermano, pero vio la sonrisa en su rostro. León intercambió mirada con Kael. El rey Pablo ni se movió, pero soltó un suave jadeo divertido.
—Esto es traición, lo sabes… Te mandaré a la horca… ¿Cómo osas apuntar a tu rey? —jadeó Dario, sintiendo el frío del acero.
—No eres mi rey —escupió Aria—. Intenta acercarte a los que me importan y no dudaré en romperte en mil pedazos. —Lo tomó del cuello—. Anda… ordena mi horca. Estoy ansiando destruir tu reino. —En ese instante lo jaló del cabello, logrando arrancar varios mechones para la prueba de Ely.
—Señorita Aria, puede soltarlo —intervino el rey Pablo de pronto—. Él no hará nada. Le doy mi palabra —dijo firme.
Kael y León se miraron. Griffiths tomó su espada con calma. Crow tomó la mano de Aria; ella sintió su calidez y suspiró. Soltó a Dario, que casi cayó.
—Me disculpo por esto. El señor Crow es libre —dijo Pablo.
—¿Qué carajo dices? ¡Ella casi me mata! —chilló Dario.
—Dario… silencio —ordenó Pablo. Su mirada fue tan helada que Dario dio un paso atrás. Nunca había sentido ese miedo. «¿Quién eres…?» pensó, aterrado. Ese hombre frente a él no era su padre.
—Con su permiso —dijo el rey, empujándolo mientras Dario seguía shockeado, frotándose el cabello arrancado.
—Eso fue increíble —dijo León—. En todos estos años, alguien por fin hizo que se mojara los pantalones —aplaudió.
Kael sonrió ladino; los demás rieron. Aria soltó una sonrisa nerviosa.
—Me enojé un poco, me parece… —dijo. Ely discretamente guardó en su pañuelo los cabellos de Dario que Aria tenía en la mano. Ambas sonrieron.
—Me disculpo si causé algún conflicto con mi actitud.
—Ni lo hagas, se lo merecía. Yo no sabía nada de eso, Crow —lo miró.
—No podía decir nada… Mi gente estaba en peligro si hablaba —respondió él.
—¿No se atreverá a hacer algo ahora, no? Yo y mi bocota… —susurró Aria mirando a los príncipes.
—Tranquila. No hará nada —aseguró Griffiths—. Tengo a mis disparadores vigilando. Me avisarán si pasa algo.
Aria asintió, más tranquila. Los chicos también suspiraron, listos para intervenir si era necesario. Pasaron un rato conversando hasta que Kael cerró las puertas y colocó una espada en el centro.
Aria miró a Ely. «Es la espada… Tengo que salir de aquí», pensó nerviosa.
Ely la miró ansiosa. Intentaron retirarse, pero Griffiths lo impidió.
—Permiso, señor Elyndor —dijo Ely.
—Hermana —intervino Kael—. No le haremos nada.
—¿De qué habla? —preguntó Lucas.
—Ari… —murmuró Ely, preocupada.
Crow frunció el ceño al ver cómo Kael avanzaba hacia ella con calma. Los chicos se interpusieron, protegiéndola.
«No puede ser… Él sabía quién era…» pensó Aria, sintiendo el corazón en la garganta. ¿En qué momento lo notó? ¿Tendría que matarlo?
Ely la cubría con el cuerpo, los chicos seguían delante, Crow al frente de todos.
—Aria… —dijo Kael, mirándola fijo—. Nadie te obliga a nada. Es hora de que reines el Valle —su voz sonó grave, profunda.
Todos la miraron. Aria sintió su corazón latir más fuerte. Miró a Ely.
«Yo te apoyaré en lo que decidas», le susurró apretándole la mano.
Su pecho subía y bajaba, su respiración era pesada. Caminó entre los chicos, que seguían mirándola con duda y preocupación.
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Autor/a cambia al personaje 😭😭😭😭
Lo confirmo excelente creatividad
Amo manera de ver más me agrada Kael ,lo malo es que muy tímido y de esta quedando,pero si puede tenerlo a el como Rey y los demás como concubinos sería genial jajaja 🤣😃😂