NovelToon NovelToon
La Luz Rojo Carmesí Del Final

La Luz Rojo Carmesí Del Final

Status: En proceso
Genre:Acción / Escena del crimen / Terror
Popularitas:6.2k
Nilai: 5
nombre de autor: XintaRo

Pesadillas terribles torturan la conciencia y cordura de un Hombre. Su deseó de proteger a los suyos y recuperar a la mujer que ama, se ven destruidos por una gran telaraña de corrupción, traición, homicidios y lo perturbador de lo desconocido y lo que no es humano. La oscuridad consumirá su cordura o soportará la locura enfermiza que proyecta la luz rojo carmesí que late al fondo del corredor como un corazón enfermo.

NovelToon tiene autorización de XintaRo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El Hombre Sin Ojos. Pt7.

Me levanto del sofá, ya estoy cansado de esperar y no poder moverme —maldita burocracia—, esto ya me tiene arto. Necesito descansar, dormir, aunque sea unas pocas horas. Me acerco a Héctor y le digo con un bostezo:

—Yo me largo, Héctor. Si la orden esta lista para mañana, encontrémonos directo en la sucursal de Slim. Necesito descansar y aquí no podré hacerlo, te dejo lo demás a ti.

Héctor me mira algo molesto, pero noto que comprende mi cansancio. Estos últimos meses han sido un infierno todas las semanas.

Coloco mi mano sobre su hombro despidiéndome, y camino directo a la puerta. Salgo de la comisaría sin mirar a nadie, cómo un sonámbulo directo a mí viejo coche.

Entro y enciendo su motor, el rugido me despierta un poco. El reloj del tablero marca las 00:03 a.m. Conduzco sin mirar los semáforos, la noche ya se tragó Cuatro Leguas y yo solo quiero llegar a mi cama.

Llego a mi edificio, la luz de la entrada me avisa que ya llegué a mi refugio. Apago el motor y salgo del coche, camino directo a la entrada y abro la pesada puerta.

Entro sin prestar atención, solo alzo la mano y saludo al chico que está cubriendo a Maik en la recepción.

Subo las escaleras sin notar los pisos, llego a mi puerta, solo la abro por inercia y entro.

Cuelgo el abrigo en su lugar habitual, saco mi libreta. Camino agotado hasta mi viejo comedor junto a la ventana, me siento en mi vieja silla y enciendo una vela junto a mi cenicero, dejo la libreta de sueño reposar en la mesa junto a la vela.

Miro fijamente la flama danzar sobre la vela. No creo en lo místico, pero hay algo en la llama que me recuerda que aún estoy despierto. Que aun sigo en este plano.

Siento sobre los ojos que el sueño ya me alcanzó, no pongo resistencia. Solo camino a mi cama y me suelto sobre ella en caída libre. Siento que puedo dormir, al menos hoy. Solo cierro mis pesados parpados…

Abro los ojos… Un corredor infinito se estira frente a mí, solo siento el silencio del abismo a mi alrededor. Una luz de un color rojo carmesí brilla al final, como un corazón que agoniza. Siento que me llama, me reclama. A los costados, pesadas puertas de metal se alzan como féretros sellados, con una tenue luz que sale de las ventanillas empañadas en ellas.

Camino hacia una de las puertas del lado izquierdo. Se cuál es. Las demás ventanillas brillan, pero esta titila, como si una presencia dentro dudara de su propia existencia.

Poso mi mano sobre su fría y viva manija, algo me dice que la abra, la giro con firmeza y se abre. La puerta chilla como un portón pesado sin aceitar.

Dentro, el cuarto huele a papel mojado y tinta quemada. En medio del pequeño cuarto, veo a un hombre erguido, pero las plantas de sus pies, no tocan el mohoso suelo bajo el.

Reconozco el rostro del hombre frente a mí. Es Mat Slim, el cadáver que encontré. Ya sin ojos. Pero no sangra. Su rostro está sereno, su postura firme, como quien ha aceptado su destino, pero no renuncia a su verdad.

—¿Por qué regresaste? —le pregunto, mirando sus inexistentes ojos.

No habla con voz, pero su respuesta me llega como un susurro bajo la piel…

—¿Quieres ver lo que yo vi? —me susurra…

Y, en un segundo… Se lanza a mí, alzando las manos llenas de sangre, directo a mi rostro.

Intento gritar y retroceder. No puedo…

Él me entierra sus manos sobre los ojos, clavando sus uñas sobre mi piel. Siento un brutal ardor; como si vidrios se incrustaran en mis párpados y ojos. Imágenes vivas y sensaciones inundan mi mente y mis sentidos…

Una oficina vacía. Una mujer con un vestido blanco con flores amarillas, llorando de rodillas frente a un espejo roto. La silueta de un hombre robusto rodeado de una neblina densa y oscura, sonriendo con malicia, un brillante diente de oro en sus perfectos dientes blancos. Una niña de cabello blanco encerrada en un cuarto oscuro. Una tenue luz rojiza que entra por una ventanilla en medio de una pesada puerta de metal oxidado. Una libreta negra en llamas cayendo de una cornisa.

Abro los ojos. Me despierto de golpe, con el cuerpo sudado y las sábanas como vendas pegadas a mi piel.

Me siento sobre la cama. Miro la mesa, se siente a mil metros de mí. La vela sigue encendida sobre ella, danzando como si se burlara de mí y mi cordura.

Me levanto de la cama. Me arden los ojos. El viejo reloj en el muro marca las 3:33 a.m.

Camino a mi pequeña mesa y tomo mi libreta de sueño.

Con las manos aun temblando, sintiendo aun el ardor en mis ojos, como si aun tuviera vidrios en ellos… Escribo todo, antes de que se disuelva de mi mente, como todas estas pesadillas.

Anoto todo; el corredor oscuro, la luz al final palpitando, el hombre sin ojos, sus manos, la sensación de mis ojos al tocarme, la visión que me mostró. Todo anotado, como si mi vida y cordura dependieran de ello. Mañana se lo mostrare a Héctor.

El sueño no volvió a mí. Solo me dejo caer en la silla, solo me queda esperar el amanecer y que todo esto se resuelva cuanto antes.

Las horas pasan… Yo solo fumo y miro por la ventana. El viejo reloj en el muro marca las 05:50 a.m. Y el eco de la pesadilla todavía me retumba en los ojos y la cabeza. El café está frío, pero igual lo bebo. Fumo mi cigarrillo, viendo cómo Cuatro Leguas despierta con el mismo gesto cansado de siempre. La ciudad no duerme; solo cambia de turno.

El humo del cigarrillo se enreda con la neblina que entra por la rendija del vidrio. Me quedo ahí, inmóvil, dejando que la nicotina calme la náusea que me dejan los sueños. No sé qué es peor: cuando sueño con los muertos o cuando dejan de aparecer.

Solo miro la oscura ciudad por la ventana… pasan las horas sin que me dé cuenta… cigarrillo tras cigarrillo, y tazas de café frías a medio quemar… solo silencio… y las náuseas que aún no me dejan la boca del estómago…

1
favita
me encanta la historia muy genial el detective
melani99
🥰
sofialopez2010
favuloso
jomijomi2012
Muy buena, que siga
jomijomi2012
Que increíble el relato, hasta me dio penita la polilla de papel😔
manueles
Me encanta, que siga contando la historia 😻😻😻
manueles
Que hermoso, parese un poema😻
jotape
Donde habrán quedado mis alas de papel 😔
entomomoyan
Yo nací sin mis alas de papel, al igual que el detective 😔
latifa
yo igual ya no tengo mis alas de papel 😭
XintaRo
👍
latifa
ingreible quiero leer mas
jotape
😻
Anon
Esta muy buena la historia
Anon
Nadie pisa el sur sin consecuencias 😎
Anon
El héroe oscuro del distrito sur 😻😼
Anon
/Casual//Determined/
Anon
😻😎😼
Anon
👏/Good/
Anon
Esto esta muy bueno 🙀 esta muy buena la historia
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play