Con la muerte de su padre, Alecxis se convirtió en el nuevo duque a una edad temprana. A pesar de su juventud, demostró una madurez y una determinación que sorprendieron a muchos. Asumió sus nuevas responsabilidades con seriedad y dedicación, trabajando incansablemente para mantener el legado de su familia y servir a su comunidad.
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casarecompensa
" yo soy" pero piensas que nadie tiene que saber quién eres así que Mientes con aplomo, la historia fluye de tus labios con la facilidad de un río caudaloso. "Soy un cazarrecompensas", declaras, tu voz firme a
pesar del temblor interno. "Estoy tras la pista de un fugitivo peligroso y vi la luz de su fuego a lo lejos. Pensé que podrían tener comida que compartir, y tal vez información."
Los viajeros te escrutan con miradas desconfiadas, pero el hambre evidente en tus ojos parece convencerlos. El hombre de la cicatriz asiente lentamente. "Somos gente de camino, forastero. No tenemos mucho, pero compartiremos lo que tenemos. Puedes quedarte esta noche, pero al amanecer sigues tu camino".
Te ofrecen un trozo de carne asada, tosco pero satisfactorio, y un sorbo de agua de un odre desgastado. Mientras comes, el hombre de la cicatriz se presenta como Radko, el líder de esta pequeña caravana. "Somos mercaderes", explica, "viajamos de pueblo en pueblo, vendiendo nuestras mercancías. Los tiempos son duros, los caminos peligrosos".
Radko te cuenta sobre la creciente tensión entre los reinos, las guerras fronterizas y los bandidos que acechan en los caminos. Te habla de la desesperación que se apodera de la gente, de la corrupción que corroe los corazones de los nobles. Cada palabra es un pincelazo que dibuja un panorama sombrío y convulso. "El mundo se está volviendo loco, cazarrecompensas", dice Radko, con un dejo de amargura en su voz. "Más vale que tengas cuidado por dónde pisas".
La noche avanza lentamente, marcada por el crepitar del fuego y las historias de los viajeros. Escuchas relatos de monstruosidades que emergen de los bosques profundos, de tesoros escondidos en ruinas antiguas y de ciudades perdidas en el desierto. Cada historia es una ventana a un mundo de peligros y maravillas, un mundo que ahora es tu hogar. Antes de dormir, Radko te advierte: "No confíes en nadie, cazarrecompensas. En estos tiempos, la lealtad es un lujo que pocos pueden permitirse".
El amanecer te encuentra despierto, antes incluso de los primeros rayos de sol asomen por el horizonte. El aire es frío y húmedo, y el rocío cubre la hierba como un manto de diamantes. Los mercaderes se preparan para partir, empacando sus mercancías y ensillando sus caballos. Radko se acerca a ti, su rostro marcado por la fatiga pero con una mirada penetrante. ´Es hora de que sigas tu camino, cazarrecompensas´, dice, su voz suave pero firme.
´Te deseo suerte en tu cacería´. Asientes, agradecido por la hospitalidad, y te pones en marcha, alejándote del fuego y de la compañía de los mercaderes. El camino se extiende frente a ti, invitándote a explorar sus misterios. A medida que avanzas, te sumerges en un paisaje cambiante, donde las colinas ondulantes dan paso a bosques densos y luego a valles profundos. El sol calienta tu piel y el viento te susurra secretos al oído.
Durante días caminas sin rumbo fijo, sobreviviendo gracias a tu ingenio y a la generosidad de algunos campesinos que encuentras en el camino. Poco a poco, la figura del duque desterrado se desvanece, reemplazada por la de un vagabundo curtido por las inclemencias del tiempo y la dureza del mundo. Una tarde, mientras atraviesas un bosque particularmente oscuro, escuchas el sonido de una pelea cercana. Espadas chocan, gritos desgarradores rompen el silencio. La curiosidad y la necesidad de acción te impulsan a investigar.
Te acercas sigilosamente al lugar de la refriega y te encuentras con una escena caótica: un
grupo de bandidos ataca a una joven pareja que viaja en un carruaje destartalado. Los bandidos son salvajes y despiadados, y superan en número a sus víctimas. La pareja lucha con valentía, pero su destino parece sellado. te alsas a la batalla La batalla es frenética y sangrienta. Los bandidos, sorprendidos por tu repentina aparición, se tambalean momentáneamente. Aprovechas la confusión para atacar con furia, moviéndote con agilidad y precisión. Uno a uno, los bandidos caen bajo tu espada, sus gritos de dolor silenciados por el acero. La joven pareja observa la escena con asombro y gratitud. La mujer, con el rostro cubierto de lágrimas, te anima con palabras de aliento. El hombre, herido pero valiente, se une a la lucha, defendiéndose con un cuchillo oxidado. Juntos, logran repeler el ataque de los bandidos.
Los pocos supervivientes huyen despavoridos, abandonando a sus camaradas caídos. Cuando la batalla termina, te encuentras jadeando, cubierto de sangre y sudor. La joven pareja se acerca a ti con cautela, sus ojos llenos de gratitud. ´Te debemos la vida´, dice el hombre, con voz temblorosa. ´No sabemos cómo agradecerte´. La mujer asiente con fervor. ´Eres un héroe´, exclama, con lágrimas en los ojos. Les sonríes con cansancio.
´Solo hice lo que debía´, respondes, sintiendo un extraño sentimiento de satisfacción. Te presentan sus nombres: El hombre se llama Valerius, y la mujer, Aelia. Son campesinos que viajan a la ciudad en busca de trabajo. Te ofrecen compartir su escasa comida y te invitan a acompañarlos en su camino. Aceptas su oferta con gratitud, sintiendo que has encontrado un nuevo propósito en este mundo hostil. Mientras caminan juntos, Valerius y Aelia te cuentan sobre la opresión que sufren los campesinos, los impuestos exorbitantes y la corrupción de los nobles. Te hablan de la esperanza de una vida mejor en la ciudad, de la promesa de un trabajo digno y de la posibilidad de escapar de la miseria. A medida que escuchas sus historias, sientes crecer en tu interior un sentimiento de indignación.
Recuerdas tu propio pasado, tu título y tus privilegios, y te avergüenzas de tu ignorancia. Decides que usarás tus habilidades y tu experiencia para ayudar a Valerius y Aelia, y a todos aquellos que sufren bajo la tiranía de los poderosos. El camino hacia la ciudad es largo y peligroso, pero te sientes lleno de determinación. Sabes que te enfrentas a grandes desafíos, pero estás dispuesto a luchar por un futuro mejor, un futuro en el que la justicia y la igualdad sean una realidad. De repente, el cielo se oscurece y un viento gélido comienza a soplar. Nubes negras cubren el sol, anunciando una tormenta inminente.