Alexander Sullivan nunca deja que las emociones nublen su juicio. Todo en su vida es medido y calculado… hasta que llega Valentina Reyes, su nueva asistente, quien, con su torpeza y su encanto natural, pone a prueba su paciencia y despierta en él un deseo que no puede ignorar.
Valentina necesita este trabajo para ayudar a su familia, pero su jefe es el hombre más intimidante y exigente que ha conocido. A pesar de eso, no puede evitar sentirse atraída por él. Lo que comienza como una relación estrictamente profesional se convierte en algo mucho más peligroso cuando la tensión entre ellos se desborda.
¿Podrá Valentina derretir el corazón de Alexander?
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Capítulo 8
Por su parte Valen intentaba convencerse de que todo estaba en su cabeza. Que la forma en que el ogro la había mirado la noche del evento, la manera en que había reaccionado al tenerla tan cerca, no significaban nada. Él seguía siendo el mismo jefe frío y distante de siempre. SU JEFE OGRO.
Pero entonces, ¿por qué sentía que todo había cambiado? En realidad quizas la que habia cambiado era ella respecto a como lo veia y no queria admitirlo.
Estaba tan metida en sus pensamientos que nunca vio venir al ogro.
-Reyes, necesito que me acompañes a la sede de manufactura.- dijo firme en ese tono autoritario que tanto la molestaba.
Valentina parpadeó y noto como Alex la miraba fijamente, si se ve que estuvo tan inmersa en sus pensamientos que no noto cuanto tiempo Alex la observaba.
-¿Ahora? Pensé que solo asistiría el equipo de producción.- trato de decir lo mas calma posible.
-El equipo de producción cometió un error en los diseños y quiero que tomes nota de todo lo que ocurra. ¡Vamos!- dijo y empezo a caminar sin ver tan siquiera si ella lo seguia.
Valen tomó su tableta y siguió a Alex lo mas rapido que pudo.No era lo mejor para su torpeza y mas mientras iba preguntándose cómo iba a sobrevivir un viaje con él sin decir algo estúpido.
Llegaron al esatcionamiento y como siempre ella se sorprendia por la variedad de coches que tenia su jefe.
-No seas tonta Val es millonario claro que va a tener millones de autos- se dijo mentalmente- Y vos usando transporte publico.
Rio con ironia para sus adentros y noto que Alex la miro de reojo pero no dijo nada.
Cuando entraron en el auto, el silencio se sintió casi sofocante. Ella intentó concentrarse en su tableta, pero la cercanía del ogro la ponía inquieta.
-Vamos que es el multimillonario mas lindo del mundo, como no me va a hacer sentir asi-se decia para calmarse- todas nos sentimos asi. No es nada Val calma, calma- se decia mientras hacia pequeñas respiraciones para calmarse.
-Entonces… ¿vamos directo a la sede? preguntó sin pensar, tratando de sacar de su mente esos pensamientos indebidos respecto a su jefe.
-No, Reyes. Vamos primero a Australia y luego a la sede.- era la primera vez siendo ironio con ella.
Valentina se mordisqueó el labio, si sabia que era una pregunta tonta, pero lo que ella queria era cortar con el silencio incomodo.
-Solo preguntaba. No es como que esté nerviosa ni nada, aunque claro, tal vez un poco, pero no porque usted me intimide, sino porque… bueno, es que no sé, estos viajes me ponen un poco tensa, y además cuando me da hambre me inquieto...
-Reyes.
-¿Sí?- dijo aunque sabia que ya la habia cagado, otra vez.
-Respira.- solo eso dijo el, no la reto, no se enojo.
Valen cerró la boca de golpe y sintió sus mejillas arder. ¿Por qué no podía simplemente quedarse callada? Estaba decidido debia empezar terapia urgente para poder evitar la verborragia en proximas ocaciones.
Alexander, sin embargo, no parecía molesto. De hecho, había algo en su expresión, un leve destello de entretenimiento que desapareció tan rápido como apareció cuando ella lo volvio a mirar.
Por suerte el viaje fue mas rapido de lo esperado y cuando llegaron Valen salto sin pensarlo del auto.
El la miro raro aunque no dijo nada y la guió al área de producción. Valen tomó nota de cada instrucción, tratando de no distraerse. Pero entonces, en medio del recorrido, un trabajador tropezó con una caja y la empujó involuntariamente hacia adelante. Directo contra el pecho de Alexander
-No ahora- pensaba ella mientras caia hacia su jefe.
El impacto no fue fuerte, pero suficiente para que ella quedara demasiado cerca de él. Su corazón latía desenfrenado mientras sentía su calor, su perfume, su presencia abrumadora.
-Dios no ahora cuerpo- se dijo cuando sintio el calor recorrerla y sus bragas mojarse.
Alexander también se tensó. Sus manos habían ido instintivamente a su cintura para evitar que cayera. Pero no la soltó de inmediato.
Los ojos grises de Alexander se encontraron con los suyos, y Valen sintió que el aire se volvía irrespirable. Si se estaba poniendo roja y se maldecia mentalmente.
Y de golpe sintio que las manos del ogro se alejaban y el daba un paso atrás, como si haberse acercado tanto a ella hubiera sido un error imperdonable.
-Ten más cuidado, Reyes.- dijo él pero su tono era rasposo y bajo.
Valentina asintió, sin confiar en su propia voz. Ya no habia duda algo le provocaba en su interior. Claramente no era amor, debido a que ella no creia en eso, pero ¿tal vez lujuria, calentura.?
Val se acomodo la ropa y trato de centrarse en la tarea para la que habia sido convocada, pero como volvia a encontrar el equilibrio cuando su mente viajaba a el pecho duro de su jefe, a esa enormes manos tocandola y a ese aroma amaderado que se le impregno en la nariz y no hay manera de que se le borre.