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Overdown: El Despertar Del Elegido

Overdown: El Despertar Del Elegido

Status: En proceso
Genre:Aventura / Magia
Popularitas:294
Nilai: 5
nombre de autor: Adryel

Hace años, seis cristales sellaron a Lord Oscuro, un ser tan poderoso que corrompía el mundo. Ahora, un nuevo enemigo quiere liberarlo… y solo un joven con un poder desconocido puede detenerlo.”
Lloyd jamás pensó ser el Elegido de la Esencia Esmeralda. Ahora, arrastrado por una profecía y perseguido por Xandros, deberá decidir entre huir… o salvar al mundo.

NovelToon tiene autorización de Adryel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

"Baile Escolar"

La mañana comienza con un cielo despejado. El auto de Carla, madre de Lloyd y Diana, se detiene frente a la preparatoria. Ella gira hacia sus hijos con una sonrisa cálida.

Ambos se bajan del auto. Al caminar por el pasillo principal del plantel, los murmullos no se hacen esperar. Varios estudiantes se detienen a verlos pasar.

Chico emocionado (alzando la voz desde un grupo de alumnos):

- ¡¡Oye, Varek!! ¡Lo diste todo ayer, fue épico!

Chica (caminando con amigas, mirando a Lloyd):

- ¡Eres increíble! ¡Ese escudo que hiciste... wow!

Lloyd sonríe y les lanza un gesto con la mano, tratando de parecer relajado, aunque se le nota el orgullo en la cara.

Diana (mirándolo de reojo, divertida):

- ¿Sabes qué? De verdad te volviste popular de la noche a la mañana...

Lloyd (riendo con tono despreocupado):

- Lo sé, lo sé... ¿Autógrafos a la salida o qué?

Ambos continúan su camino entre estudiantes que los saludan y los felicitan. Al llegar a su salón, la puerta se abre y todos se giran a verlos entrar.

Estudiante del fondo:

- ¡Varek! ¡Eres una bestia, hermano!

Compañera desde su pupitre:

- ¡Yo hubiera desmayado en los primeros cinco segundos, pero tú seguiste y seguiste!

Los aplausos y risas llenan el salón por un momento. Lloyd se rasca la cabeza, algo abrumado pero contento, y camina entre los pupitres.

Lloyd (con una media sonrisa):

- No gané, pero gracias por el cariño...

Al fondo del salón, Ryan, Nathan, Vanessa y Christian lo esperan en sus lugares. Lloyd llega junto con Diana y ambos se sientan.

Ryan (señalándolo con los dos pulgares):

- ¡Eres popular y apenas van tres semanas de clases! ¡¿Quién hace eso?!

Nathan (recostado en su silla, asintiendo):

- Bro... ni siquiera los del equipo de fútbol tienen tanta atención como tú ahora.

Vanessa (riendo, mientras saca un cuaderno):

- Relájense un poco, que se les va a salir el fanatismo. Aunque... hay que admitir que estuvo impresionante.

Christian (con tono más serio, pero sincero):

- Aguantaste como pocos. No cualquiera resiste así contra alguien como Rivers.

Lloyd (mirándolos a todos, con una sonrisa honesta):

- Gracias... aunque todavía tengo mucho que aprender. Sentí que me rompía en pedazos allá arriba.

Diana (cruzando los brazos, orgullosa):

- Pues lo que lograste con ese poder... fue algo grande. Y lo hiciste sin saber cómo controlarlo del todo.

Nathan (bromeando):

- Imaginen cuando sí lo controle... va a dejar sin luz a toda la escuela con una sola ráfaga.

Todos ríen. La energía en el salón es ligera y alegre, y aunque Lloyd aún se siente agotado, por dentro se sabe distinto. Algo cambió desde la batalla... y todos lo notaron.

El timbre suena. Los estudiantes están charlando entre ellos, algunos revisando sus celulares, otros todavía hablando sobre el torneo del día anterior. La puerta del salón se abre con firmeza.

Profesor Eloim, su tutor, entra con paso tranquilo y una expresión difícil de descifrar. Lleva una carpeta bajo el brazo y una taza de café medio vacía en la mano.

El murmullo se apaga poco a poco.

Eloim (dejando sus cosas en el escritorio, sin mirar a nadie):

- Silencio, por favor.

El salón guarda silencio inmediato.

Eloim levanta la vista y camina directamente hacia donde está Lloyd, quien lo observa con algo de incomodidad. El profesor se detiene frente a su pupitre.

Eloim (con voz calma, pero seria):

- Buen trabajo, Varek. Ayer lo hiciste muy bien.

Lloyd (algo incómodo, frotándose la nuca):

- Eh... gracias, profesor.

Eloim (mirándolo fijamente, bajando un poco la voz):

- Ese poder tuyo... es impresionante, ¿lo sabías?

Nathan (metiendo la cuchara con una sonrisa burlona):

- ¡Y eso que todavía ni sabe controlarlo! Espere a que aprenda bien...

Eloim entrecierra los ojos y asiente con lentitud.

Eloim:

- Justamente por eso... Me recuerda a algo. A una vieja historia, una leyenda...

(pausa dramática, mirando a Lloyd con atención)

Una profecía que hablaba de un poder raro... una Esencia que no pertenece a los elementos tradicionales.

El ambiente se tensa. Lloyd frunce el ceño. Vanessa, Ryan y Christian se miran entre sí. Diana se acomoda en su lugar, inquieta.

Eloim (volviendo a su escritorio con una risa suave):

- Pero tal vez... estoy perdiendo la cabeza. Demasiados libros antiguos.

Nathan (medio en broma, medio nervioso):

- Sí, suena como algo sacado de una historia de fantasía...

Eloim (sin dejar de escribir en la pizarra):

- Dejando eso de lado, tengo noticias. Algo más mundano.

(se gira con una sonrisa leve)

Se va a organizar su primer baile escolar. Como parte de la "Semana de Bienvenida para los nuevos". Será este viernes, a las 8 de la noche. Pueden venir con amigos... o con su novia, si es que tienen suerte.

El aula estalla en murmullos, risas y expresiones de emoción o terror.

Ryan (levantando las cejas con entusiasmo):

- ¡Oooh sí! ¡Hoy toca conseguir pareja!

Christian (resignado, apoyando la cabeza en su mano):

- Uf... tal vez vaya, pero sólo si hay buena comida. Y sin baile.

Nathan (con una sonrisa confiada):

- A mí me van a invitar. Lo sé. ¿Cuánto quieren apostar?

Vanessa (arqueando una ceja, divertida):

- Con lo que pasó ayer... el que no va a batallar nada para conseguir cita es Lloyd.

(le lanza una mirada)

Cualquier chica va a querer salir con el "chico de la Esencia misteriosa".

Diana (riendo mientras se cruza de brazos):

- ¡Cierto! Mi hermano ya es una celebridad escolar. No se va a dar abasto.

Lloyd (suspirando con una media sonrisa):

- Genial... ahora también tengo que preocuparme por invitaciones al baile.

Todos sueltan una carcajada.

La hora pasa con normalidad, el profesor Eloim da indicaciones, responde algunas preguntas e incluso bromea un par de veces con los alumnos. Pero aunque habla, aunque sonríe... sus ojos siguen regresando al mismo lugar.

Lloyd.

Desde su asiento, el maestro lo observa con atención, como si cada pequeño gesto del chico pudiera confirmar una sospecha. Es una mirada analítica, cargada de algo más que simple curiosidad. Lloyd lo nota varias veces y comienza a sentirse incómodo, evitando hacer contacto visual.

[Mientras tanto, en otro salón...]

El ambiente en el salón de Camila es más relajado. Algunas chicas ya hablan sobre vestidos, y hay varios grupos discutiendo emocionados sobre el próximo baile escolar.

Camila está sentada con Fernanda cerca de la ventana. Ambas hojean una revista que alguien trajo para buscar ideas de peinados.

Fernanda (codéandola suavemente):

- Camila... ¿ta oíste, verdad?

Camila (sonriendo ampliamente, emocionada):

- ¡Siiii! ¡Nuestro primer baile de prepa! Ya me quiero vestir, bailar, tomar fotos... ¡todo!

Fernanda (alzando una ceja, juguetona):

- ¿Y a quién vas a invitar, eh? Porque si esperas que te caiga alguien del cielo...

Camila (suspirando, abrazando sus libros):

- No sé... ese es otro problemón. O sea... tal vez alguien me invite, ¿no? Aunque... puede que tenga que invitar yo...

Fernanda (riendo):

- Uy, tú muy moderna. Pues si no me invitan a mí, me lanzo contigo. ¡Y bailamos nosotras y que se mueran de envidia!

Camila (mirando al techo, pensativa):

- La verdad... tengo en mente a alguien, peeero... no sé. Con lo popular que se ha vuelto últimamente... seguro ya alguien se le adelantó.

Fernanda (con una gran sonrisa, inclinándose hacia ella):

- ¡A Lloyd, verdad! Te gusta... ¡te gusta!

Camila (poniéndose roja, tapándose la cara con las manos):

- ¡Qué noooo! Claro que no...

(baja un poco la voz)

Solo lo pensaba para darle celos a las otras chicas, eso es todo...

Fernanda (cruzándose de brazos, encantada con la idea):

- Uyyuuuu... ¡qué mala eres! ¡Me gusta tu estilo!

Las dos se echan a reír, cómplices.

[Hora del receso - Afuera del salón de Lloyd]

El grupo de Lloyd, Ryan, Nathan, Vanessa y Christian sale entre risas y bromas, pero al abrirse la puerta del salón, se topan con algo inesperado.

Una chica nerviosa los está esperando justo afuera. Tiene las manos entrelazadas al frente, como preparándose para dar un gran discurso. Mira a Lloyd con decisión.

Chica:

- ¡L-Lloyd Varek! ¿Quieres ir conmigo al baile?

El pasillo enmudece. Varias personas detienen su paso para mirar la escena.

Lloyd (sorprendido, llevándose una mano al rostro y hablando sin pensar):

- ¡Ah! Eh... perdón, lo siento mucho... ¡pero no puedo! ¡T-Tengo que irme!

Se da la vuelta rápidamente y empuja a sus amigos para salir de ahí.

Lloyd (caminando rápido, en voz baja):

- ¡Escóndanme, por favor! ¡Qué vergüenzaaaa...!

Ryan (aguantando la risa):

- ¡Eso fue legendario, hermano!

Nathan (riendo a carcajadas):

- ¡Te lo dije! ¡Eres una celebridad ahora!

Vanessa (entre risas):

- Pobrecita... se armó de valor y tú... ¡corres como si te persiguiera un monstruo!

Christian (con voz seria pero burlona):

- Supongo que esto es lo que pasa cuando tienes "Esencia misteriosa"...

Lloyd solo cubre su rostro con ambas manos mientras el grupo se aleja entre risas y miradas curiosas.

[Pasillo - Receso continúa...]

Lloyd sigue caminando, todavía recuperándose del susto anterior, cuando de pronto una voz firme lo detiene en seco.

¿?:

- ¡Aquí estás, Varek!

[Todos se giran a verla.]

Es una chica de su mismo salón. Elegante, con postura decidida y mirada directa. Muchos la reconocen: Gisselle, conocida por ser una de las más seguras de sí mismas, aunque algo misteriosa.

Diana (mirando a Lloyd, con tono burlón):

- Eh... no, no está aquí. Se fue... al otro continente. ¿Adiós!

Lloyd (intentando escabullirse por detrás de Ryan, en voz baja):

- Que no me vea, que no me vea, que no me vea...

Ryan (agarrándolo del brazo con una sonrisa traicionera):

- ¡Sí, sí! Aquí está el buen Lloyd. ¡No se escapa!

Lloyd (murmurando mientras lo empujan hacia ella):

- ¡Hijo de la...! Gracias, eh... traidor.

[Gisselle da unos pasos al frente, segura, hasta quedar frente a Lloyd.]

Gisselle (sonriendo ligeramente):

- Hola... oye, sé que esto va a sonar raro, pero necesito tu ayuda. Me llamo Gisselle.

Lloyd (incómodo, forzando una sonrisa):

- Eh... sí, hola Gisselle. ¿Qué onda?

Ryan (poniéndose las manos en la nuca, dándole una palmada a Christian):

- Vámonos, este compa ya tiene compromiso. Yo tengo cosas más importantes, como conseguir una cita decente.

Vanessa (riendo):

- Suerte, Lloyd. No mueras en el intento.

[Los demás se alejan, dejando a Lloyd solo con Gisselle.]

Lloyd (cruzado de brazos, curioso):

- Ok... ¿y ahora sí me puedes decir de qué va todo esto?

Gisselle (cruzando los brazos, algo avergonzada pero firme):

- Mira... esto va a sonar tonto, pero... quería impresionar a unas amigas. Y sin pensarlo mucho, dije que tú eras... bueno, que tú y yo éramos novios.

Lloyd (mirándola en shock, en su mente):

- ¿¡QUÉEEE!? ¿Pero qué carajos...?

Gisselle (apresurándose a explicarse):

- ¡Ya sé, ya sé! Suena ridículo, lo arruiné horrible... pero no sé, me dejé llevar. Y ahora, pues, necesito que me hagas un favor.

Lloyd (aún procesando, rascándose la cabeza):

- ¿Fingir que soy tu novio? ¿Así nomás?

Gisselle (asintiendo con una mezcla de nervios y esperanza):

- Solo por unos días. Prometo no molestarte después de eso. Incluso... te puedo ayudar con tus tareas, o lo que necesites.

Lloyd (mirándola con desconfianza fingida):

- Hmm... estás usando la carta académica, ¿eh? Eso es jugar sucio...

Gisselle (riendo con nerviosismo):

- ¿Funciona?

Lloyd (suspirando):

- Bueno... digamos que me tienes intrigado. ¿Y qué tendría que hacer exactamente?

Gisselle (dándole una mirada cómplice):

- Nada que no puedas manejar. Ya lo iremos viendo sobre la marcha.

[Sin darle opción de responder, lo toma del brazo con naturalidad y empieza a caminar con él.]

Lloyd (mirando su brazo y luego al frente):

- ¿En qué demonios me estoy metiendo...?

[Cafetería]

La mesa donde se encuentran Ryan, Nathan, Christian, Vanessa y Diana está llena de charolas y risas. Todos comen tranquilamente mientras charlan sobre lo sucedido durante la mañana.

Nathan (mordiendo una empanada):

- ¿Entonces vieron la cara que puso Lloyd cuando la chica lo interceptó? Parecía que iba a desmayarse ahí mismo.

Vanessa (riendo):

- ¡Literalmente quería que la tierra lo tragara! Ese niño no sabe manejar la fama...

Christian (con tono serio, pero bromista):

- Si sigue así, va a necesitar guardaespaldas para el siguiente recreo.

Ryan (burlándose):

- O una agenda para sus citas. Ya ni nosotros...

[En ese momento, Fernanda y Camila se acercan a la mesa con sus charolas.]

Fernanda (sonriendo mientras se sienta):

- Ey, ¿qué hacen los populares?

Ryan (alzando los brazos dramáticamente):

- Aquí, sobreviviendo al hambre... y al drama adolescente.

Nathan (con una sonrisa):

- Intentando no ser eclipsados por la nueva estrella de la escuela.

Camila (mirando alrededor con curiosidad):

- Oigan... Diana, ¿y tu hermano? ¿No venía con ustedes?

Diana (encogiéndose de hombros, comiendo uvas):

- Supongo que sigue con esa chica... ya llevan rato.

Vanessa (tomando un trago de su jugo):

- Sí, el tipo desapareció después de que lo agarraron. A lo mejor ya tiene pareja para el baile y ni nos enteramos.

Camila (frunciendo el ceño, disimulando su sorpresa):

- ¿Qué... qué chica?

Ryan (dándole un codazo a Christian):

- Su cita para el baile, ¿no? Se veía interesada.

Camila (mirando su comida, bajando la voz):

- ¿Cita...? ¿Lloyd... ya tiene cita?

Fernanda (conteniendo la risa):

- Jajaja, creo que alguien se te adelantó.

Diana (riendo abiertamente):

- ¿Ibas a invitar a mi hermano? Camila, debiste moverte antes, ¡te ganó la competencia!

Camila (tratando de sonreír, algo ruborizada):

- Jaja... sí... lo arruiné, ¿no?

Fernanda (poniéndole una mano en el hombro con simpatía):

- Bueno, al menos todavía puedes ir conmigo. Seremos las más fabulosas sin necesidad de chicos.

Camila (esbozando una sonrisa triste, bajando la mirada):

- Jaja... sí, suena bien.

[Pero por dentro, una pequeña punzada de tristeza se cuela en su pecho. Aunque no lo diga, sí le había ilusionado la idea de invitar a Lloyd.]

[Patio trasero de la preparatoria - Cerca de un gran árbol]

Lloyd está medio agachado, escondido detrás del tronco, mirando a todos lados como si escapara de una emboscada. A su lado, Gisselle revisa su celular nerviosa, pero decidida.

Gisselle (señalando discretamente con la cabeza):

- Mira... esas tres de allá son mis amigas: Karla, Natalia y Amy. La que está recargada en la banca es mi prima, Briseida.

Lloyd (con cara de desconcierto):

- ¿Y yo por qué necesito saber quién es quién? ¿Me vas a hacer un examen sorpresa o qué?

Gisselle (frunciendo el ceño y dándole un codazo):

- ¡Necesitas saberlo, idiota! Recuerda que ahora somos novios. Tienes que actuar como si me conocieras... de verdad.

Lloyd (frotándose el costado):

- ¡Agh! ¡Ya entendí! No seas tan violenta, apenas sé tu nombre y ya me estás golpeando como si fuéramos esposos con 20 años de casados...

Gisselle (con una sonrisa cínica):

- Pues más te vale acostumbrarte. A partir de hoy me conoces de toda la vida. ¿Entendido?

Lloyd (mirando al cielo, resignado):

- Ay Dios... ¿qué hice para merecer esto?

Gisselle (sacando brillo a su sonrisa):

- Ok. Toma mi mano. Vamos con ellas.

Lloyd (retrocediendo medio paso):

- ¿Eh? No... no me gusta eso de andar agarrado de la mano... es incómodo...

Gisselle (con una voz fuerte y amenazante):

- QUE LA TOMES, IDIOTA.

Lloyd (levantando las manos en rendición):

- ¡Está bien, está bien! Ya la tomé, relájate... ¿siempre eres así o hoy desayunaste dinamita?

Gisselle (empezando a caminar, con aire triunfal):

- Hoy desayuné atención. Y me la vas a dar toda.

[Ambos caminan tomados de la mano por el patio. El gesto no pasa desapercibido. Los estudiantes voltean, algunos susurran, otros simplemente observan sorprendidos. Lloyd baja la cabeza, sintiendo todas las miradas encima.]

Lloyd (en voz baja, entre dientes):

- ¿Por qué siento que esta es la peor idea del mundo...?

Karla (mirándolo con los brazos cruzados, retadora):

- Espera un segundo... ¿puedes mostrarnos tu poder? Digo, si de verdad eres ese Varek...

Lloyd se congela por un momento, con una sonrisa nerviosa clavada en el rostro. Un ligero tic le salta en el ojo. Gisselle, sin pensarlo dos veces, responde por él.

Gisselle (con voz cantarina y una sonrisita falsa):

- ¡Claro que puede! ¿Verdad, mi amorcito lindo precioso?

Lloyd (tensándose aún más, murmurando):

- S-sí... sí, claro... por supuesto...

El ambiente se pone en silencio. Las chicas lo observan expectantes. Lloyd respira hondo, alza la mano lentamente, concentrándose. Poco a poco, una esfera de luz verde, brillante y etérea, comienza a materializarse en el aire sobre su palma. Sin embargo, en cuestión de segundos, la esfera parpadea... y se desvanece como si nunca hubiera estado ahí.

Natalia (arqueando una ceja, decepcionada):

- ¿Eso fue todo...? ¿En serio?

Karla (bufando):

- Pfff... qué aburrido. Pensé que harías algo épico, no un foco fundido.

Gisselle le lanza una mirada asesina a Lloyd, entre decepcionada y desesperada. Le sonríe con los dientes apretados como diciendo "más te vale explicar esto bien". Lloyd lo nota y levanta ambas manos en un gesto nervioso mientras intenta justificarse.

Lloyd (torpemente):

- Es que... mi poder, por lo poco que entiendo, está muy ligado a mis emociones y pensamientos... O sea, si estoy nervioso o bajo presión... eso lo afecta bastante. Y bueno... ahorita estoy sudando frío.

Amy (con los ojos brillando de curiosidad):

- ¡Wow! Eso sí que suena diferente... como si tu poder tuviera vida propia. Qué loco...

En ese momento, Briseida toma a Gisselle del brazo y la aparta del grupo, llevándola unos pasos lejos de las demás. Lloyd se queda solo, sintiendo las miradas encima como cuchillos calientes.

Briseida (en voz baja, mirándola con cara de "explícate ya"):

- A ver, ¿de dónde demonios sacaste a este tipo? No me vengas con que simplemente "pasó"...

Gisselle (mordiéndose el labio):

- Shhh, no digas nada... él aceptó fingir que es mi novio, ¿ok? Solo quería impresionar a las demás.

Briseida (frunciendo el ceño):

- ¿Fingir? ¿Y si ahora quieren que lo lleves al baile qué vas a hacer, genio?

Gisselle (pasmada, abriendo los ojos):

- Ay... eso no lo había pensado...

[Casa de Camila - Patio trasero, más tarde ese mismo día]

Todos están reunidos para entrenar. Ryan, Nathan, Christian y Vanessa llevan sus respectivos amuletos puestos. Frente a ellos está Caelum, de brazos cruzados, con su habitual mirada exigente.

Caelum (con tono firme y directo):

- Sus amuletos ya son parte de ustedes. Han aprendido a manifestar el elemento que representan... pero no tienen idea de cómo dominarlo por completo.

Ryan (cruzado de brazos, con una sonrisa arrogante):

- ¿Quién dice que no lo dominamos? Mira esto.

Extiende la mano con confianza, y una llama se enciende en su palma. Parpadea con orgullo.

Caelum no se inmuta, simplemente lo observa con seriedad.

Caelum (con voz seca):

- ¿Eso es todo lo que puedes hacer?

Ryan (bajando un poco la mano, dudando):

- Eh... bueno... también puedo lanzarlo, si eso cuenta...

Caelum (negando con la cabeza):

- Lamentable. No sabes intensificar la llama, ni hacerla más precisa o más pequeña. No controlas nada. Solo estás jugando con fuego... literalmente.

Ryan baja la mirada, claramente picado por el comentario, mientras su llama se apaga lentamente.

Vanessa, que observa desde un costado con los brazos cruzados, suelta un suspiro.

Vanessa (con sarcasmo):

- Genial... ya lo hiciste enojar otra vez.

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[Más al fondo, Lloyd entrena apartado con Gabriel]

Lloyd está sentado en el suelo, respirando profundamente. Frente a él, Gabriel lo observa con paciencia, aunque su mirada es intensa.

Gabriel (con voz pausada pero firme):

- Lloyd... tu Esencia no está hecha solo para lanzar energía como si fuera una piedra cualquiera. No es eso. Tu poder puede adoptar formas. Puedes moldearlo con tu mente, con tu intención.

Lloyd lo escucha atento, aunque aún luce algo confundido.

Gabriel continúa.

Gabriel:

- ¿Recuerdas el escudo que creaste en el torneo? Eso no fue suerte. Fue una reacción instintiva. Pero puedes hacer mucho más que eso. Puedes crear armas, estructuras... incluso herramientas tan peligrosas como tú decidas.

Lloyd (frunciendo el ceño):

- ¿Armas...? ¿Como una espada?

Gabriel (asintiendo lentamente):

- O como una lanza, una cadena, una hoja oculta... lo que necesites. Ese será tu entrenamiento hoy.

Lloyd abre los ojos... y justo frente a él, ve a Gabriel apuntándole con una espada creada con energía esmeralda. Lloyd da un salto hacia atrás, sobresaltado.

Lloyd (nervioso, con las manos arriba):

- ¡Ey, ey! ¡No me apunte con eso! ¿Qué le pasa? ¡Casi me da un infarto!

Gabriel (con una leve sonrisa desafiante):

- El miedo también es parte del entrenamiento. Hoy vas a aprender a crear un arma propia. Y más te vale hacerlo antes de que yo te ataque de nuevo...

Lloyd (traga saliva):

- ...Qué motivador...

Gabriel, con gesto serio pero tranquilo, le extiende una espada de metal plateado a Lloyd.

Gabriel (con voz firme):

- Tómala. Analízala. Siente su peso, sus formas... y luego intenta recrearla con tu poder.

Lloyd la toma con ambas manos. La sostiene frente a él, la observa desde todos los ángulos, como si intentara descubrir un secreto oculto en cada parte. Su ceño se frunce.

Lloyd (desconcertado):

- ¿Y... cómo se supone que haga eso? ¿Solo imaginarla y ya?

Gabriel (inclinando la cabeza):

- Igual que hiciste con el escudo. Visualiza la forma. Haz que la energía obedezca tu intención.

Lloyd (soltando una pequeña risa nerviosa):

- Sí, claro... pero con el escudo no supe ni cómo lo hice. Me salió sin pensarlo, más por susto que por habilidad...

Gabriel (con un leve gesto de paciencia):

- Entonces pensemos. Ya sabes manifestar tu Esencia en forma de esfera. Ese es el primer paso. Ahora solo tienes que dar el segundo: darle forma. Controlarla.

Lloyd asiente con seriedad, pero en su mirada todavía hay duda. Aún sosteniendo la espada real en su mano izquierda, extiende la derecha y comienza a concentrarse. Poco a poco, una esfera de Esencia Esmeralda se forma flotando sobre su palma.

Gabriel (sin quitarle los ojos de encima):

- Muy bien... ahora... moldéala. Concéntrate en la espada que tienes. Reprodúcela con tu mente. Tu energía debe seguir esa imagen.

Lloyd respira hondo. Mira la espada otra vez, luego cierra los ojos. En su interior, intenta visualizar cada detalle: el mango, el filo, la curvatura. La esfera de Esencia en su mano empieza a moverse, a girar, a estirarse. Su forma se alarga, como si quisiera convertirse en algo más definido.

Pero de pronto, un recuerdo atraviesa su mente como una puñalada. Su cuerpo se tensa.

Lloyd (susurrando casi sin querer):

- ...Madres...

En ese instante, la esfera se desintegra como si fuera humo. Toda la concentración se rompe.

Gabriel (acercándose, preocupado):

- ¿Qué pasó? Estabas cerca.

Lloyd (dejando caer los hombros, frustrado):

- Es difícil... muy difícil. Mi cabeza está hecha un desastre. Cuando intento concentrarme, me vienen mil cosas encima. Preocupaciones, dudas... recuerdos que no quiero tener. Todo eso me estorba.

Gabriel (más suave, ahora con tono comprensivo):

- Lo sé. Pero justamente por eso necesitas entrenar tu mente, no solo tu poder. El control de la Esencia nace de la claridad interior, Lloyd. Si tu mente está hecha pedazos... tu poder también lo estará.

Lloyd (mirándolo con sinceridad):

- Supongo que me falta más de lo que pensaba...

Gabriel (asintiendo lentamente):

- Pero ya diste el primer paso: reconocerlo. Mañana seguiremos.

[Lloyd y Gabriel regresan al patio trasero, donde Caelum continúa supervisando el entrenamiento de los demás chicos.]

El ambiente está cargado de energía. Ryan lanza una bola de fuego al aire, y esta vez la llama es mucho más intensa, brillante, viva. Vanessa, de pie con los brazos extendidos, hace que se formen pequeñas puntas de hielo alrededor de sus manos. Christian, con una expresión de esfuerzo, levanta una gran roca sin tanta dificultad como antes. Y Nathan, entre risas, se convierte parcialmente en aire, desapareciendo de la cintura para abajo por unos segundos antes de materializarse otra vez.

Lloyd, a unos pasos de distancia, observa en silencio. Por fuera parece tranquilo, pero sus puños cerrados y la mirada baja lo delatan.

Lloyd (pensando, con frustración):

- Todos ya avanzaron... incluso Nathan puede volverse aire... ¿Y yo? Apenas y puedo hacer una esfera...

Gabriel le da una palmada en el hombro, entendiendo sin que Lloyd diga nada. El entrenamiento de ese día concluye, y poco a poco los chicos comienzan a despedirse y a salir de la casa.

---

[Viernes por la tarde - Interior de la casa, habitación de Lloyd]

Lloyd sale de su cuarto estirándose, aún con el cabello alborotado. Afuera, en el pasillo, David se está abotonando una camisa blanca mientras revisa su reflejo en el espejo del armario.

Lloyd (frunciendo el ceño):

- ¿Y tú qué? ¿Por qué tan guapo? ¿Vas a ir al baile?

David lo mira con cara de obviedad.

David:

- Pues claro, idiota. Tengo novia, ¿o ya se te olvidó?

Lloyd (deteniéndose):

- ¡¿QUÉ?! ¿Desde cuándo tienes novia tú?

David (con media sonrisa):

- Desde hace una semana, campeón. Pero tú estás tan metido en tu nube verde que ni cuenta te diste.

Lloyd (resopla):

- No inventes... todos avanzan menos yo.

David:

- ¿Y tú qué? ¿Vas a ir?

Lloyd (haciendo una mueca):

- No sé... lo último que quiero es fiesta. Aparte, no tengo ni con quién ir...

David se encoge de hombros y entra a su cuarto. Lloyd sigue caminando hacia el baño, pero antes de entrar, su celular vibra. Pantalla encendida. Número desconocido: 626 116 2300.

Lloyd (frunciendo el ceño):

- ¿Quién carajos es este...? ¿626? ¿Será spam...? Bah, le voy a seguir el juego...

Contesta con tono burlón.

Lloyd (fingiendo voz seria):

- Buenas tardes, habla con el servicio de exterminación de zombis. ¿Tiene alguno en casa?

Gisselle (del otro lado, furiosa):

- ¡¡LLOYD!!

Lloyd (saltando del susto):

- ¡¿Gisselle?! ¡¿Cómo demonios conseguiste mi número?!

Gisselle (molesta):

- Está en el grupo del salón, genio. ¿Nunca revisas nada o qué?

Lloyd (resignado):

- Bueno, buen punto... ¿y ahora qué pasó?

Gisselle (con tono directo):

- Necesito que vengas conmigo al baile.

Lloyd (escandalizado):

- ¡¿QUÉ?! ¿Por qué yo? ¿Qué fumaste?

Gisselle (como si fuera obvio):

- ¡Para seguir con la mentira, idiota! Dijimos que éramos pareja, ¿te acuerdas?

Lloyd (se lleva la mano al rostro):

- Ugh... ¿Pero de verdad tengo que ir? No me va eso de los bailes...

Gisselle (mandona):

- ¡Sí tienes que ir! Y más te vale estar ahí, si no, yo misma te voy a buscar y te arrastro con vestido y todo.

Lloyd (murmurando):

- No puede ser... ¿En qué momento me metí en esto...?

[Lloyd cuelga el teléfono y suspira profundamente.]

Lloyd (con resignación):

- No puedo creer que voy a hacer esto... ¡Un baile, por amor a todo!

Se encamina hacia su armario y empieza a revisar lo poco que tiene. Tras unos segundos, saca un traje negro sencillo pero elegante, ligeramente arrugado por el poco uso. Se lo sacude encima y lo deja sobre la cama mientras se quita la camiseta.

Lloyd (mirando el traje con una ceja levantada):

- ¿Desde cuándo tengo esto...? Ni sabía que tenía ropa formal... creo que nunca salgo a ningún lado...

Busca desodorante, revisa el cajón del baño y se topa con un perfume nuevo, aún en caja.

Lloyd (extrañado):

- ¿Y este...? ¿Desde cuándo lo tengo...? Debe haber sido regalo de cumpleaños o algo así...

Se lo rocía torpemente por el cuello, las muñecas, la camisa... y justo cuando está por guardarlo, la puerta se abre bruscamente.

Diana (sorprendida y señalando el aire):

- ¡Ajá! ¡Eso huele a perfume de salir!

Lloyd (sobresaltado, da un brinco):

- ¡Diana! ¿Qué te pasa? ¡Toca antes de entrar!

Diana (entrecerrando los ojos, tono sospechoso):

- ¿Y tú qué? ¿A dónde crees que vas tan perfumado, eh?

Lloyd (tratando de sonar despreocupado):

- Al baile... no es gran cosa...

Diana (cruzándose de brazos, con sonrisa pícara):

- ¿Uuuuy, con quién vas? ¿Eh? ¿Eh? ¿Ya tienes cita?

Lloyd (mirando al techo, intentando evitar la conversación):

- Solo una chica del salón... nada importante...

Diana (burlona):

- Grrr... ya tengo excusa para ir yo también. ¡No me lo pienso perder!

Lloyd (volteando rápidamente):

- ¿Espera, qué? ¡¿Tú también vas a ir?!

Diana (ya saliendo del cuarto):

- Obvio. No te me escapas, hermanito.

Lloyd (quedándose solo, confundido):

- ¿Pero por qué siento que esto se va a salir de control...?

[Más tarde esa tarde - En la sala de la casa.]

Lloyd, David y Diana están listos y esperando. Todos están vestidos con lo mejor que encontraron en el armario.

Lloyd se ve incómodo ajustándose el cuello del saco.

David luce confiado, peinándose con gel frente a su reflejo en una cuchara.

Diana luce hermosa en un vestido lila con falda larga, pero frunce el ceño mientras se acomoda los tirantes.

Elena, su abuela, los observa desde el marco de la puerta con una sonrisa maternal.

Elena (con ternura):

- Bueno, mis niños... cuídense mucho esta noche. Y nada de andar de vagos después del baile, ¿sí? Quiero que estén de vuelta antes de las doce.

David (asintiendo con seguridad):

- Sí, abuela, no te preocupes. No vamos a hacer nada loco... bueno, no demasiado.

Elena (entregándole las llaves del auto):

- Toma, maneja con cuidado. Y recuerda, no corras.

David:

- Prometido.

Todos salen por la puerta principal y se suben al auto familiar color gris, un poco viejo pero confiable. Diana se acomoda en el asiento trasero mientras se estira y suelta una queja.

Diana:

- Ugh... este vestido está bonito, sí, pero no entiendo cómo las chicas pueden aguantar esto por horas.

David (mientras enciende el motor):

- Okey, cuando lleguemos por mi novia, quiero que se comporten. Nada de comentarios raros, ¿me oyen?

Lloyd (bromeando mientras se abrocha el cinturón):

- Sí, sí... ya quiero conocer a la famosa "novia secreta" de David. A ver si es real o solo una actriz contratada...

Diana (con una sonrisa malvada desde el asiento de atrás):

- Tranquilo, David. Prometo portarme... más o menos.

David (con los ojos en la carretera):

- Tengo miedo...

El auto se detiene frente a una casa modesta pero decorada con luces cálidas. David se baja del coche, se acomoda la camisa, respira hondo y camina hacia la puerta principal.

Diana (mirando por la ventana, con tono provocador):

- ¿Ves, Lloyd? Eso deberías estar haciendo tú... mostrando iniciativa, siendo todo un caballero...

Lloyd (frunciendo el ceño):

- Diana, cállate... tú ni siquiera tienes novio. Y eso que eres mujer, deberías tenerlo más fácil.

Diana (indignada, se cruza de brazos):

- ¡Oooh, cállate tú! ¿Sabes por qué no tengo novio? Porque la gente cree que tú y yo andamos. ¡Y eso es tu culpa por estar pegado a mí todo el tiempo!

Lloyd (con media sonrisa burlona):

- Excusa barata... nadie te impide conseguir a alguien.

Diana (mirándolo con los ojos entrecerrados):

- ¿Sabes qué? El día que tenga novio, lo voy a traer solo para que veas lo equivocado que estás. Y lo voy a besar frente a ti solo por molestar.

Lloyd (volteando al frente):

- Ajá... seguro.

Antes de que pueda responder algo más, David regresa con una chica a su lado. Ella es más bajita, de cabello rizado y sonrisa tímida. Lleva un vestido azul claro que resalta sus ojos grandes y expresivos. David le abre la puerta del coche con cuidado.

Ambos suben y hay unos segundos de silencio incómodo.

David (encendiendo el auto, tono tranquilo):

- Oye, Alexa, ellos son mis primos menores... no los tomes muy en serio.

Lloyd (apresurado, con una sonrisa nerviosa):

- ¡Hola! Un gusto en conocerte, de verdad.

David (mirándolo de reojo, con una expresión de advertencia):

- No empieces...

Alexa (riendo suavemente):

- Hola, jejeje. Tú eres Lloyd, ¿verdad?

Lloyd (sorprendido):

- ¿Cómo lo sabes?

Alexa (encogiéndose de hombros, divertida):

- Pues... eres el chico que peleó ayer en el torneo, ¿no? Todos en la prepa están hablando de ti. Te hiciste algo famoso.

Lloyd (rascándose la nuca, incómodo):

- Ah... sí, supongo. No fue la gran cosa.

Diana (asomándose un poco desde el asiento trasero, sonriendo con amabilidad):

- Y yo soy Diana, la prima incómoda que siempre está en medio de todo. Encantada.

Alexa (riendo con suavidad):

- El gusto es mío. Me gusta tu vestido.

Diana (sonriendo con más confianza):

- Gracias. Y el tuyo también está bonito, muy elegante. David tiene buen gusto después de todo.

David (mientras se incorpora al tráfico):

- Sí, sí... todos sean amables o los dejo en la gasolinera.

Los cuatro siguen su camino rumbo al baile, mientras las luces de la ciudad comienzan a iluminar la noche.

Las luces de colores titilan suavemente, reflejándose en las cortinas metálicas que cubren las paredes. El suelo brilla bajo los focos giratorios, y el lugar entero está lleno de estudiantes vestidos elegantemente. El DJ ya puso la música a todo volumen, y algunos grupos conversan mientras otros ya bailan en la pista.

Lloyd y Diana bajan rápidamente del auto y casi corren hacia la entrada.

Lloyd (mirando todo a su alrededor, algo impresionado):

- Wow... esto sí que no lo esperaba. Está... bien decorado, ¿no?

Diana (con una sonrisa burlona):

- A veces hacen cosas bien en esta escuela. Que no te sorprenda.

Ambos entran al gimnasio y Lloyd observa a todos los presentes, visiblemente confundido. No reconoce a muchos, pero nota que varias miradas se posan sobre él.

Chicos al fondo, murmurando:

- ¡Eh! Ese es Varek... sí vino al baile.

- ¿No era el que peleó en el torneo?

Lloyd frunce el ceño, incómodo, y sigue caminando junto a Diana entre la multitud.

De pronto, ve a Ryan al otro lado del salón, intentando coquetear con una chica que simplemente lo ignora, se da la vuelta y se aleja. Lloyd sonríe con malicia.

Lloyd (en voz alta, burlón):

- ¡JAJAJA! No puede ser... ¡mira nomás quién está aquí perdiendo dignidad!

Ryan (girándose rápido, con cara de fastidio):

- ¡Ssshh! Cállese usted, cabrón. Pensé que no ibas a venir... ya andabas de antisocial.

Lloyd (encogiéndose de hombros):

- Ya ves... tengo actitudes raras, como aparecer cuando nadie me espera.

En ese momento, Nathan y Christian se acercan con platos de comida en la mano.

Nathan (riendo apenas ve a Lloyd):

- ¡Lloyd! No manches, mírate... pareces abogado con ese traje.

Christian (sin filtro, bromeando):

- Pero abogado de los tontos, carnal. Como los de los comerciales baratos.

Lloyd (levantando una ceja, fingiendo molestia):

- ¡Ey! No se pasen... mínimo me bañé.

Justo entonces, Diana regresa cargando un par de vasos con refresco. Su vestido reluce bajo las luces del salón y su cabello cae de forma elegante. Los tres chicos se quedan en silencio apenas la ven.

Ryan (mirando de arriba abajo, con sorpresa):

- ... ¡¿Qué rayos?! ¿Diana? ¡Tú sí te esmeraste!

Nathan (con una sonrisa tonta):

- Oye, no sabía que los Varek tenían parientes que sabían vestirse tan bien.

Christian (bromeando, pero claramente impresionado):

- ¿Y tú de dónde saliste? ¿De una novela o de un comercial de perfume?

Diana (alzando una ceja, sonriendo con superioridad):

- De tu liga no, cariño. Ahora cómete tu hot dog y déjame pasar.

Lloyd (mirando a los tres):

- ¿Ven? Por eso no la invitan a salir... los deja sin palabras.

Ryan (riendo):

- No, pues... me callo.

Las luces cambian de tonalidad mientras la música sube de intensidad. El grupo de chicos apenas se empieza a relajar cuando, de repente, las miradas de todos se desvían hacia la entrada. Vanessa, Fernanda y Camila acaban de llegar.

Las tres caminan con paso seguro, cada una con un estilo muy marcado. Vanessa lleva un vestido azul metálico que la hace parecer salida de una pasarela, el cabello suelto, mirada altiva. Fernanda, por su parte, luce un conjunto elegante pero atrevido, y su andar está lleno de confianza. Camila, con un vestido blanco con detalles plateados y el cabello recogido en una trenza, brilla con una elegancia natural que atrapa la atención sin esfuerzo.

Ryan, Nathan y Christian se quedan congelados.

Ryan (boquiabierto, murmurando):

- ¿Qué... qué está pasando? ¿Es esto un sueño?

Nathan (sorbiendo aire entre los dientes):

- No puede ser... ¿Fernanda siempre fue tan guapa o me estoy volviendo loco?

Christian (mirando a Camila, impresionado):

- ¿Qué les dieron? ¿Poción de realeza o qué onda?

Diana sonríe con satisfacción y se adelanta a recibirlas, dándoles un abrazo rápido a cada una.

Diana (en tono divertido):

- ¡Por fin llegan! Ya estaba empezando a aburrirme con estos cavernícolas.

Fernanda (bromeando):

- Tranquila, ya te trajimos glamour. El evento puede comenzar oficialmente.

Vanessa (mirando de reojo a los chicos):

- Aunque... me esperaba un poco más de nivel por parte de ellos.

Camila, en cambio, no parece tan interesada en las bromas. Sus ojos están puestos directamente en Lloyd, quien está ocupado sirviéndose ponche con total indiferencia. Ella se acerca con paso suave, y se detiene justo a su lado.

Camila (con una sonrisa coqueta, tratando de llamar su atención):

- Hey... no pensé que vendrías.

Lloyd (mirándola, confundido pero amable):

- Ah... hola. Sí, bueno, surgió de improvisto.

Camila (cruzándose de brazos con sutileza, sonriendo):

- Pues te ves... bien. O sea, muy bien.

Lloyd (rascándose la nuca, sin captar la intención):

- ¿Sí? Pues gracias... tú también... estás... bien peinada.

Camila (arqueando una ceja, divertida):

- ¿Bien peinada...? ¿En serio?

Lloyd (parpadeando, incómodo):

- O sea... el peinado está... ordenado. Bien hecho. O algo así.

Camila suelta una risita ligera, con resignación.

Detrás de ellos, Ryan se tapa la cara.

Ryan (en voz baja):

- No puede ser... este tipo es inmune a las indirectas. ¡Es una piedra con patas!

Nathan (sacudiendo la cabeza):

- O le da miedo... o de plano no trae radar.

Christian (riendo):

- No, no... Lloyd es como un rompecabezas sin instrucciones: difícil de armar.

La música retumba y las luces danzan mientras el ambiente juvenil vibra. Todos parecen estar divirtiéndose, cada quien en su propio rincón del baile.

Nathan, Vanessa, Christian y Ryan están en una misión... o mejor dicho, Ryan los ha metido en una.

Ryan (ajustándose la chaqueta con seguridad):

- Muy bien... esta es la buena. Aquella de vestido azul me sonrió hace rato. Lo sentí. Fue real.

Vanessa (cruzada de brazos, con ceja alzada):

- ¿Estás seguro que no fue un bostezo?

Christian (comiendo algo):

- Ryan, llevas tres rechazos. El próximo ya es récord nacional, bro.

Nathan (riendo):

- Pero hey, admiramos tu perseverancia... aunque sea entretenido ver cómo te niegan.

Ryan los ignora, se pasa la mano por el cabello como si tuviera un comercial de champú y se acerca a un grupo de chicas.

Ryan (con su mejor voz de galán):

- Buenas noches, señoritas... ¿alguna de ustedes querría compartir un baile con el futuro campeón del torneo escolar?

Chica #1 (mirándolo de arriba abajo):

- ¿Campeón de qué? ¿De hablar solo?

Las otras chicas ríen. Ryan se queda parado un segundo, confundido.

Ryan (tratando de mantener la dignidad):

- ...Está bien, me lo merezco.

Vuelve al grupo mientras Nathan, Christian y Vanessa intentan no reírse demasiado fuerte.

Nathan (dándole una palmada en la espalda):

- Campeón... de la humildad, tal vez.

Gisselle camina con determinación, jalando a Lloyd del brazo como si fuera una celebridad que necesitaba ser exhibida. Él va detrás, con una media sonrisa incómoda, mientras pasan entre la multitud hasta llegar a una mesa donde ya estaban sus amigas: Natalia, Amy, Karla, y la prima de Briseida, quien casualmente estaba mirando el celular.

Natalia (alzando la mirada):

- ¡Ahí está la pareja del año! Llegaron los tóxicos.

Amy (bromeando con un guiño):

- Ufff, ya era hora. Gisselle, pensábamos que lo habías escondido para que nadie se lo robara.

Karla (riendo):

- ¡Ay, ya déjenla! Se nota que lo trae domadito... mira esa carita de "sí, mi amor".

Lloyd (poniendo su mejor cara de galán resignado):

- ¿Cómo no voy a obedecer? Si me amenaza con tirarme refresco encima.

Todas ríen. Lo miran con curiosidad, un poco más seria que las demás.

Natalia (a Gisselle):

- Pero neta, ¿sí es formal? Porque tú y el drama... uff.

Gisselle (sonriendo fingidamente):

- Obvio es formal. Mira su cara de enamorado.

Lloyd (forzando una sonrisa):

- Sí... puro amor... y confusión.

Briseida, que estaba llegando con un vaso en mano, los escucha desde unos pasos atrás. Se cruza de brazos y suelta una risita sarcástica.

Briseida:

- ¿Amor? Ay Gisselle... te juro que deberías ganar un premio por mejor actriz.

Gisselle (girándose rápido):

- ¡Brise! Cállate, tú cállate...

Lloyd (con el alma saliéndose del cuerpo):

- ¡ELLA LO SABE!

Briseida (divertida, dándole un sorbo a su bebida):

- ¿Y perderme esta novela? Jamás.

Amy y Karla se miran confundidas.

Amy:

- ¿Qué fue eso?

Gisselle (rápida):

- Nada, tonterías de primas. En fin, ¿bailamos o qué?

Lloyd, incómodo, mira a Gisselle con un susurro de pánico apenas disimulado.

Lloyd (en voz baja):

- Espera... ¿bailar...? Yo... yo no sé bailar...

Gisselle (cruzando los brazos y alzando una ceja):

- No seas exagerado. Tú solo sigue mis pasos, idiota.

Lloyd (más nervioso aún):

- ¿Y si mejor vamos por unas bebidas...? Digo, por precaución... para hidratarme, ¿no?

Gisselle (a punto de insistir):

- Nah, prefiero bai-

Amy (interrumpiendo con entusiasmo):

- ¡Sí, vamos por unas bebidas! Me estoy muriendo de sed.

Natalia (apoyándola):

- Ugh, sí. Además, con esta música no se puede ni caminar en la pista.

Gisselle frunce los labios, pero asiente con una sonrisa forzada. Entonces toma la mano de Lloyd con decisión.

Gisselle:

- Está bien... pero después no te salvas del baile.

Lloyd (en voz muy baja mientras lo jalan):

- Yo solo quería sobrevivir este día...

Camila, con un vaso en mano, observa todo desde la distancia. El brillo en sus ojos se apaga un poco al ver cómo Gisselle jala de la mano a Lloyd.

Camila (frunciendo el ceño):

- Oye Diana... ¿esa chica... es novia de Lloyd?

Diana levanta la mirada, masticando aún una galleta. Luego ve la escena.

Diana:

- No lo sé. Él no ha dicho nada... Tal vez solo vino con ella al baile. Ya sabes cómo es.

Diana se queda viendo a Camila... y su expresión cambia lentamente. Una sonrisa pícara se dibuja en su rostro.

Diana (con malicia):

- ¿Y por qué tanto interés en saber si andan o no?

Camila casi se ahoga con su bebida. Se pone un poco roja.

Camila (apurada, esquiva):

- ¿Qué? ¿Qué interés? Es solo que... no me gusta ver que mi mejor amigo ande con chicas que... que lo usan. Eso es todo.

Diana (divertida):

- Sí, claro. "Mejor amigo". Te salió muy natural esa justificación, eh.

Camila (más alterada):

- ¡Ay, ya! ¿Vamos al baño? Dijiste que querías ir, ¿no?

Diana (burlona):

- Sí, sí... vamos. No te pongas nerviosa.

[Interior - Pasillo fuera del gimnasio - Camino hacia los baños]

Camila y Diana caminan tranquilas hasta que, doblando la esquina, ven a un chico de espaldas... hablando aparentemente solo.

Camila (sorprendida, bajando la voz):

- Espera... ese es Kael...

Diana (frunciendo el ceño):

- ¿Cuál Kael?

Camila:

- Un chico... con el que Lloyd se chocó el día del Torneo. ¿Qué hace hablando con la pared?

Diana (mirando bien):

- ¿Está... hablando solo?

En ese momento, Fernanda aparece por detrás y las asusta de un grito.

Fernanda:

- ¡BUUU! ¿Qué hacen tan calladitas?

Camila y Diana saltan del susto.

Camila:

- ¡¡FERNANDA CÁLLATE!!

Diana (molesta):

- ¡Nos vas a matar de un infarto, loca!

Fernanda (riendo):

- ¡Ay, cálmense! ¿Qué están viendo?

Camila (señalando discretamente):

- Mira... ese chico. Está hablando... con la pared.

Las tres observan. A unos pasos, Kael está inclinado levemente hacia adelante, como si escuchara algo que nadie más oye.

Kael (en voz baja y seria):

- Sí, señor... déjeme investigo. No creo que sea coincidencia que esté aquí.

Camila (susurrando con ojos abiertos):

- Kael...?

Kael se gira abruptamente al escuchar su nombre. Se le nota sobresaltado, como si no esperara que alguien lo estuviera observando.

Kael:

- ¿Eh? ¿Camila...? ¿Qué hacen aquí?

Diana, Fernanda y Camila se miran entre ellas, todas con la misma expresión: algo raro estaba pasando con ese chico...

Camila frunce el ceño, dando un paso hacia Kael, aún algo desconcertada.

Camila (con cautela):

- ¿Qué estabas haciendo, Kael? Parecía que... hablabas con alguien.

Kael, parpadeando con rapidez, desvía la mirada un segundo. Su voz suena forzada, como si improvisara sobre la marcha.

Kael:

- ¿Eh? Ah... yo... estaba hablando con mis papás... sí, eso. Les estaba mandando un mensaje de voz.

Diana alza una ceja, claramente sin creerle. Fernanda, en cambio, solo mastica un chicle y lo observa como si nada.

Diana (escéptica):

- ¿Hablando con tus papás? ¿Mirando fijamente a la pared?

Kael (fingiendo una risa nerviosa):

- Je... ya sabes, costumbres raras. Uno se acostumbra a hablar en voz alta cuando vive con mucha gente. En fin...

Kael da un paso atrás, intentando mantenerse tranquilo, aunque su rostro lo delata: hay algo que oculta.

Kael:

- Bueno... disfruten del baile, ¿sí?

Sin esperar respuesta, se da media vuelta y se aleja por el pasillo, caminando un poco más rápido de lo normal.

Camila lo observa hasta que desaparece de vista.

Camila (en voz baja):

- Se veía... extraño. No como antes.

Fernanda (encogiéndose de hombros):

- Ña, para mí no. Hay gente rara en todos lados. Seguro estaba haciendo un TikTok, o algo así.

Diana (sin quitarle ojo al pasillo):

- No... esto no fue normal.

[Interior - Baño de chicas, minutos después]

Las tres entran al baño, aún comentando lo ocurrido.

Camila (lavándose las manos):

- Estoy casi segura de que no estaba solo. Algo no encajaba.

Diana (mirándose al espejo):

- ¿Y si tenía un auricular oculto o algo? Hay gente que parece hablar sola y en realidad está en llamada.

Fernanda (sentándose en la encimera con desinterés):

- O tenía un amigo imaginario. Todos tuvimos uno de pequeños. Bueno, yo no, pero ustedes seguro sí.

Las tres se ríen suavemente, bajando un poco la tensión. Camila saca un cepillo de su bolso y comienza a peinarse frente al espejo.

Sin que ellas se den cuenta, una sombra se mueve silenciosamente en el pasillo. Una mano cierra con sigilo la puerta principal del baño... y gira el cerrojo desde afuera.

Click.

Después de un rato, ya más tranquilas, se disponen a salir.

Camila (con tono animado):

- Bueno, volvamos. Ya deben haber puesto música buena.

Diana (acercándose a la puerta):

- Por fin, ya me estaba aburriendo aquí adentro.

Fernanda (bajando de la encimera):

- Ojalá haya paletas en la mesa de dulces, porque no pienso bailar ni por error.

Pero cuando Diana intenta abrir la puerta... esta no se mueve.

Diana (confundida):

- ¿Qué...? ¿Está trabada?

Camila (acercándose):

- ¿Cómo que trabada? A ver...

Camila intenta girar el picaporte varias veces. Nada. La puerta no cede.

Fernanda (con tono burlón):

- ¿No me digas que alguien nos encerró? ¡Qué original! ¿Esto es una broma?

Diana (empezando a alterarse):

- ¡No puede ser! ¡No se abre!

Camila (golpeando la puerta):

- ¿¡Hola!? ¿¡Hay alguien afuera!? ¡Abran!

Fernanda:

- ¿Esto es en serio? ¡Ey! ¡Nos dejaron encerradas, no tiene gracia!

Diana (gritando con fuerza):

- ¡SAQUENOS DE AQUÍ! ¡NO ES CHISTOSO!

Las tres comienzan a golpear la puerta con fuerza, sus voces superadas por la música del gimnasio que sigue sonando a lo lejos, sin que nadie parezca escucharlas.

Ryan está recostado sobre la mesa con una expresión de derrota. Sostiene un vaso medio vacío mientras su mirada perdida se clava en el suelo como si buscara una explicación lógica para su mala racha.

Ryan (resoplando):

- Nah... chicas tontas. No saben lo que se pierden. ¡El Ryan nunca falla! Solo... hoy no fue mi noche.

Vanessa, sentada a su lado, suelta una risa burlona mientras juega con su pajilla en el vaso.

Vanessa (con una sonrisilla):

- Sí claro, campeón. Seguramente fue eso... o que das más miedo que confianza cuando te acercas bailando como gallina herida.

Nathan, a medio bocado de una empanada, se atraganta de la risa.

Nathan (masticando):

- ¡JAJA! Gallina herida... buenísimo. Esa va a quedar para siempre, bro.

Ryan (fingiendo indignación):

- ¡Ja ja ja, muy graciosos! Cuando yo tenga una novia, ustedes van a rogarme por consejos.

Christian, con una sonrisa tranquila, deja su plato y se pone de pie.

Christian (calmado):

- Ya, ya... voy por algo de tomar antes de que empiecen a lanzarse los tenedores. ¿Alguien quiere algo?

Vanessa:

- Sí, tráeme algo que no me cause diabetes.

Ryan (levantando su vaso):

- Y yo otro de estos. Pero ponle buena vibra esta vez, a ver si cambia mi suerte.

Christian (riendo):

- No hago milagros, pero lo intento.

[Interior - Área de bebidas]

La música suena suave en el fondo mientras Christian se sirve con calma un vaso de agua. Todo parece normal... hasta que, sin darse cuenta, se gira demasiado rápido y choca con alguien.

Christian (sorprendido):

- ¡Ah! P-perdón... no te vi.

Chica (nerviosa):

- Ay... no, no, fue mi culpa... perdón, de verdad...

Christian (con amabilidad):

- Tranquila, fue un accidente. Nada grave.

Ambos se agachan al mismo tiempo para recoger el vaso que casi cae al suelo, sus manos se rozan apenas. Ella baja la mirada rápidamente.

Christian (con una sonrisa sincera):

- Aquí tienes.

Le ofrece el vaso. Ella lo toma con timidez, evitando el contacto visual.

Christian (suavemente):

- ¿Cómo te llamas?

Chica (dudando un poco):

- Eh... me llamo Ruka...

Christian (asintiendo):

- Ruka. Es un nombre bonito. Yo soy Christian.

Ruka (haciendo un leve gesto con la cabeza):

- G-gusto en conocerte...

Christian (amable y relajado):

- ¿Viniste sola?

Ruka se ve un poco incómoda, juega con sus dedos al responder, tartamudeando levemente.

Ruka:

- Eee... s-sí... o sea... n-n-no... bueno... sí... más o menos...

Christian (riendo un poco, tratando de ponerla cómoda):

- Suena complicado. Pero igual, si quieres, puedes venir con nosotros. No mordemos... al menos no sin consentimiento.

Ruka lo mira con una mezcla de sorpresa y nerviosismo. Su primer impulso es negarse, pero algo en el tono tranquilo de Christian la hace asentir despacito.

Ruka (apenas audible):

- O-okey...

Christian sonríe, le hace una seña con la cabeza para que lo siga y se gira de nuevo hacia su mesa.

Lloyd camina con paso apresurado por el pasillo lateral del gimnasio. Aún sostiene la sensación de incomodidad por la manera en que las amigas de Gisselle lo miraban como si fuera un trofeo. Mira su mano como si aún sintiera el agarre de ella.

Lloyd (pensando, murmurando):

- Necesito aire... solo un momento lejos de todo esto...

Justo al doblar hacia los baños, un murmullo agudo y desesperado se cuela por la rendija de una puerta. Al principio cree que es parte del bullicio del baile... hasta que escucha una voz familiar.

Diana (desde adentro, gritando):

- ¡¡¡LLOYD, SACANOS DE AQUÍ!!!

Lloyd se detiene en seco, sus ojos se abren de par en par. Corre hasta la puerta del baño de mujeres, la toma del picaporte y forcejea.

Lloyd (alarmado):

- ¡¿Quién cerró esto?! ¿Están todas bien?

Fernanda (gritando):

- ¡¿CÓMO VAMOS A ESTAR BIEN, TONTO?! ¡ESTAMOS ATRAPADAS EN UN BAÑO!

Lloyd (nervioso):

- ¡Okey okey! ¡Apártense de la puerta!

Da un par de pasos hacia atrás, respira hondo y corre con fuerza hacia la puerta... solo para rebotar como muñeco de trapo y terminar en el suelo con un quejido.

Lloyd (adolorido):

- Auch... definitivamente... no funcionó...

Diana (desde dentro, sarcástica):

- ¡¿Qué no funcionó?! ¡No me digas!

Camila (preocupada):

- ¿Estás bien? ¿Te lastimaste?

Lloyd (poniéndose de pie):

- Estoy bien... más o menos... Pero tengo otra idea.

Fernanda (gritando):

- ¡No vayas a hacer alguna tontería, Lloyd!

Lloyd (decidido):

- Confíen en mí... voy a usar mi poder.

Camila (alarmada):

- ¿¡Qué!? ¿¡Vas a derribar la puerta con eso!?

Fernanda (aún más alterada):

- ¡NO, NO Y NO! ¿¡Y si explota algo!? ¡Este baño tiene azulejos!

Lloyd (en tono serio, concentrándose):

- Solo... apártense un poco más. No es mucha energía, solo lo justo para romper el seguro.

Coloca su mano frente a la puerta y respira profundamente. Una esfera de Esencia Esmeralda comienza a formarse en el aire, girando lentamente como un remolino de luz y hojas flotantes. La energía brilla con intensidad, iluminando el pasillo con tonos verdes... pero algo más empieza a suceder.

Una sombra... delgada, alargada, casi líquida... se desliza por la pared como si escapara de la luz. Lloyd frunce el ceño al notarla, sin dejar de concentrarse.

Lloyd (en voz baja, dudoso):

- ¿Qué... es eso?

La sombra se arrastra en silencio, acercándose a él desde atrás.

La esfera de Esencia Esmeralda brilla con fuerza entre las manos de Lloyd, girando como un pequeño sol verde que late con energía contenida. Sus ojos se entrecierran, concentrado, a punto de disparar...

Pero en un instante brutal, una sombra gigantesca y amorfa se materializa y lo arremete contra la pared con violencia, haciéndolo soltar el ataque antes de tiempo. La esfera sale disparada hacia el cielo, atravesando el techo con un estruendo que sacude el gimnasio entero. Fragmentos de concreto caen a su alrededor.

Diana (desesperada, desde el baño):

- ¡¡¡LLOYD!!! ¿¡Estás bien!?

Fernanda (en pánico):

- ¡¿Qué está pasando allá afuera!? ¡¡¿QUÉ FUE ESE RUIDO?!!

Camila (gritando con fuerza):

- ¡¡¡LLOYD, CONTESTA!!! ¿¡QUIÉN ESTÁ AHÍ!?

Aún aturdido, Lloyd abre los ojos con dificultad. Levanta la vista y lo que ve le corta la respiración: una sombra retorcida, de contornos deformes, flotando frente a él. Tiene ojos completamente blancos que brillan con intensidad antinatural... y una sonrisa imposible, estirada, sin forma ni alma.

Lloyd (boquiabierto, apenas susurrando):

- N-no puede ser... ¿Qué demonios eres tú?

Sin previo aviso, la sombra se abalanza sobre él como una ráfaga oscura, pero Lloyd rueda a un lado, esquivándola por centímetros y poniéndose de pie de un salto.

Diana (gritando con fuerza desde adentro):

- ¡¡¡SÁCANOS DE AQUÍ YA, LLOYD!!!

Lloyd (jadeando, corriendo hacia la puerta):

- ¡¡Maldita sea, maldita sea...!! ¡¡Ábrete! ¡¡ÁBRETEEE!!

Golpea con todas sus fuerzas la puerta, pero no se abre.

La sombra vuelve a lanzarse, veloz como un relámpago. Esta vez Lloyd la esquiva por instinto, y el ente oscuro se impacta de lleno contra la puerta, creando una gran grieta.

Camila (con voz temblorosa):

- ¿¡Qué... qué es eso!? ¡Eso no es humano!

Fernanda (gritando):

- ¡¡¡PERO QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO!!!

Diana, sin perder el tiempo, rompe con desesperación parte del lavamanos, tratando de agrandar el agujero en la puerta con lo que puede.

Mientras tanto, Lloyd se vuelve a enfrentar a la sombra. Lanza un golpe directo... pero su puño la atraviesa como si fuera niebla.

Lloyd (frustrado):

- ¿¡Qué rayos!? ¡No puedo tocarla!

La sombra responde con un zarpazo, esta vez sí impacta, lanzando a Lloyd contra una pared. Se arrastra con dificultad por el suelo, pero se incorpora.

Lloyd (furioso):

- Muy bien... Tú lo pediste.

Abre la mano con decisión y una nueva esfera de Esencia Esmeralda comienza a formarse. La energía vibra con una luz tan intensa que por un momento la sombra parece titubear, incluso retrocede ligeramente.

Lloyd (mirando a la criatura):

- ¿Te incomoda esto, eh? ¿La luz...?

Dispara la esfera, pero la sombra se mueve a un lado y la esquiva con agilidad sobrehumana. Se lanza de nuevo, una masa negra en velocidad.

Lloyd, con reflejos rápidos, genera otra esfera más pequeña y la lanza con precisión. Esta sí impacta de lleno en la sombra. Esta emite un chillido agudo y horrible, como si se estuviera quemando por dentro.

Lloyd (jadeando, asombrado):

- ¡Sí! ¡Te duele...! ¿La luz te afecta? ¿Pero cómo... si este lugar está lleno de luces?

La sombra, herida y furiosa, no le da tiempo de pensar. Lo agarra con fuerza, elevándolo en el aire y lo lanza contra una puerta lateral, haciéndolo caer rodando por una escalera oscura.

Lloyd (en el suelo, adolorido):

- Aaah... ¡Ahh, maldita sea... me duele!

Se incorpora con dificultad, la sangre corre por su brazo. Con la mano temblorosa, enciende el interruptor de la luz del cuarto donde ha caído.

Lloyd (jadeando):

- Muy bien... vamos, muéstrate...

Observa a su alrededor con alerta. Nada.

Hasta que, de repente, la sombra cae desde el techo y lo aplasta contra el suelo, dejándolo sin aire.

Lloyd (gritando, luchando):

- ¡SUÉLTAMEEEE!

Sus manos se iluminan de verde intenso al contacto con la criatura. La sombra grita de dolor, un sonido desgarrador que retumba por todo el lugar, y se aleja de él a toda velocidad.

Lloyd (levantándose, respirando con dificultad):

- ¡JA! ¿Eso te dolió? ¡Pues a mí también, idiota...!

La sombra se detiene... y algo cambia. Su cuerpo se queda inmóvil, como si estuviera escuchando una voz silenciosa. Luego, sin más, se desvanece en el aire, como si nunca hubiera estado ahí.

Lloyd (confundido, mirando a su alrededor):

- ¿Pero qué carajos fue eso...?

Desde arriba, se escuchan los gritos de Camila, Diana y Fernanda, aún encerradas en el baño.

Diana (desde arriba):

- ¡¡¡LLOYD!!! ¿¡NOS VAS A SACAR O TE MATASTE ALLÁ ABAJO!?

Lloyd respira con dificultad mientras se apoya contra la pared. Su brazo sangra visiblemente, y su ropa está sucia por la caída. Con un gruñido de dolor, se arranca un trozo de su camisa y se lo enrolla como torniquete improvisado. Aprieta los dientes mientras lo ajusta.

Lloyd (entre dientes, con fastidio):

- Vamos... solo un poco más... No te vas a morir por una herida...

Se incorpora con esfuerzo y sube las escaleras de nuevo, cojeando ligeramente, pero con la mirada decidida. Cada paso parece pesar el doble.

Cuando llega al pasillo, escucha las voces alteradas de las chicas al otro lado de la puerta. Sin dudar, levanta su mano buena, y una nueva esfera de Esencia Esmeralda comienza a girar en su palma. Esta vez, no tiembla.

Lloyd (con firmeza):

- Váyanse al demonio, cerraduras...

Dispara. El proyectil de energía impacta directamente contra la puerta del baño, reventándola con una explosión de luz verde. La madera se astilla y cae hacia adentro, liberando una nube de polvo.

Diana, Fernanda y Camila salen corriendo del baño, tosiendo y mirando a su alrededor, aún aterradas.

Diana (con el corazón acelerado):

- ¡¡¿Qué fue eso?!! ¡¿Qué carajos era esa cosa que escuchamos?! ¡¿Era un monstruo?! ¡¿UN DEMONIO?!

Fernanda (agitada, mirando todo el caos):

- ¡¡Ay Dios... esto no es normal, no es normal!! ¡Yo solo quería ir al baño, no luchar con un fantasma del infierno!

Camila (mirando a Lloyd):

- ¡Lloyd, ¿qué pasó?! ¡¿Qué era esa cosa?! ¡Se sintió... horrible!

Pero su voz se apaga al verlo cubierto de polvo, con la camiseta rota y el brazo ensangrentado. Los ojos de Camila se abren de par en par.

Camila (preocupada, acercándose rápidamente):

- ¡Estás sangrando! ¡¿Qué te hizo eso?!

Lloyd (intentando minimizarlo):

- Estoy bien... solo fue una caída... esa cosa era rápida, me agarró por sorpresa.

Diana (indignada y aterrada):

- ¡¿CÓMO QUE ESTÁS BIEN?! ¡Tienes un tajo en el brazo, Lloyd! ¡¿Te peleaste solo con eso?! ¡¿Estás loco o qué?!

Lloyd (con una mueca, bajando un poco la mirada):

- No tenía opción. No podía dejar que llegara hasta ustedes.

Fernanda (aún temblando):

- ¿Y... y la cosa esa...? ¿Dónde está? ¿La mataste?

Lloyd (mirando el techo, aún en alerta):

- No. Solo... desapareció. Como si alguien la hubiera llamado. Pero no creo que haya terminado.

Camila (con tono suave, pero firme):

- Gracias por protegernos... pero no vuelvas a enfrentarte solo a algo así. No otra vez, Lloyd.

Diana (cruzándose de brazos, aún nerviosa):

- En serio... te odio por lo mucho que me preocupas, idiota...

Lloyd (forzando una sonrisa cansada):

- Tranquila. Estoy bien. Lo prometo.

Las luces del lugar se han atenuado, ahora suenan canciones más lentas. Algunos grupos conversan en voz baja o bailan con calma. La fiesta está llegando a su fin.

Diana, Fernanda y Camila caminan lentamente con Lloyd al centro del gimnasio. Él se ve cansado, con la camisa aún sucia, el brazo vendado de forma improvisada y una expresión de agotamiento que no puede ocultar.

Ryan, Nathan y Vanessa los ven acercarse y de inmediato se les nota la preocupación al ver el estado de Lloyd.

Ryan (alerta):

- ¡¿Qué rayos le pasó?! ¿¡Lloyd estás bien!?

Nathan (frunciendo el ceño):

- ¿Alguien te golpeó? ¿Dónde están esos imbéciles?

Vanessa (con los ojos bien abiertos):

- ¡¿Por qué vienes todo sucio y con sangre?! ¡¿Qué pasó allá atrás?!

Fernanda (agitada, todavía con el miedo encima):

- ¡Nos encerraron en el baño! ¡Literal! La puerta no se abría... ¡y cuando Lloyd fue a ayudarnos... algo apareció!

Camila (tomando aire):

- No era humano... era una sombra... algo raro. Se lanzó contra Lloyd sin razón. Si no hubiera estado ahí...

Diana (mirando a su hermano, con una mezcla de ternura y fastidio):

- Hay hermano... ¿por qué a ti te pasan estas cosas...? ¿Por qué a ti te tienen que pegar los bichos raros?

Lloyd (forzando una sonrisa mientras se sienta):

- No es mi culpa que les caiga bien...

Diana comienza a quitarle el polvo y la tierra de los hombros, murmurando algo entre dientes. Camila se arrodilla frente a él y empieza a limpiar con delicadeza la herida de su brazo con una toallita húmeda.

Camila (en voz baja, sin mirarlo directamente):

- No es tan profunda... pero seguro duele como el demonio.

Lloyd (mirándola, sin decir nada):

- ...

Ella solo se concentra en lo que hace, sin levantar la mirada, aunque sus mejillas están ligeramente sonrojadas.

[Un rato después - fin del baile]

La música termina. Los últimos acordes suaves se apagan. La gente comienza a irse poco a poco.

Ryan (estirándose):

- Hora de partir.

- (mirando a Christian a lo lejos)

- ¡Ey, Christian! ¡Nos vamos!

Christian, que está riendo con Ruka, se detiene y voltea.

Christian (con una sonrisa):

- ¡Adiós, Ruka! Nos vemos.

Ruka (titubeando, bajando la mirada):

- Sss... sí, adiós...

Ella le devuelve una pequeña sonrisa mientras Christian se va.

[Exterior - Estacionamiento, más tarde]

Lloyd ya está sentado en el auto, junto a Diana que ahora duerme profundamente contra la ventana. Camila y Fernanda bajan con él.

David, que acaba de llegar con su novia, los ve acercarse.

David (frunciendo el ceño):

- ¿Y a ti qué te pasó? Pareces haber peleado con un muro.

Lloyd (sin ganas de explicar demasiado):

- Nada. Una caída tonta.

David (mirando a las chicas, extrañado):

- ¿Y ellas? ¿Por qué tienen esa cara de haber visto un fantasma?

Lloyd (con firmeza):

- Hay que llevarlas a casa. No es momento para preguntas.

David lo mira, algo molesto, pero termina asintiendo.

David (resignado):

- Está bien... suban.

El auto arranca y se aleja lentamente del gimnasio. Mientras lo hace, una figura oscura se posa silenciosamente en lo alto del techo, observándolos a la distancia sin hacer ruido.

[Exterior - Frente a la casa de Camila, minutos después]

El motor del auto está encendido. David está al volante, Diana sigue dormida. Camila y Lloyd bajan juntos. Camila toca la puerta de su casa, pero parece nerviosa.

Camila (mirándolo de reojo):

- Gracias, Lloyd... por todo lo de hoy.

Lloyd (con una leve sonrisa):

- No hay de qué, Camila. Para eso están los amigos, ¿no?

Camila escucha pasos acercándose desde adentro. Se queda en silencio unos segundos, como dudando.

Camila (mirándolo fijamente):

- Mañana... vienes a entrenar con mi papá, ¿verdad?

Lloyd (asintiendo):

- Sí... a las nueve.

**Camila baja la mirada, claramente indecisa. Se aprieta las manos, respira hondo... y antes de que la puerta se abra, se lanza y le da un beso rápido en la mejilla a Lloyd.

Él se queda completamente quieto, sorprendido, mirándola sin entender qué acaba de pasar.

Camila (colorada como un tomate):

- ¡Bueno, gracias otra vez! ¡Nos vemos!

Justo en ese instante, Mariela abre la puerta. Camila entra de inmediato, sin decir nada más.

Lloyd sigue congelado sube al auto, mirando al frente, totalmente confundido.

David (riendo desde el auto):

- Mira nomás... perro.

Lloyd (parpadeando):

- ... ¿Qué...?

David arranca el auto, aún sonriendo mientras el vehículo se aleja por la calle silenciosa.

El ambiente es denso, casi irrespirable. Solo se escucha el eco del goteo del agua en algún rincón lejano y el crujir de las piedras húmedas. Una tenue luz verdosa ilumina apenas la silueta de un encapuchado frente a un altar rústico.

Encapuchado (voz grave y contenida):

- Así que... el cristal no estaba ahí.

Desde las sombras, se escucha la voz de un joven, firme pero impaciente.

Voz joven:

- No... no estaba en ese lugar.

- Y no había necesidad de mandar a la sombra... yo podía hacerlo solo.

Encapuchado (tajante):

- ¿Eso crees tú?

Hace una pausa, caminando en círculos lentamente.

- La envié para distraer a los chicos. No era por ti.

- Pero estamos perdiendo tiempo... tenemos que conseguir los cristales antes de que el jefe se dé cuenta de que no hemos conseguido ni uno.

Voz joven (conteniendo su frustración):

- Lo sé. Solo... solo dame más tiempo. Estoy cerca. Muy cerca.

Encapuchado (en tono amenazante):

- Más vale que sí.

- Los demás ya están haciendo su parte... y no quiero que tú seas el eslabón débil.

Voz joven (más calmado, pero con determinación):

- No se preocupe...

- Yo sé lo que hago.

La figura del joven da un paso hacia la luz. Es Kael. Sus ojos brillan con un dejo de arrogancia contenida, pero también con astucia.

FIN DEL EPISODIO

1
nalxyt
¡Qué emocionante esta historia!😆
catalina trujillo
Me encanta cómo escribes, pero necesito más de tu historia para satisfacer mi curiosidad. 😜 ¿Cuándo actualizas?
luhax
No puedo esperar por el siguiente, bendiciones
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