Renací Para Salvarte

Al día siguiente, el conde ya estaba en la mina, cuando Kayla llegó.

Conde: buenas noches

Kayla: Enid, ¿Qué tenemos?

Enid: los hermanos están adentro, pero tenemos un problema…

Kayla: ¿Qué paso?

Enid: tienen dudas hacia donde seguir… no se han puesto de acuerdo… y ya sabes lo obstinados que son

Kayla: entiendo, voy a entrar

Conde: ¿has entrado a la mina?

Kayla: claro, me gusta jugar con las piedras en su origen

Conde: bien, algo que hagas…

Kayla entro seguida del conde…

Kayla: tienen que tener cuidado, hay rocas sueltas en algunas partes…

El conde asintió y la siguió en silencio.

Kayla se encontró con los hermanos Levesque… uno apuntaba para la izquierda y otro para la derecha…

[asi con las picotas me recuerdan a los enanos de la blanca nieves]

Kayla: esperen por favor…

Kayla comenzó a pasar la mano por la piedra haciendo movimientos circulares.

Conde: ¿Por qué acaricias las piedras? ¿crees que están tristes?

Kayla: la obsidiana mantiene el calor, mejor que las otras piedras, por lo que, la zona que este con mayor temperatura nos indicará por donde debemos seguir…

Los hermanos Levesque se miraron y asintieron y comenzaron a tocar las piedras… pronto… encontraron el camino por el que debían seguir…

El conde asintió y continúo observando el trabajo. Al día siguiente, se comenzó a involucrar mas con la investigación, su ropa había cambiado y llevaba un diamante del tamaño de un huevo.

Conde: mi diamante es casi del mismo tamaño que la obsidiana que me diste

Kayla: no se la di, usted se la quedo

Conde: es lo mismo…

Kayla volvió a entrar a la mina y al salir vio al conde dándole fuertes golpes al diamante contra la obsidiana…

Kayla: ¡cuidado!

Kayla se acercó rápidamente, pero la chispa por el choque entre las dos piedras había herido la mano del conde… pero, gracias a la advertencia había podido soltar la piedra antes, por lo que la quemadura fue menor…

Kayla: ¡dios mío! ¿le duele mucho?

El conde vio en el rostro de ella, una preocupación real y por algún momento eso le molesto…

Conde: estoy bien… déjame

Kayla: por favor… déjeme ayudarlo, si se cubre asi la mano se le va a infectar…

El conde dejo que ella le revisara y Kayla con mucho cuidado limpió la herida y le puso unas hojas machacadas sobre la mano.

Conde: como sabias que hacer

Kayla: el mago me enseño, me dijo que algo asi podría pasar, aunque me dijo que las heridas que podría causar serian menores…

Conde: debe ser porque el diamante que tu usas es de juguete…

Kayla: no debe manipular asi la piedra, pudo haberse hecho mucho daño

Conde: no me duele

Kayla: lo acompañare a la mansión

Conde: ¿Por qué? puedo hacerlo solo

Kayla: con la mano vendada le será difícil manejar la rienda del caballo en la bajada de la montaña, por favor déjeme ayudarlo

Conde: bien… como sea…

El conde se subió al caballo y detrás de él se subió Kayla.

Kayla: yo llevare las riendas…

Conde: bien, solo vámonos…

El camino de regreso a la mansión fue en silencio, pero cómodo para ambos…

Kayla pensó que, al día siguiente, el conde no iría, sin embargo llego acompañado de una docena de trabajadores más, quienes construyeron una pequeña cabaña al lado de la entrada de la mina.

Kayla: muchas gracias conde

Conde: es para que yo este mas cómodo… pero, si ustedes quieren la pueden utilizar, adentro habrá comida, fruta y agua fresca y unas sillas para que descansen…

Enid y los hermanos Levesque, entraron de inmediato a comer…

Así el trabajo de Kayla, el equipo de trabajo y el conde, se fortalecia y avanzaba cada día… asi lo hizo por varios meses…