Muchas veces creemos que el amor es condicionado, que debería ser, te amo si me complaces, te amo si me das, te amo si me haces feliz, pero Paul y Michelle nos enseñaran que el amor es una decisión que va por encima de todo y TODOS...
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Moya Koroleva
Paul...
Cuando mi chiquita comenzó a tocar mi abdomen, parecía que su solo toque quemaba. NUNCA había sucedido esto. Por eso con cada cosa, siento que nos compenetramos más y más. Verle su carita curiosa mientras toca es un deleite para mí, pero entonces como nada puede ser perfecto, cuando ví que se mordió los labios de la forma tan jodidamente sensual y sincera en la que lo hizo, mi juicio se fue a la mierda y no me aguanté más.
La acosté y comencé a darle placer. Mi muñeca no me decepcionó. Una vez que no le permití cerrarse, se dejó hacer y con sus gemidos me estaba volviendo loco. Cuando alcanzó su clímax, me bebí su néctar. Sus piernitas temblaban y la veía como se agarraba de las sabanas. Fue entonces cuando mi bóxer salió volando y mi amigo estaba como vara de acero. Me posicioné entre sus piernas y lo puse en la entrada.
Sus ojitos estaban cerrados apretados como si esperara un golpe o algo así. Entonces le hablé y le dije Amor, mírame... Abrió sus ojos poco a poco. Entonces ví miedo y temor en ellos. Aunque no quería, hice la pregunta... ¿Quieres que pare? Sus ojos me miraron y negó frenéticamente... No amor, es solo que estoy un poco nerviosa y asustada, pero no, no quiero que pares. ¡Quiero esto y lo quiero ya! Respondió con decisión.
Sonreí y comencé a besarla. Su cuerpo que había estado un poco tenso, comenzó a relajarse y yo poco a poco comencé a entrar. Fui despacio para no lastimarla en nada. Sus uñas fueron entrando en mi piel sin lastimarme y la entiendo, sé que es su primera vez. Me encontré con su barrera y entonces comencé a besarla más. Mi amigo palpitaba. Jamás había estado con una mujer virgen. Sentía la gloria. Su interior era como si estuviese hecho especialmente para mí. Entonces cuando sentí que estaba relajada, terminé de entrar, llevándome así su tesoro. La miré y salieron lágrimas de ella. ¿Te dolió mucho amor? Cuando me pueda mover me avisas... Hablé a lo que con una sonrisa me respondió en un susurro... No mi amor... Tranquilo. La seguí besando unos instantes más.
Con ella pasó algo que con ninguna otra mujer había sucedido. Mi amigo entró completo sin que ella se quejara por el tamaño o el grosor de él. Las mujeres con las que había estado antes, se quejaban de eso. Una vez una mujer bastante delgada me dijo Si lo sigues metiendo me vas a partir a la mitad. Y así paso también con gorditas o sino se quejaban de lo grueso que es. Que yo cupiera entero y sin que ella se quejase fue... ¡Eso fue para mí la gloria! Ella definitivamente es la pieza faltante de mi rompe cabeza.
Su interior seguía apretándome con fuerza. Quería moverme, sentía que quería buscar oro en esa cueva tan deliciosa, pero me contuve. Entonces pasados unos minutos en los que seguí con mi cometido de hacerla disfrutar y acariciaba apasionadamente sus pechos, sola comenzó a moverse. Sonreí porque esa era la meta. Entonces comencé con el vaivén, lento pero seguro, constante y sonante, ella estaba más que húmeda para mí y entonces no me aguanté más, comencé a mordisquear sus piernas mientras aceleraba mis movimientos entonces su interior comenzó a contraerse, ella estaba cerca nuevamente y yo ya estaba al borde también, por lo que cuando ella alcanzó el cielo, yo también lo hice con ella.
Me quedé anonadado mirándola. ¡Eres hermosa mi amor! Dije mientras le daba un beso en la frente. Ella solo me miró y me dio un besito en la punta de la nariz. Esto fue... -Yo iba a decir algo, pero colocó su dedito sobre mis labios- Esto fue mágico. Pensé que me quedaría virgen porque se supone que a ningún hombre yo le podía gustar y llegas tú un dios griego y me regalas la mejor noche de mi vida. Te amo Paul Volkov. Creo que jamás me habían dicho algo que me elevara más mi ya crecido ego.
Amor, soy yo el que te tiene que agradecer. Te guardaste para mí. Para un desgraciado que no te merecía. Eres un ángel que calma todos mis demonios, eres la única mujer que se ha vuelto mi debilidad sin ser de mi sangre. Yo he sido malo amor, he peleado, he desfalcado a personas que eran abusadores de trabajadores inmigrantes, tengo amigos en la mafia... En fin no soy un santo moya koroleva. Pero así como no he sido un santo, tampoco soy un mentiroso. Y créeme cuando te digo que tú eres la mujer de mi vida y que si alguien nuevamente quiere dañarte lo pagará con sangre.
La besé y entonces se puso de lado y con su carita tierna, me dijo: Seas quien seas no me importa, lo que hayas hecho, tus razones tendrás, pero si hay algo que me intriga... Entonces la miré sin entender. ¿Qué es moya koroleva? Me comencé a reír y ella chilló -Pauuuul, ¡no es justo! Entonces me puse serio. Ella se quedó inmóvil y asustada. Señora Isabella Volkov... Tiene terminantemente prohibido volver a llamarme Paul a menos que sea que yo haya hecho algo malo. Del resto soy amor, mi rey, mi cielo, osito, gordo, como me quieras llamar pero cariñosamente. Ella volvió a respirar después de escuchar eso. Entonces lágrimas salieron de sus ojitos. ¡No me vuelvas a asustar así! Dijo golpeando mi pecho.
Entonces me sentí como una mierda. ¡Chiquita perdóname! Perdóname... Es solo que después de lo que acabamos de hacer y de como te llamé, no me gustó que me llamaras Paul. Le hablé con pesar y genuino arrepentimiento. Entonces se calmó un poco, se me acercó así de ladito y me preguntó nuevamente... ¿Que fue lo que me dijiste? Te dije mi reina en ruso. ¿En serio soy tu reina? Preguntó casi incrédula. La miré nuevamente a esos ojitos ingenuos, llenos de mil emociones y sentimientos que han pisoteado y volví a confirmarle. Si, eres moya koroleva. Hoy mañana y siempre.
Le dí un beso en la frente y otro en los labios. Se abrazo a mi y entonces lo más gracioso del mundo pasó. Al levantarse, toda mi escencia se chorreaba por sus piernas. Entonces se miró y me preguntó... ¿Que me pasa? ¿Por qué sale esto de dentro de mi? ¿Se supone que debe pasar? Su carita de genuino susto me da ternura. Me levanté de la cama y al hacerlo, me miró de arriba a abajo centrando su mirada en mi amigo. De pronto su rostro se sonrojó. Sonreí, me acerqué, la cargué en mis brazos nuevamente y nos fuimos al baño. Allí la bañé y sin reparo alguno. Volví a hacerla mía.
Así estuvimos toda la noche. Entregándonos a la pasión y con cada relación, se soltó cada vez más y más. Estoy más que feliz de ver cómo se desinhibe cada vez más y más. Finalmente a las 5 de la mañana cayó rendida entre mis brazos. A la 1 de la tarde me comencé a despertar y lo hice sintiendo un delicioso peso sobre mi brazo y es que mi hermosa Koroleva está rendida en él. Su pierna y su brazo están sobre mis piernas y mi abdomen. Su cabello está regado sobre las almohadas y su deliciosa boquita está entreabierta. ¡Eres hermosa moya koroleva! dije mientras la veo dormir en paz y entre mis brazos como debe ser.
Historia de temas muy toco tocados. Y la describes de manera excelente.