Gracias A Mi Lobo

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¿No sabía que tenías invitados?- dijo Gastón mientras se acercaba a Orión para saludarlo.

De pronto un gruñido se escuchó en toda la casa asustando a mis hijos, aunque mi amigo igual se acercó a él para estrecharle la mano. Vi como le decía algo cerca del oído y automáticamente Orión dejaba de ser tan celoso y estúpido y agachaba su cabeza arrepentido.

¿Qué fue eso?- pregunto Lyra mirándolo con un poco de miedo en sus ojos.

Lo lamento- dijo él y se levantó para irse.

¿Mañana iras?- le pregunto ella.

Si princesa, mañana estaré allí- le prometió antes de desaparecer.

Suspire sin darle demasiada importancia al asunto, la verdad que esto de que su lobo estuviese enamorado de mí y me quisiera como su pareja en otro momento me habría parecido tan romántico y ahora solamente era molesto.

Niños a la cama, con el tío debemos terminar unas pociones para mañana- les dije mientras levantaba los tazones de helado qué habían quedado sobre la mesa.

Termine de levantar todo y me dirigí al fregadero a lavar bajo la atenta mirada de Gastón quien tenía una sonrisa curiosa en su rostro.

Supongo que pasaste una noche agradable- la picardía en su voz me hizo sonreír -te veo más calmada que al medio día-

La verdad es que después de hoy, solamente quiero que no me moleste. Entendí que no podemos recuperar lo que teníamos, pero al menos puedo hacer el esfuerzo por ellos, no se merecen que los rechace como lo hizo conmigo y al menos Lyra está feliz- le dije suspirando, sería complicado que Leo lo acepte, al menos por ahora.

Mal o bien es su padre, si fue un imbécil por dejarte, pero es como dices, los peques no merecen sufrir por su estupidez y si en algún momento de la vida decides darle otra oportunidad sabes que cuentas con todo mi apoyo- me abrazo y termine por rendirme en sus brazos.

Voy a ver a los niños y vamos al laboratorio- le dije mientras subía las escaleras y él se quedaba mirándome con una sonrisa.

Bien mis amores, es hora de dormir- les dije en cuanto pase la puerta.

Que descanses mami ¿papá de veras ira mañana?- me pregunto Lyra y por un momento imagine su dolor si el idiota de Black fallaba a su promesa.

¿por qué lo invitaste? Los tíos irían- dijo enojado Leo.

Es papá y es el día de padres e hijos, él tiene que ir- decía Lyra haciendo pucheros.

Basta peques, Leo no puedes evitar que tu padre vaya y Lyra no puedes hacer que tu hermano lo quiera como lo quieres tú. Deben respetar que no siempre opinaran lo mismo y respondiendo a tu pregunta hija, si espero que vaya- le dije besando su cabeza -ahora a dormir- me dirigí a la cama de Leo a besarlo y luego salí del cuarto.

Iba a mandarle un mensaje a Orión para decirle la dirección y el horario de la fiesta del jardín y me di cuenta de que jamás le pedí su número, así que llame a Theo y cuando me lo paso decidí enviarle el mensaje, realmente esperaba que no fuese a fallar o juro que aunque la herencia de títulos nobles es obligatoria me iría a los confines del mundo con tal de que no vuelva a ver o lastimar a mis hijos.

Bajamos con Gastón al laboratorio que tenía en el sótano y nos pusimos a hacer las pociones qué él necesitaba para su trabajo en la reserva de unicornios y animales mágicos.

Al día siguiente desperté muy temprano por la mañana para preparar a los niños para la fiesta, mientras Lyra decidió ponerse su vestido de princesa, Leo opto por un traje de vestir qué Luna le había confeccionado para ocasiones especiales. Yo me puse un vestido sencillo y salimos caminando hasta el jardín, donde ya se encontraban reunidos muchos padres con sus niños, también estaban Theo, Nico, Gaby y Luna, los dos primeros eran los que jugarían los juegos que se iban a realizar y con las chicas sacaríamos fotos y firmaríamos todo.

Deja de comerte las uñas, seguramente llega en un ratito- me decía Luna mientras pasaba su mano por mi espalda.

Temo que los decepcione, Lyra está tan emocionada por bailar con él, el baile de padre e hija que si no llega a venir le romperá el corazón- dije mirando como los niños iban entrando primero al establecimiento a prepararse para la jornada.

Si lo hace, lo mato- las palabras de Theo eran tan filosas como su mirada.

Cambiamos de tema antes de que el nudo que tenía en mi estómago hiciera que empezará a hiperventilar, estábamos a punto de ingresar cuando lo vi. Vestía un traje negro qué le queda a pintado al cuerpo, estaba bien peinado y nos buscaba con la mirada.

Buenos días- dijo cuando llego hasta donde estábamos nosotros.

Llegas tarde- contesto Theo antes de que cualquiera de nosotros pudiese saludar.

Basta los dos, es hora de ingresar- dije comenzando a caminar hacia la entrada, seguida de mis dos amigas y luego de los hombres.

Podía sentir la mirada de muchos padres sobre mí, como ya era algo normal cuando llevaba o retiraba a mis hijos, la gran mayoría estaban casados, pero el porcentaje de solteros o divorciados era un dolor de cabeza.

De pronto una mano se posó en mi cintura y al mirar hacia mi lado, podía sentir lo tenso que Black estaba mirando a todos y soltando pequeños gruñidos que por suerte solamente nosotros escuchábamos.

Contrólate, es un jardín por merlín- le dijo Luna mientras avanzábamos.

No soy de tu propiedad- le dije sacando con un ligero movimiento su mano de mi espalda.

Al ingresar en el gran salón, note como la sonrisa de Lyra se hacía más grande al ver a su papá y sentí una felicidad interna que me abrumaba. Luna ya se había posicionado al costado con la cámara en mano para grabar y sacar fotos de todo.

Las niñas dieron un paso adelante esperando a ser agarradas por sus padres en cuanto la música comenzó a sonar, yo fui por Leo y comenzamos a danzar por todo el lugar. Desde donde estaba con mi niño podía escuchar la risa de Lyra quien se mecía suavemente con su padre.

Estábamos bailando con Leo cuando mi hija llegó donde nos encontrábamos y me saco a su hermano para bailar con él al mismo tiempo que sentí los brazos de Orión girarme para quedar frente a frente para bailar. Nos movimos al ritmo del Vals qué empezó a sonar y debo admitir que evite en todo momento su mirada. Sabía que parecía cobarde, pero no quería volver a caer en la tentación de amarlo nuevamente con locura como en el pasado.

Cuando la música dejo de sonar, la maestra hablo dando comienzo a los juegos. El resto del día la pasamos entre risas y comidas, Leo ganó la medalla de primer lugar en carreras y Lyra en armado de rompecabezas. Rieron en todo momento y antes de irnos le agradecí a Orión el haber ido, al menos sabía que había cumplido una promesa.