Lea es una universitaria que se suicida pero reencarna en Tanea, una joven aristocrática qué tiene que vengarse por su hermana, teniendo que confrontarse con personas importantes e incluso con su prometido. Muchos secretos, traiciones y mentiras ¿su venganza saldrá bien o su vida se verá destruida?
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8
Estaba concentrada mirando el paisaje que estaba frente a mí, por un momento mi mente quedó en blanco y sólo disfrutaba la vista hasta que escuché su voz.
-Y con este lugar terminamos oficialmente el recorrido por todo el palacio- dijo Innia, mi dama de compañía.
De milagro pude saber su nombre sin preguntarle de nuevo y pasar vergüenza, unos minutos atrás durante el recorrido una sirvienta pasó por nuestro lado y la llamó por su nombre para avisarle algo sobre el trabajo así que eso me benefició.
-Ahora debería de reunirse con su majestad, la reina- recordó
Mordí mi labio inferior, llegó la hora de lo que no quería hacer. Los nervios me recorrían cada parte del cuerpo desde la noche anterior, pero también la curiosidad, ¿de qué querrá hablar?
Toqué la puerta de la oficina de la reina, segundos después ella misma la abrió dejándome pasar junto a una sonrisa.
-Toma asiento, por favor- señaló uno de los sofás individuales.
-será breve, ya que estoy ocupada con unos papeles, pero necesito hablar de esto contigo- habló mientras se sentaba detrás del escritorio y acomodaba unos papeles
Asentí en silencio, no tenía nada que decir solo quería que siguiera hablando.
-¿Ya tienes algo en mente sobre la boda? Algún detalle que quieras en específico-
¿Eh?
-No, no he pensado en eso todavía- contesté con extrañeza
-Sabes que tenemos planeado hacer la boda lo más pronto posible así que, por favor si quieres algo en especial dinos-
-Si, no se preocupe...- dije
-Bueno eso es todo, puedes irte. Acuérdate de lo que te dije - me despidió
Me despedí con cortesía y salí de esa habitación lo más rápido posible, con pasos torpes por lo confundida que estaba. No pensé que querían que la boda sea tan rápido, la insistencia de la reina con ese tema era extraño.
No, mejor no pienso de más. Tiendo a buscarle la quinta pata al gato a cada situación, simplemente la reina tiene el gesto de preguntarme que quiero yo para la boda así que lo pensaré hoy así puedo tenerlo en claro lo más pronto posible.
¿Qué quiero para mi boda? Es una pregunta que en mi vida anterior era imposible que me la hiciera con seriedad. Era consciente de que la idea de que sucediera era lejana, pero en algunas ocasiones me hacía esa pregunta, imaginaba, soñaba.
Era imaginar algo que nunca ibas a tener.
Cuando miraba una película o leía un libro y pasaba la típica escena de boda mi mente de forma inmediata imaginaba la mía. Quería un vestido grande pero no con tantos detalles, grande pero no exagerado. No quería tantos invitados, reí con disimulo, en esta vida no será posible. Me casaré con uno de los príncipes así que habrá muchos invitados.
Quiero comida rica, muchos regalos y un marido que me ame...
Bueno llegué a un límite, estoy pidiendo mucho con lo último.
-Señorita, el príncipe Neyén la espera en el jardín para tomar el té- avisó Innia quien estaba esperando por mí fuera de la oficina desde hace tiempo.
-Vamos- acepté contenta, imaginar todo eso me levantó el ánimo.
La tarde estaba estupenda, el sol en todo su esplendor y pocas nubes. Bajo la glorieta estaba el castaño sentado mirando el paisaje a su al rededor.
-Hola, perdón si te hice esperar- hablé con timidez
Volteó rápidamente y se puso de pie
— Por favor, no es molestia. Toma asiento-
A penas me senté comencé a jugar de forma discreta con mi vestido, era la primera vez que estábamos a solas.
-¿Puedo saber de qué hablaste con mi madre?- su pregunta me hizo dejar en su lugar la taza de té que estaba por tomar.
Tan directo...
-No me malentiendas, solo quiero estar seguro de que no te haya dicho algo que te pueda molestar-
Si, claro...
-No fue nada malo, me preguntó si quería algo en específico para la boda- declaré
No le iba a mentir ni guardar la información, no fue nada raro el tema de conversación.
-Si en serio quieres algo, pídelo sin pena-
Nuestros ojos se encontraron con timidez, pero nos quedamos así por unos segundos hasta que para mi sorpresa él apartó la mirada.
-Es tu boda también, no solo mía así que puedes elegir lo que quieras. Si quieres el vestido más grande del reino pídelo porque lo mereces, si quieres un plato en específico también. Todo lo que quieras y te haga feliz se hará, serás mi esposa así que mereces lo mejor-
Sus palabras me dejaron con la boca abierta, literalmente. Recordé que hace segundos estaba comiendo un trozo de pastel así que cerré la boca y fingí que nada pasó.
-Sí... Muchas gracias, tú también pide lo que quieras para la boda-
¿Qué acabo de decir? Es algo tan tonto, es obvio que pedirá lo que sea porque es el PRÍNCIPE y todo viene de su familia.
Neyén rió por lo bajo, tomó un sorbo del té para ocultarlo.
Que tierno es, quien diría que sería tan tímido y lindo.