El esposo de un famoso ingeniero de robótica se suicida un día de repente y él al no soportarlo decide revivirlo con partes de robot, pero no todo será de color rosa como él lo pensó.
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Capítulo 8: Vicio del pasado.
Estaba parado frente a la puerta de una habitación que se encontraba entreabierta, me asomé a mirar y me encontré con una escena sangrienta. Había 2 cuerpos mutilados de lo que parecía ser dos hombres. El primo de Edwy se volteó a mirarme con una sonrisa macabra, todo mi cuerpo se congeló y caí al suelo de un solo golpe. Edwy salió con sangre en su rostro y cerró la puerta detrás de él, se acercó a mí y me dio un beso. La sangre que estaba goteando en su cara cayó hasta mis labios y tragué aquel líquido sin poder reconciliar lo que estaba pasando. Cómo último acto él me empujó suavemente y caí a un vacío, todo mi cuerpo explotó en el suelo, mientras que Edwy gritaba mi nombre estirando su mano desde arriba, cerré mis ojos y desperté.
—¡Ah! —grité desesperado tocando todo mi cuerpo.
—Solo fue otra pesadilla, —dijo Edwy parado mirando desde el ventanal y luego se volteó sonriendo—. Buenos días.
Lo miré en silencio y luego carraspee mi garganta reseca y respondí al saludo.
—Ya me debo ir a trabajar, nos vemos. Hoy tenemos nuestra reunión familiar, no lo olvides, —anunció él y salió de la habitación.
Cierto. Una vez al mes teníamos la costumbre de reunirnos toda la familia de Edwy y la mía para cenar mientras charlábamos. ¿Cómo será esta vez? Nunca había tenido una cena familiar sin mis padres.
Me levanté de la cama y me acerqué a la ventana, observé al sol dando sus primeros rayos deslumbrantes y suspiré.
Mi día continúo sumergido en un aburrimiento, no podía hacer nada más que mirar las decoraciones que yo mismo había realizado en cuanto me casé. Abrir las cortinas para que la luz entre a la casa y leer libros que estaban en la estantería.
Por otra parte...
Edwy se había quedado cambiando y modificando unos papeles de su trabajo, entonces llegó su primo y lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Por qué sigues aquí? —dijo él cruzando sus brazos y levantando una ceja.
—Estoy trabajando, ¿no ves?
—Hace solo unos días no podías vivir sin poder fumar, —reprochó el hombre deslizando sus dedos por su cabello castaño.
—No te preocupes, ya tengo otro vicio.
—¿Vuelven los viejos vicios?
—Oh, ¿Escuchaste que Eulin desapareció? Su mamá lo reportó con la policía, —dijo una muchacha que cruzaba frente a la oficina a otra empleada.
A lo lejos se oía que siguieron hablando diciendo cosas como "que miedo" entonces Edwy miró a su primo y golpeó sus manos con un bolígrafo.
—Ya te he dicho que no me gusta que apoyes tus manos en mi escritorio, —dijo Edwy molesto mientras siguió en lo suyo—. A todo esto, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en la escuela?
—Estoy de camino. Nos vemos en la noche. —Se despidió él cerrando la puerta mientras reía.
Cuando el sol se ocultaba a lo lejos Edwy llegó a la casa muy cansado, esperaba encontrar a su esposo haciendo otra travesura, pero al entrar a la habitación un poco preocupado encontró a Hans desnudo con una toalla que colgaba de su cintura, cubriendo sus partes íntimas. Las gotas de su pelo mojado se deslizaron por su espalda y se ahogaron en la tela.
—¿No dejarás de mirar?