Esta Vez Quiero Que Seas Feliz

                                                              "Lo difícil de estar ciego sin estarlo"

                                              "Tapar la verdad es más un error que una tranquilidad"

Las semanas pasaron volando como un águila cuando sale a ser su recorrido y por desgracia yo era la presa de ese águila.

Desde aquel día donde enfermé, donde casi me voy con Diosito o más probable bajo tierra, también desde que decidí alejarme de Logan todo fue de mal en peor o mejor dicho solo yo me sentí así. ¿Porque? Pues la causa es que uno quiere a Logan y por más que no lo diga, está alejada, Logan se encarga de hacer que vea como ama a Keiko.

Mucha maldad, pequeño diablillo.

El ambiente estaba tenso entre los dos, y si, si se comportó como un niño, al día siguiente cuando volví al instituto él estaba muy... Me ignoró por completo, y en la cafetería se dispuso a sentarse con su equipo de fútbol americano junto a Keiko, dejando nuestro lugar que ahora se había convertido en mío y de la persona menos esperada, Hiroshi.

No me dejó sola en ningún momento, hubo segundos o minutos en donde Keiko me hablaba o se dirigía hacia su hermano, esto también aumentó las visitas a mi casa, supuestamente porque quería sentir el ambiente familiar. Al principio no me negué, pero al pasar el tiempo vi que las estafas vienen de la persona menos pensada.

Y pensar que una vez pensé que era un príncipe resultó ser un tirano.

Con el acercamiento de Hiroshi en todo lugar, en todo momento, como goma de mascar en tu zapato, vinieron las consecuencias. Era evidente que una civil casi plebeya no pudiera juntarse con su majestad, príncipe japonés. Las miradas mataban, a mí me daban cadena perpetua y para lo peor otras me mandaban a la guillotina.

Me di cuenta que este japonés era extremadamente popular, no miento, cuando veo que las chicas se le acercan casi babeando para después mirarme como un germen, también que hay muchos regalos con típicas escusas de " Hice mucho, por eso te las traje " o también " Ayer estaba haciendo unos panqueques y quería ver cómo me quedo" si, esas típicas escusas... Hiroshi me miraba disimuladamente con la intención de que me asesinasen.

El muy popular me preguntaba si debía aceptar o no, lo miraba estupefacta ante su pregunta que sólo asentía con la cabeza antes de que empezara una batalla de gatas, para lo peor era capitán del equipo de Baloncesto que bien cuando sus amigos le preguntaron si era su novia, él sólo decía de manera fría, que eso lo decidiría yo.

Más cosas que agregar pues que mi amiga, la más fiel, en uno de esos días donde Hiroshi me invitó a ir a un karaoke con sus amigos, lleve a Rebeca mi más grande aliada que terminó liándose con un chico de estatura alta un tanto idiota pero amable que terminó abandonando a su amiga, así que me quedé sola...

Todo estaba bien, de hecho me sentía relajada con la presencia de Hiroshi a mi lado, porque por más que no quiera aceptarlo, él fue el único en invitarme a una reunión de amigos, los cuales eran pertenecientes a su equipo... Logan por el contrario en el pasado no se tomó la molestia de invitarme a ningún sitio, ni con su equipo, ni con nadie, lo cual era bastante doloroso a mi parecer...

Yo idiota no lo noté en el pasado, y mi yo presente sigue con la idea de verlo feliz.

No permití que hablen mal de él, o que lo insulten, sí, sabemos bien que los equipos contrarios hablan mal del otro y esa vez no fue la excepción. Un amigo de Hiroshi, llamado Liam habló de más del equipo de fútbol americano, más evidentemente del capitán que era Logan.

No pude evitar chocar mi vaso contra la mesa y mirarlo con énfasis de que si seguía lo mataría, la música se cayó y había arruinado el ambiente, para no hacer más grande el problema termine saliendo de ahí... Rebeca se quedó con el que ahora es su chico, mientras Hiroshi solo me miraba como siempre.

Ese día no podía estar peor, pero lo estuvo. En otra cabina estaba Logan, su equipo y Keiko, en ese lugar estaban ellos. El ruido era bastante fuerte; era como escuchar las conversaciones sin la necesidad de poner tus oídos en la puerta.

La voz que se me hizo más impactante fue al escuchar a Loaiza, sí, ella en poco tiempo se había hecho amiga de Keiko y supuestamente pidió disculpas, lo cual no le creo nada. La tendré vigilada.

De solo escucharlos reírse y ver cómo Logan sonreía era mucho más gratificante, sólo que una punzada vino cuando rodeó la cintura de Keiko... Me dije a mí misma, sólo sal de ahí, que nada de esto te hace bien. Pero Loaiza no podía dejar pasar ningún momento, supe que cuando ella estaba, mi nombre salía a relucir.

—Vamos, Logan admite que Keiko y tú son novios —soltó un chico robusto, con un tono burlón.

—Si ya lo sabemos todo — anunció otro mientras se llevaba otro trago a la boca.

En ese momento odie que la mitad de las cabinas fueran de paredes transparentes y que sólo la puerta fuera de un color rojo.

—No, aún no hay nada —dijo Logan tomando otro sorbo de su cerveza— ¿Verdad Keiko?

—No, eso no —sonó tan dulce como siempre, y no supe si estaba sonrojada o no porque las luces no ayudaban.

—Ahora siento pena por Mila— Loaiza no dudó en sonar lamentable.

Ella sería una brillante actriz.

—¿Quién es Mila?—preguntó un chico, con entusiasmo.

—No es esa chica que siempre te perseguía— agregó otro todo burlón.

Espera, eso es mucho, es así como todos me ven. Lamentable Milai, muy lamentable.

—Así que era ella ...— antes de que otro de su opinión, Logan lo interrumpió con el vaso casi estrellado a la mesa.

— Ella no es nadie, vinimos a divertirnos no a hablar de cosas insignificantes —aclaro muy despectivo.

Al escucharlo caí en una realidad que dolió, en un punto donde me quedé paralizada, las lagrimas caían sin parar, sin que yo pudiera detenerlas. " Ella no es nadie " así como se oye y se escribe, que es lo que soy entonces. Tan mala persona fui en su vida para que dijera que no soy nadie e insignificante... para lo peor si lo era.

Ese día solo quise huir, Hiroshi apareció de la nada, haciendo que de la vuelta, ocultando mi rostro humedecido, sus amigos salieron a toda prisa y si, los demás escucharon, estoy segura que Logan supo que estaba ahí. Pero nos fuimos.

Sus amigos pidieron disculpas, lo cual negué, no tenían por qué hacerlo, descubrí que ellos son muy monos, parecen cachorritos que cuando uno quiere algo el otro también, y a Hiroshi lo vieron como su papá no faltó uno que me hizo ser su madre. No lo odie.

Rebeca no dejó de echarle maldiciones a Logan, ella me conocía bien tanto que se dio cuenta que lloré por su culpa, hice mucho esfuerzo para que no lo mate a cambio le di motivos para que se acerque a su chico.

Desde ese día, Hiroshi y yo nos unimos más.

—¿En qué tanto piensas duquesa? —me saca de mis recordatorios mentales, que más bien parecían un diario.

Estaba en la cafetería después de una clase de Historia, lo cual no pare de dormitar como tampoco de bostezar todo el rato. Hiroshi empezó a llamarme duquesa, por un manhwa que le di para que lea. En ese manhwa llamado mi villana perfecta, la duquesa vuelve para esta vez ser feliz, ya que su relación con el príncipe había pasado por una desgracia, por eso volvió, encontrándose con otra persona, un cazador viajador del tiempo, como toda historia cliche que te deja con sabor a más.

Porque me resultaba tan familiar...

Estaba fascinada de saber que Hiroshi amaba el anime, manhwa y los mangas. En el pasado los dejó de ver porque no eran muy populares que digamos además de que a Logan no le interesaba mucho. Entonces supe que Hiroshi al ser de Japonés podría gustarle, gran error, recibí cosquillas de castigo porque no por ser japonés le gustarían las cosas otakus. Excepción de él, claro.

—En cómo el tiempo pasa, como el sol sale y se esconde, cómo robo el oxígeno de los demás— respondí soltando incoherencias.

—En como un extraterrestre bajo y te dio a tus padres porque no les gustaste —soltó con una sonrisa picara el tirano.

Para nada caballeroso ni principesco, conmigo era así, pero con mis padres era todo un farsante...

—Jajaj que gracioso— hice gestos de que no me importaba.

—Duquesa comes como un lindo cerdito —su sonrisa cada vez se hacía más astuta —Pero eso se arregla —se acercó demasiado hacia mí.

Estaba bastante claro lo que quería hacer, como en esos doramas donde el chico ve que la chica deja un poco de crema en sus labios, y él pasa las yemas de su dedo por sus labios para después hacer como un beso indirecto.

Lo más raro fue que cerré mis ojos, al saber de sus intenciones. Pero mi imaginación pasó por mucho.

Hiroshi me botó una servilleta con toda felicidad estampada en su cara.

Otra cosa que cambiaba era el hecho de que Hiroshi me molestaba, para después hacerme perder la cabeza con su cercanía.

—¿Por qué cerraste tus ojos duquesa? —preguntó como si no lo supiera.

— ¡Guarda silencio engendró del demonio!

Hice berrinche pero parecía que al tirano todo le hacía gracia. Sentí la mirada pesada de una sola persona que me puede mirar así. Logan.

No quise verlo, no después de que dijera que yo no era nadie. El partido estaba cerca, donde le entregó su camiseta a Keiko, después de eso ya todos saben que ellos son más que amigos, y se forma la pareja feliz. Me da gusto saber que mi alejamiento resultó con un buen resultado. Fue difícil al principio que me ignore, que los días que estaba con él se esfumaron de un día para otro, pero no lo fue tanto si me pongo a pensar y todo fue gracias a Hiroshi.

Él aparece en los momentos en donde mi corazón está por derrumbarse, volví con un propósito de hacer que Logan sea feliz, por esa razón estoy segura que lo estoy consiguiendo no a su lado, pero si al no interferir.

—Duquesa, nos vamos— me tendió la mano el tirano japonés de cuerpo perfecto, y rostro bastante atractivo.

—¿A donde me llevarás? —pregunté porque las clases de Biología se habían suspendido, y la maestra Susi estaba mal.

—Verás como arraso con el equipo enemigo— se enorgulleció de sí mismo, aunque no mentía.

Vi un poco de sus partidos pero Hiroshi era un crack.

—Entonces apostaré en tu contra y me iré a hacer barra al equipo enemigo— le avisé tomando su mano.

—Se supone que debes apoyarme, no escupirme en la cara— hizo puchero el tirano. —Pero si gano qué me darás —sacó su verdadera cara.

Por una vez quería que perdiera, para que ese rostro prefecto pero sínico se le quite de encima.

—Me pregunto dónde quedó ese chico lindo, tímido, caballeroso— solté todo indignada, camino hacia la cancha.

—Sí lo soy —dice enarcando una ceja, todo confundido.

Empecé a buscarlo en sus bolsillos como si fuera otra persona, encontré muchas cosas, pero no dije nada, yo no juzgó. El tirano tomó mis brazos buscando al chico a quién conocí y me susurró al oído " Si yo gano, te quiero a ti".

Antes de que pudiera contestar se fue a la batalla, estaba sonrojada, me senté junto a Rebeca quien estaba apoyando a su chico, la muy traidora me había abandonado pero cuando le reclamé me dijo que me había dejado en buenas manos. Otro punto para el tirano es que no le bastó ganarse a mis padres ahora también a mi mejor amiga.

Por más que diera la contra con muchas miradas expectantes al ver que apoyaba al otro grupo, su equipo ganó. ¡Maldita sea! Me acordé de sus palabras si él ganaba, y sin más, sin reproche, me levanté como costal de papas delante de todos.

Pasé de estar en sus brazos como princesa a ser un costal de papas. Gran cambio.

—¡Devuélveme al chico de antes! —grité con golpes a su espalda, para que me baje.

—Ese chico no volverá— soltó, todo contento.

Caí rendida mientras paseaba por los pasillos, cargada en sus hombros, esto era muy normal ahora en mi vida, jaja me reí de mí misma.