En un futuro distopico, la humanidad vive bajo el yugo de un gobierno totalitario que controla cada aspecto de la vida. La protagonista, Elena, es una joven habil en el combate y la tecnología. Tras la captura de su hermano menor por las fuerzas del régimen, decide unirse a un grupo de rebeldes conocido como "los sombra"
NovelToon tiene autorización de John Ander Giraldo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
La respuesta del régimen
El caos se desató en la plaza cuando las sirenas del régimen resonaron en el aire. La multitud, que momentos antes había estado celebrando su resistencia, se encontró de repente envuelta en el miedo y la confusión. Elena tomó una respiración profunda, tratando de mantener la calma mientras observaba a su alrededor.
“¡Todos, mantengan la calma! ¡Sigan nuestras instrucciones!” gritó Axel, intentando organizar a la gente mientras los soldados del régimen comenzaban a cercar la plaza.
“¡Nos están atacando!” exclamó Maya, mirando hacia la dirección de los soldados que avanzaban con sus armas desenfundadas. “¡Tenemos que salir de aquí!”
“¡A la entrada trasera de la plaza! ¡Es nuestra única salida!” ordenó Elena, guiando a la multitud hacia una de las salidas menos visibles. Sabía que debían actuar rápidamente si querían evitar una confrontación directa.
La tensión en el aire era palpable. Los gritos de pánico resonaban mientras la gente corría en busca de refugio. Elena y su equipo se movieron entre la multitud, ayudando a los que podían mientras intentaban mantenerse juntos.
“¡No dejen que nos separen!” gritó Elena, manteniendo la mirada fija en su hermano Leo, quien estaba a su lado. “¡Sigue a Maya!”
Mientras se apresuraban hacia la salida, el sonido de disparos resonó a su alrededor. “¡Cúbranse!” gritó Axel, y todos se agacharon mientras el caos se desataba a su alrededor. La plaza, que había sido un símbolo de esperanza, se convirtió en un campo de batalla.
“¡No podemos quedarnos aquí!” dijo Maya, tirando de la mano de Elena. “Debemos llegar a un lugar seguro.”
El grupo se movió rápidamente hacia la entrada trasera, pero justo cuando pensaban que habían encontrado una vía de escape, un grupo de soldados del régimen apareció, bloqueando su camino. “¡Alto! ¡No se muevan!” gritaron, apuntando con sus armas.
Elena sintió que el pánico la invadía, pero rápidamente recordó lo que habían estado luchando. “¡No se detengan! ¡Sigan adelante!” ordenó, sintiendo que la adrenalina impulsaba sus acciones.
Con un movimiento decidido, Elena se lanzó hacia un costado, tratando de crear una distracción. “¡Atrás!” gritó, mientras se dirigía hacia los soldados. Con una rapidez inesperada, logró desarmar a uno de ellos, tomando su arma.
“¡Están en nuestra ciudad! ¡No nos detendremos!” exclamó, levantando el arma en un gesto desafiante. La multitud comenzó a reaccionar, y algunos se unieron a la lucha, enfrentándose a los soldados del régimen.
A medida que la confrontación se intensificaba, Elena sintió que la determinación crecía en su interior. “¡Juntos! ¡Luchen por su libertad!” gritó, y el grupo de resistencia se unió en la batalla.
El sonido de disparos y gritos resonaba en la plaza, y la lucha continuaba. Elena luchaba con todas sus fuerzas, recordando a aquellos que habían perdido y a los que aún estaban sufriendo bajo el régimen. Cada golpe, cada disparo, era un recordatorio de por qué estaban allí.
Mientras la pelea continuaba, Leo se unió a su lado, luchando con valentía. “¡Elena, tenemos que salir de aquí!” gritó, tratando de mantener la calma en medio del caos.
“¡No podemos rendirnos ahora! ¡La gente necesita ver que estamos luchando!” respondió Elena, sintiendo que la chispa de la resistencia estaba ardiendo más intensamente que nunca.
Finalmente, después de una intensa batalla, la multitud comenzó a ganar terreno. Los soldados del régimen, sorprendidos por la feroz resistencia, comenzaron a retroceder. “¡Sigan! ¡No se detengan!” exclamó Axel, animando a la gente a seguir luchando.
Con un último esfuerzo, el grupo logró abrirse paso hacia una de las salidas de la plaza. A medida que se alejaban, Elena sintió una mezcla de alivio y tristeza. Habían luchado valientemente, pero el régimen no se detendría tan fácilmente.
Una vez fuera de la plaza, se refugiaron en un edificio cercano. Todos estaban exhaustos, pero la adrenalina seguía fluyendo. “¿Estamos a salvo?” preguntó uno de los nuevos reclutas, su voz temblando.
“Por ahora, sí,” respondió Maya, tratando de evaluar la situación. “Pero debemos movernos. El régimen no se detendrá, y vendrán a buscar a los que se han escapado.”
El grupo se reunió rápidamente. “Necesitamos un plan. No podemos permitir que nos atrapen,” dijo Axel, su mirada firme. “Debemos organizarnos y prepararnos para lo que venga.”
Elena miró a su alrededor, viendo a sus compañeros agotados pero determinados. “Hemos demostrado que podemos luchar, y que hay más personas dispuestas a levantarse. No podemos dejar que el miedo nos detenga. La resistencia sigue viva,” afirmó, sintiendo que la esperanza comenzaba a renacer.
Con un nuevo sentido de propósito, comenzaron a trazar un plan para enfrentar al régimen. Sabían que tendrían que ser más astutos y estratégicos si querían sobrevivir y derrotar al opresor. La lucha por su libertad estaba lejos de terminar, pero ahora había una chispa de esperanza en sus corazones.
Mientras se preparaban para lo que vendría, Elena sintió que la unidad de “Los Sombra” era más fuerte que nunca. Juntos, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.