En la Universidad de San Lorenzo, Giovanni Rossi, un alfa enigmático y heredero de una familia mafiosa, intenta mantener su vida criminal oculta de sus compañeros. Lucía Fernández, una omega brillante con una beca de biomedicina, ve su mundo trastocado cuando es secuestrada por la familia Rossi.
Mientras Giovanni y Lucía navegan entre el peligro y la atracción creciente, descubren secretos oscuros que los obligan a unirse para sobrevivir. Entre la pasión y la traición, deberán decidir si su vínculo puede superar las barreras del poder y el destino en un juego mortal.
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la emboscada
**Capítulo 8: La Emboscada**
La semana pasó en un frenesí de preparación y planificación. En la casa de campo, Giovanni, Lucía y Alessandro trabajaron incansablemente, perfeccionando cada detalle de su plan para atrapar a Marco Santini. El informante se quedó para ayudar, proporcionando información clave sobre los movimientos de Marco y sus hombres.
Finalmente, llegó el día del enfrentamiento. El almacén de los Rossi, normalmente un hervidero de actividad, estaba desierto salvo por unas pocas figuras estratégicamente colocadas. Los hombres leales a los Rossi estaban escondidos, listos para actuar en cuanto Marco hiciera su movimiento.
Giovanni y Lucía estaban en una oficina improvisada en el segundo piso del almacén, observando todo a través de las cámaras de seguridad instaladas previamente. Giovanni sostenía un walkie-talkie, manteniéndose en contacto constante con Alessandro y los demás.
"Están en camino," informó Alessandro por el walkie-talkie. "Dos coches se acercan desde el este."
"Recibido," respondió Giovanni, su voz firme. "Mantengan sus posiciones y esperen mi señal."
Lucía, a su lado, se sentía una mezcla de nerviosismo y determinación. Sabía que todo podía cambiar en un instante, pero confiaba en Giovanni y en su plan. "Estamos listos," dijo, mirándolo a los ojos.
Giovanni le devolvió la mirada, apretando su mano brevemente. "Lo haremos juntos," aseguró.
Los minutos parecieron eternos hasta que las cámaras mostraron a los coches de Marco deteniéndose frente al almacén. Los hombres comenzaron a salir, armados y listos para el ataque. Marco lideraba el grupo, su rostro marcado por la determinación y la arrogancia.
"Es el momento," dijo Giovanni, ajustando su auricular. "Alessandro, prepárense. Esperen mi señal para actuar."
Desde su posición elevada, Giovanni y Lucía observaron cómo los hombres de Marco se acercaban al almacén, moviéndose con cautela pero sin sospechar que estaban caminando directamente hacia una trampa.
Marco hizo una señal y sus hombres empezaron a abrir las puertas del almacén. Justo en ese momento, Giovanni apretó el botón del walkie-talkie. "¡Ahora!"
En un abrir y cerrar de ojos, el almacén se llenó de ruido y movimiento. Los hombres de los Rossi surgieron de sus escondites, rodeando a los atacantes de Marco. Disparos resonaron en el aire mientras ambos bandos se enfrentaban en una feroz batalla.
Giovanni y Lucía bajaron rápidamente para unirse a la lucha. Giovanni, moviéndose con la destreza de un alfa entrenado, se abrió paso entre los hombres de Marco, buscando al líder. Lucía, aunque no estaba directamente en la línea de fuego, ayudaba a coordinar los movimientos de los hombres de los Rossi, asegurándose de que todos siguieran el plan.
Finalmente, Giovanni encontró a Marco en medio del caos. Los dos se miraron con una mezcla de odio y respeto.
"¡Giovanni!" gritó Marco, levantando su arma. "Esto termina aquí."
"Sí, Marco," respondió Giovanni, preparándose para el enfrentamiento. "Esto termina aquí."
Se lanzaron el uno contra el otro, luchando con toda su fuerza y habilidad. Cada golpe, cada movimiento, estaba cargado de la historia y la rivalidad entre ellos. Mientras tanto, Lucía observaba con el corazón en un puño, sabiendo que el resultado de esta pelea decidiría el destino de todos.
La lucha fue feroz y agotadora, pero Giovanni, impulsado por su deseo de proteger a Lucía y su familia, encontró la fuerza para superar a Marco. Con un último esfuerzo, logró desarmarlo y lo derribó al suelo.
"Esto es por todo el daño que has causado," dijo Giovanni, respirando con dificultad mientras sujetaba a Marco. "Se acabó."
Marco, herido y derrotado, miró a Giovanni con odio pero también con una extraña resignación. "No puedes detener lo inevitable, Giovanni," escupió. "Siempre habrá alguien más."
"Tal vez," respondió Giovanni, "pero hoy, tú no ganarás."
Los hombres de los Rossi aseguraron a Marco y a los pocos de sus hombres que quedaban, mientras Alessandro se acercaba, su expresión aliviada pero seria. "Lo logramos," dijo, mirando a su hermano y a Lucía. "Hemos ganado esta batalla."
Giovanni asintió, su mirada suave al encontrarse con la de Lucía. "Sí, pero esto es solo el comienzo. Tenemos que seguir luchando para proteger lo que amamos."
Lucía le devolvió la sonrisa, sintiendo que, a pesar de todo, había esperanza. "Juntos," dijo, reafirmando su compromiso.
Mientras el sol se ponía sobre el almacén, los Rossi sabían que habían dado un golpe significativo a sus enemigos. Pero también sabían que la lucha por el control de Verezia estaba lejos de terminar. Sin embargo, con la fuerza de su familia y la alianza con Lucía, estaban más preparados que nunca para enfrentar cualquier desafío que viniera.