El Barón Y La Plabeya

Sandra por un momento se resigna a su destino, solo ve su vida pasar, nadie la va a ayudar, solo quiere ver a Noah para pedirle perdón, pero ve como aquel hombre sobre ella termina sin cabeza, la sangre la baña, atrás de él está la marquesa con su traje y su espada.

-Maldito cerdo, los quiero muertos a todos y al líder de rodillas ante mi.

Los caballeros solo obedecen, Sandra está en shock, no razona, solo ve la sangre y se desmaya.

-Dios!! Sandra, Creo que se me paso la mano.

Noah llega y la ve cubierta de sangre, la marquesa le dice que no es su sangre, el se quita su capa y la tapa, ya que su ropa está rasgada.

La carga y la lleva en su caballo a la mansión.

-Dios, estarás bien, Sandra, me escuchas, soy yo, Noah.

-Noah, viniste, gracias... Perdón... -Le decía con una voz débil, tocando su mejilla, volviendo a desmayarse-

Al llegar, Noah pide al doctor que la atiende junto con una doncella, él sale porque la cambiaran.

-Barón, y la marquesa?

-Está en el calabozo con el líder, como está ella.

-Está bien.

-Ella fue...

-No, para nada, no le hicieron daño, solo sus piernas están las timadas por las ramas, tiene moretones en sus manos por haberse defendido.

-Gracias, puedo pasar?

-Si, le deje un calmante, se lo darán cuando despierte.

Noah entra al cuarto, la doncella está ahí, la ve dormida, Noah sabe que ella estara muy alterada, después de un rato ella despierta gritando.

-Noo por favor -Llora sin control-

-Calma, calma estás a salvo, estás en la mansión.

-Él, el intento tocarme, lo hizo? -Decía con lágrimas en los ojos.-

-No, La marquesa llegó a tiempo, solo que...

-Mi tía, dónde está -Ella intenta ponerse de pie, tiene solo si camisón y Noah voltea para no verla -

La doncella le pone otra bata encima, Noah intenta detenerla y ella cae.

-Señorita, por favor vuelva a la cama, Sandra... Ella se ha ido.

-Mi tía, ella intentó defenderme, es mi culpa, todo es mi culpa, dime que no es cierto, dímelo, me estás diciendo.

Noah solo la abraza, ella no para de llorar, no sabe cómo consolarla, la abraza y la carga para regresarla a la cama, la doncella le da el calmante y se calma un poco.

-Debes descansar, Sandra aquí estoy, me quedaré contigo, me escuchas.

Ella se calma poco a poco y se duerme, Noah no puede verla así, a pesar de todo ella siempre ha estado sonriente y ahora sus ojos no tienen ese brillo

La marquesa entraba, para ver cómo estaba, Noah le dice que se volvió a dormir.

-Noah ven conmigo.

-Si

-Noah, llevaré el cuerpo al puerto, en realidad fue mi culpa, ayer hubo un incidente y pensamos que todos los mercenarios habían sido atrapados, yo me confíe, de haber inspeccionado más, esto no habría pasado.

-No puede culparse.

-Yo le prometí protegerlas, que estarían seguras y mientras Jonh no esté, yo soy responsable del marquesado.

Mañana viajaremos, por favor quédate, John viene en camino, no puedo dejar a mis hijos solos.

-Pero Sandra está muy afectada

-Cuando esté con su familia estará bien, no te preocupes.

-Yo...

-Hey niño, no tienes tampoco ninguna responsabilidad con ella, solo fue un beso, todo sería diferente si hubiera estado en tu cama.

-Heee!! solo cuida a mis hijos, si?

-Claro, no se preocupe, yo me encargo de la seguridad.

Sandra va en un carruaje, aún no habla y Noah no pudo despedirse bien, solo espera que ella esté bien.

Al llegar al puerto, los hijos de la modista ya están ahí, el joven viajo de un pueblo cercano y su hija se había quedado a cargo de la boutique.

La marquesa ofrece disculpas, así como una compensación que no paga la vida, pero no hay nada más que hacer, el funeral se lleva a cabo, Sandra sigue en recuperación, solo unos días después ella por fin sale de la cama, todo está cerrado, la casa se ve muy solitaria.

-Vaya por fin despiertas.

-Prima, yo...

-Tu, todo es tu culpa!

-Que? No, yo no...

-Ella no tenía que ir ahí, fue por ti, para que conocieras el marquesado, tu padre vendrá por ti, no quiero verte.

Sandra regresa a su cuarto, durante el día solo ve en sus sueños el rostro de su tía y sus palabras.

Se cambia para ir al cementerio, ella no pudo asistir por seguir en cama, ahora debe despedirse.

-Perdon, perdóname, no soy fuerte, si lo fuera estarías aquí, pero lo seré, te lo juro, nadie que yo ame morirá, ahora se que debo hacer, no puedo regresar al Ducado y tampoco quedarme aquí, se a dónde ir.

Por la mañana ella contrata un carruaje, deja una carta para su prima y manda una para su padre, en ella les dice que no la busquen, que estará bien y segura.

Noah por su parte regresa a casa, es hora, el trabajo lo harán las costureras que ya saben cómo hacerlo, solo espera que Sandra esté bien, en casa le espera un sermón de su mamá.

-Dios dame paciencia con mi madre -Suspira profundamente -

En una noche lluviosa Sandra espera en el cuarto de una posada a una persona, quien toca y ella la deja pasar.

-Pero qué haces aquí? No podía creer cuando ví tu mensaje.

Sandra se arrodillaba ante aquella mujer hermosa con traje de caballero.

-Marquesa por favor, por favor sea maestra, yo quiero ser fuerte, solo no quiero que nadie sepa, que nadie se entere de que estoy aquí, le he avisado a mi padre, no creo que esté de acuerdo pero por favor.

-Sandra no es fácil, estás dispuesta?

-Si, sé que solo tengo 16 años pero por favor, deme una oportunidad.

-Bien, te mandaré algo y te entrenaré yo personalmente, serás alguien especial, tan hermosa como letal, una rosa, la más hermosa, pero con espinas.

-Si señora.

Sandra duerme un poco y escucha que tocan a su puerta, al abrir solo ve una caja y una nota.

"Póntelo, al amanecer ve a esa ubicación"

Sandra solo se cambia y se va.