El Legado De AKVY: La Profecía De Poseidón

El grupo salió de la taberna y comenzó a adentrarse en la vasta Ciudad de los Ecos, un laberinto submarino donde la bioluminiscencia de los corales iluminaba su camino con tonos suaves y brillantes. El aire estaba cargado de una energía mágica, pero también de una sensación de incertidumbre. Sabían que el primer desafío para encontrar la Llave del Olvido no sería fácil, y el tiempo estaba en su contra.

Mientras caminaban por los túneles de coral, Melissa intentaba acercarse a Kai, quien aún procesaba su conversación con Liz. Ella sabía que los sentimientos de Kai por Liz no desaparecerían de la noche a la mañana, pero no podía evitar sentir esperanza. Quería demostrarle a Kai que ella siempre había estado ahí para él.

"¿Kai, te has dado cuenta de lo hermosos que son estos corales?" - Melissa preguntó, rompiendo el silencio incómodo que se había asentado entre ellos.- "Es increíble cómo brillan, ¿no crees?"

Kai asintió distraídamente, sin poder evitar comparar los corales con la situación en la que se encontraba. -"Sí, son hermosos... pero también parecen frágiles. Como si en cualquier momento pudieran desmoronarse."

Melissa lo miró, reconociendo el tono melancólico en su voz.- "Kai, sé que has pasado por mucho últimamente. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre. No importa lo que pase, estaré a tu lado."

Kai forzó una sonrisa, pero sus ojos reflejaban su tristeza.- "Gracias, Melissa. De verdad lo aprecio, pero... no sé si puedo ofrecerte lo mismo."

Antes de que la conversación pudiera profundizarse, el grupo se detuvo abruptamente. Delante de ellos, el túnel de coral se abría hacia una enorme cámara subacuática, donde el agua parecía estar cargada con una energía distinta, más intensa. En el centro de la cámara, flotaba un gran orbe de agua cristalina, rodeado por un anillo de símbolos arcanos que brillaban con un resplandor inquietante.

"Ahí es donde debemos ir," -dijo Sirius, su voz firme y decidida.- "El orbe parece ser una barrera mágica, y esos símbolos indican que solo aquellos dignos podrán atravesarla."

Liz dio un paso adelante, observando los símbolos con atención.- "Esto es un antiguo hechizo de prueba. El orbe evaluará nuestras intenciones y habilidades. Si fallamos, podría atraparnos aquí para siempre."

Basil frunció el ceño. -"¿Y cómo superamos esto? ¿Qué debemos hacer?"

Liz miró a cada miembro del grupo, evaluando su resolución.- "Necesitamos concentrarnos en lo que queremos lograr. Si nuestras intenciones son puras, el orbe nos dejará pasar."

"¿Y si no lo son?"- preguntó Melissa, nerviosa.

"Entonces, será el final de nuestra búsqueda."- respondió Hades sin rodeos.

Liz se adelantó, su corazón latiendo con fuerza.- "No podemos permitirnos fallar. Debemos concentrarnos en lo que realmente queremos. Estamos aquí para salvar Akvy, y no hay lugar para dudas."

"Bien dicho."-coincidió Demian, colocándose a su lado.- "Estamos en esto juntos, y no dejaremos que nada nos detenga."

El grupo se acercó al orbe, sintiendo cómo la energía mágica pulsaba a su alrededor. Hades y Demian lideraron el avance, ambos enfocados en su objetivo. Mientras se acercaban, los símbolos arcanos comenzaron a girar más rápido, emitiendo una luz cegadora.

De repente, el orbe emitió un destello brillante, y cada uno de los miembros del grupo fue envuelto en un halo de luz. Liz sintió cómo su mente era escudriñada, como si el orbe estuviera buscando sus verdaderas intenciones, sus miedos y deseos más profundos. Trató de mantener la calma, recordando por qué estaban allí.

En ese momento, Melissa, que estaba detrás de Kai, notó que la luz que la rodeaba comenzaba a oscilar. Su corazón se aceleró. No podía permitir que sus sentimientos por Kai la distrajeran de su misión.

Kai notó la preocupación en el rostro de Melissa y le tomó la mano, tratando de darle fuerzas.- "Melissa, concéntrate. Piensa en lo que estamos haciendo aquí. No importa lo que sientas, lo importante es salvar Akvy."

Melissa cerró los ojos, sintiendo la calidez de la mano de Kai. Con todo su esfuerzo, apartó sus pensamientos románticos y se centró en la misión.- "Tienes razón, Kai. Lo siento... estaba siendo egoísta."

"No lo eras."- le aseguró Kai con una sonrisa reconfortante. -"Solo necesitas enfocarte. Todos tenemos un propósito aquí."

La luz alrededor de Melissa se estabilizó, y el orbe comenzó a desvanecerse lentamente, permitiéndoles avanzar. El grupo soltó un suspiro de alivio cuando la barrera desapareció por completo, revelando un pasaje que conducía más profundamente en la cámara.

"Lo logramos." -dijo Basil, con una mezcla de alivio y sorpresa.

"Esto fue solo el principio." -advirtió Hades, su expresión seria.- "El verdadero desafío aún nos espera. Debemos seguir adelante."

Mientras avanzaban, Kai se quedó atrás un momento, observando a Melissa. Sabía que sus sentimientos por Liz no habían cambiado, pero no podía ignorar la lealtad y el apoyo que Melissa siempre le había brindado. Le debía al menos ser honesto con ella.

Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, el grupo llegó a una gran puerta de coral, adornada con símbolos antiguos. Parecía ser la entrada a una nueva cámara, posiblemente donde se encontraba la Llave del Olvido.

"Esta es la primera prueba,"- dijo Demian, mirando la puerta con determinación. -"Pero no será la última. Debemos estar preparados para lo que venga."

"Lo que venga, lo enfrentaremos juntos,"- agregó Liz, con renovada determinación.

Hades asintió, sintiendo que, a pesar de sus diferencias, este grupo tenía la fuerza para superar cualquier obstáculo. Y con Demian a su lado como camarada, sabía que tenían una verdadera oportunidad.

El primer desafío había sido superado, pero sabían que el camino hacia la Llave del Olvido estaría lleno de peligros y decisiones difíciles. Mientras se preparaban para abrir la puerta y continuar, cada uno de ellos sabía que su resolución sería puesta a prueba de maneras que aún no podían imaginar.

El grupo continuó avanzando a través de la puerta de coral, adentrándose en una nueva cámara aún más imponente que la anterior. Las paredes estaban cubiertas de inscripciones antiguas que brillaban con una luz tenue, proyectando sombras inquietantes en el suelo. En el centro de la sala, una enorme estatua de una serpiente marina se alzaba, enroscada alrededor de un pedestal que sostenía una esfera de agua oscura.

El ambiente se sentía pesado, como si algo estuviera observando cada uno de sus movimientos. De repente, la estatua comenzó a moverse, y la serpiente marina cobró vida, deslizándose con rapidez hacia el grupo. Sus ojos brillaban con un tono malicioso, y su presencia llenaba el aire de una energía amenazante.

"¡Prepárense!" -gritó Demian, invocando su hoz mágica.- "Esta es la siguiente prueba."

La serpiente emitió un siseo ensordecedor, y la sala se llenó de corrientes de agua que arremetieron contra ellos. El primer impacto fue brutal, separándolos en diferentes direcciones. Sirius, que estaba cerca del frente, fue el primero en recibir el ataque directo de la criatura. Aunque intentó esquivarlo, la serpiente lo envolvió con su cuerpo, apretándolo con fuerza. El rostro de Sirius se contorsionó de dolor mientras luchaba por liberarse, pero la fuerza de la criatura era abrumadora.

"Sirius, ¡aguanta amigo!" - gritó Basil, intentando llegar hasta él, pero las corrientes de agua lo empujaban hacia atrás, dificultando su avance.