La Bruja y el Dragón PROMESA Y DESTINO

Durante todo el torneo Boreas se sintió vigilado, era ese instinto casi animal de su don que le podía advertir de posibles riesgos más allá de la emisión de poder o magia, y ahora lo hacia sentir asechado. De inmediato le advirtió a Caerus, era mejor estar alertas, pero fue Mariana la que se dio cuenta que los habían estado siguiendo desde que salieron de la sede del torneo. Viajaban en dos camionetas pues habían tenido varios participantes inscritos y todos habían preferido viajar juntos, los conductores estaban comunicados por manos libres todo el tiempo, para evitar contratiempos. Pero no estaban preparados para una situación como ésa, debían ser cuidadosos, era difícil usar magia sin dejar rastro fuera de su territorio y hasta donde todos sabían en la ciudad había por lo menos un dragón, que en cuanto dejaran atrás su disfraz, podría detectarlos.

— Demonios, es bueno, no sé cómo perderlo— Murmuró Caerus, quien era el conductor de la segunda camioneta.

—¡Mmmm, lo tengo! Pon el altavoz— habló con seguridad su esposa —Puedo verlo, cuando les diga dan vuelta a la derecha, izquierda y derecha...

—¿De qué hablas?— interrumpió Boreas quien manejaba la primera camioneta.

—¡Has caso a Mariana!— grito Caerus —¡Ya la he visto hacer esto...!

—¡Atención, esto se pondrá movido! La vuelta aquí, ¡AHORA!

Boras obedeció seguido de su hermano, justo cuando iban terminando de girar un conductor descuidado trató de girar desde el segundo carril, cerrándole el paso a su perseguidor, la distracción fue suficiente para que ellos, de inmediato, lograran dar una segunda vuelta un poco más cerrada, por fin perdiéndolo.

—¡Muy bien ya sólo falta una vuelta...!, ¡AHORA!— el giro de los vehículos fue mucho más ligero y Boreas por fin sintió desaparecer la incomodidad de estar siendo asechado.

—¿Qué fue éso? No logré sentir ningún tipo de magia...— Exclamó Boreas sorprendido.

—Es el súper poder de Mariana, la magia hace que pasen cosas, mientras que lo que hace ella sólo es observar lo que ya está por suceder a su alrededor y aprovecharlo lo mejor posible, así se mueven las brujas sin clan, para no llamar la atención, pero su alcance es limitado y si usan magia en tu contra se vuelve inútil.

—De todas formas es fantástico, todos deberíamos aprender...

—Boreas, no es tan fácil, ya lo he intentado pero no puedo ver más allá de un par de metros...

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—¡Serafín por fin llegas!— exclamó una joven delgada de pelo corto y alborotado en medio del restaurante que se encontraba de pie, señalando su ubicación de forma descuidada y provocando la molestia, tanto del aludido, como de algunos comensales.

—Melly deja de hacer escándalo y siéntate— señalo Ejder, su mellizo, desde su asiento.

— Eres un aguafiestas, no ves que llegó el que faltaba...

—No me llames así, no me gusta.— a pesar de que su nombre completo era Serafín Nithe Ragnar, él prefería ser llamado por su apellido —Dijiste que puedes encontrarlos. ¿Qué necesitas?

—¡Hola familia! ¿Cómo han estado? Yo también los he extrañado, me da gusto verlos bien...— respondió Melly en tono de burla haciendo que el resto de su familia sonriera divertida —¡Primero siéntate!, en un momento busco a tu “sospechoso”, ya pedí que me manden las fotos del evento.— Ragnar apretó la mandíbula, no le gustaba esperar, pero obedeció la indicación tomando el lugar vacío junto a ella.

—¿Qué sospechoso? ¿Por qué no me avisaste en el momento?— preguntó con seriedad Fafner, —Soy el encargado de la seguridad, es impor...

—Es personal— aclaró Ragnar.

— ¿Cómo que personal? ¿Desde cuándo tienes asuntos personales?— Cuestionó Ejder entrecerrando los ojos. Toda la atención de su familia se había centrado en Ragnar, era verdad, ya llevaba años sin llevar una vida personal, su único interés era su trabajo, pero en ese momento no estaba dispuesto a dar explicaciones, en especial porque en primer lugar no entendía porqué una mujer casada había logrado hacerle sentir algo, y primero necesitaba averiguarlo. Su hermana quería hacerlo sufrir un rato más, sin embargo al verlo tan serio y sabiendo que ésto era algo novedoso, incluso para él, decidió darle gusto. Sacó de su mochila una tablet y se inclinó a su hermano para empezar a mostrarle las imágenes del evento.

—Espero que no hayas salido con esa expresión de asesino, se supone que la razón por la que te tocó ir es para que la gente te vea un poco más humano...

—No soy humano— Fafner sintió que no podría evitar aguantarse la risa.

—Es un decir— contestó molesta, para de repente, sonreír embelesada mientras ampliaba una imagen —¡Mira, la pequeña Zahori ganó una medalla!— y acercó la imagen a su mellizo que sonreía y asentía satisfecho.

—¿Quien?

—Ella, mira Ragnar, por ella es que desde hace dos años abrí una categoría preescolar, que resultó ser todo un éxito.

—¿Por ella?— la imagen que veía era la de la pequeña cría que llevaba la mujer que necesitaba encontrar.

—Si, es mi inspiración, la conocí hace tres años, ha crecido mucho, creo que iba a participar el gimnasio de su papá o algo parecido, pero me encantó que ella traía su uniforme y mientras jugaba, practicaba con los otros participantes, estaba triste porque su mamá no había podido ir.

—¿Por qué su mamá no fue esa vez?

—Creo que estaba enferma o algo así, la pequeña comentó que aunque ella participara, su mamá no podría asistir. Entonces le prometí que la siguiente vez ella podría llevarle una medalla a su mamá, y abrí la categoría preescolar, algo tiene esa niña que me inspira.

—¿Sabes de qué ciudad viene?

—mmmm, son de una provincia cercana... creo que de la antigua, ¿por qué?— Melly aún contemplaba embelesada la fotografía, mientras la inquietud de Ragnar crecía— ¡No me digas que ella es tu persona sospechosa!

—Ella no, su mamá— señaló la pantalla, a una mujer con una sudadera extra grande que podría haber usado como vestido, que se encontraba al fondo de la imagen celebrando.

—No le alcanzo a ver la cara— Melly comenzó a buscar en múltiples fotografías pero en todas su rostro estaba cubierto con su cabello o salia borrosa. —¿Qué raro? No se le ve la cara en ninguna fotografía.

—Me topé con ella al inicio del evento, se veía muy nerviosa.

—Si ibas con esa cara de enojado yo también me hubiera puesto muy nerviosa— Melly murmuró —Dejame revisar el registro de participación, ahí debe decir quién es.—Después de unos minutos en que todos permanecieron en silencio, expectantes, ella sonrió —¡Listo! A la pequeña la registró Boreas Lanira y su mamá es Aisha Zahari Lanira— escuchar el nombre de la mujer le trajo a Ragnar una sensación reconfortante, casi de alivio —¡mira una de esas mujeres que toma el apellido de su marido...

—¿Dónde la encuentro?— El último comentario de su hermana le había arrancado el alivio, ella estaba casada, y no sabía porqué eso le molestaba tanto.

—Sólo está registrada la dirección del gimnasio, en el centro de la provincia antigua...