Valien Daher, la heroína del imperio, rechaza firmemente el compromiso con el príncipe heredero. ¿Por qué? Porque ella es una reencarnada, ella sabe que su prometido la traicionará y eso la llevará a la muerte sin importar lo que ella hizo por su imperio.
Decidida a cambiar ese destino, Valien pide un compromiso, pero no con el príncipe heredero. Ella elige al archiduque Carl Pott, un hombre mayor y misterioso. ¿Podrá cambiar su destino siendo la esposa del archiduque?
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Coronel Solt
Cuando por fin Valien vio que el general no hacía ningún tipo de movimiento o ruido, lo dio por muerto. Cómo último acto de venganza, le escupió y ahí lo dejó. No iba a permitir que nadie siquiera se tomara la libertad de envolver el cuerpo y querer llevárselo a su familia.
Minutos más tarde, reunió a todos los soldados de aquella parte del ejército y les habló.
—Escuchen muy bien todos. Partiremos al oeste, donde el resto de nuestro ejército nos espera, ahí se llevará a cabo la guerra menos esperada por todos. No puedo asegurarles que salgamos vivos, pero les diré esto; “haré todo lo que esté a mi alcance para lograr la victoria”, así que peleen con honor y regresemos con nuestras familias a salvo— con firmeza y liderazgo, gritó sus palabras, algo que hizo erizar las pieles de todos los hombres y mujeres presentes.
No tardaron en deshacer el campamento y marchar a su destino, donde los esperaría aquella guerra, la cual catapultó a Valien para ser la heroína del imperio.
En la novela se hablaba de como una joven rubia, arrasó con sus enemigos, con espada en mano. No le importaba mancharse las manos de sangre para derrotar a quien estuviese en su camino, pero también se habló de cuánto le afectó estar en medio de una guerra tan sangrienta, aún siendo muy joven, sin la oportunidad de conocer el amor y mucho menos la amistad, pues al ser una guerrera tan sádica, como lo decían, nadie quería acercarse a la verdadera Valien porque le temían. En su vida Valien sufrió mucho y más que nada eso hizo a Vera interesarse en ella, ya que se identificaba de alguna forma. Vivir sin amigos, sin alguien a quien amar y cuidar, en el caso de Vera ni siquiera tenía familia, entonces ahora haría que las cosas fueran diferentes, tendría de todo y sería la mejor para que nadie se atreviera a intentar dañarla, como lo hicieron con la verdadera en aquella historia.
—¿Qué pasará con el general Donor?, no podemos dejarlo aquí— con el cuerpo del hombre aún en el suelo, uno de los soldados preguntó.
—La basura humana se queda donde debe, se pudrirá ahí donde está y pueden decirle la verdad a su familia o inventar cualquier otra historia, podré soportarlo, sin embargo lo que no podré soportar es la insubordinación, quién ose decir mentiras y eso me cause problemas, les prometo que pagarán las consecuencias— su fuerza al hablar, hacía que cualquiera le temiera y no quisieran meterse con ella.
Así, comenzó el viaje rumbo a la zona oeste del imperio, el lugar donde se llevaría a cabo la guerra más grande que cualquier imperio haya visto, pues las dos naciones a enfrentarse eran las dos más grandes y todo el conflicto se había dado por influenza externa, algo que de verdad molestó a uno de los emperadores, aunque no pudo hacer nada si solo él quería arreglar las cosas pacíficamente, este era el imperio Krator, por eso era primordial lograr la victoria, para así deslindarse de toda relación con el imperio Siru, su contrincante.
Gracias al buen liderazgo de Valien, su llegada fue mucho antes de lo esperado, pues en tan solo tres días estaban en el lugar acordado, donde solo los que custodiaban esa zona del imperio, se encontraban ahí.
—¿Tú eres Valien Daher, capitana del octavo regimiento del ejército?— un joven muy varonil, preguntó
—Capitana Valien Daher, un placer. ¿Y usted quién es?— se presentaba, por lo cual esperaba que la otra persona hiciera lo mismo
—Soy el general Sigfrid, estoy a cargo de esta parte del ejército. Pueden poner su campamento en la parte izquierda del valle, ya cuando lleguen los demás se les otorgará un lugar— señaló el lugar y continúo con sus labores.
—¿De casualidad no recibió el nuevo decreto?— curiosa preguntó, pues tenía información de que la persona que lideraría, siempre acampaba en la parte más cercana al campo de batalla, por estrategia.
—No se de qué hablas, si no hay más cosas que quieras preguntar, debo reunirme con los tres generales que llegaron— cansado de conversar con Valien, se retiraba.
—Solo son dos generales, general— le dijo y se dio la vuelta para irse
—Eran tres, ¿qué pasó con el tercero?— su duda era evidente
—Lo maté— sin ningún tipo de emoción, respondió y siguió su camino.
Al escuchar lo que dijo Valien, aquel hombre desenvainó su espada y corrió a atacarla.
—¡Alto!— se escuchó un grito, era un hombre que iba llegando cabalgando en un caballo blanco.
—Coronel Solt, ¿qué está haciendo usted aquí?— inesperadamente, aquel hombre tan valiente como para atacar a una mujer por la espalda, se había arrodillado ante el imponente hombre que llegó.
—Estoy aquí por órdenes de su majestad, ahora responde tú, ¿cómo osas atacar a la líder del ejército entero?— su enojo era más que evidente, pues sabía perfectamente quién era Valien Daher.
—Es un honor que usted me conozca coronel, aunque espero me disculpe, yo no me acuerdo de usted— con la cabeza agachada, habló la rubia.
—Como no conocerte jovencita, mi hija me envía cartas donde solo habla de ti y tus hazañas, debes ser muy buena para que ella te idolatre de esa manera— una gran sonrisa se formaba en su rostro al hablar de su hija.
—¿Acaso es padre de la señorita Kiara Solt?— en realidad no quería escuchar la respuesta, pues su intención no era causar ningún tipo de dolor a personas tan amables como aquel hombre.
—Entonces la conoces, ella es una gran maga pese a su corta edad, todo lo hizo para complacer a este viejo cascarrabias, es la niña de mis ojos, mi adoración. Justo después de hablar contigo, pensaba encontrarme con ella, ¿te gustaría acompañarnos?— su sonrisa seguía intacta, incluso aún más grande, el amor y devoción por su pequeña hija, eran más que evidente.
Valien sintió como poco a poco, sus ojos se fueron cristalizando y cuando se dio cuenta, las lágrimas ya caían de sus ojos, no entendía porque, pero sentía un fuerte dolor en el pecho.
Te felicito por tan placentera obra 😉
me encanta la novela
muy buena trama y los personajes muy buenos