¿Una extraña sensación de Déjà vu? ¿Un sentimiento de haber vivido todo eso por segunda vez?
Aquellas eran las constantes de la vida de Claire; sin embargo, debido a su salud un poco débil y el cansancio por su trabajo como policía, decidió ignorarlas.
No obstante, tras su divorcio y motivada por la difícil situación de su hijo recién nacido, quien necesita una donación de sangre para sobrevivir, la ahora detective privada se ve obligada a buscar al padre del niño, su exesposo. A pesar del dolor causado por sus múltiples infidelidades, ella deberá revelarle que tiene un hijo al que ni siquiera conoce.
Sin embargo, para llegar hasta él, deberá enfrentarse al infierno en el que se ha convertido la ciudad donde él vive, evitando ser víctima de las monstruosas criaturas que la habitan.
¿Podrá dejar de lado su resentimiento y ser lo suficientemente fuerte para salvar a su exesposo?
¿Por qué la extraña sensación de déjà vu no se va de su corazón?
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CAPÍTULO 7
Escuchando unos gruñidos provenir de la oficina del gerente, entró en el pasillo hasta que finalmente llegó a la oficina en la parte trasera del local.
Al entrar con lentitud, tuvo que agudizar su visión ante la oscuridad profunda que había. Allí, bloqueando la salida de emergencia que daba al parqueadero, observó una escena que la dejó helada.
—¡Alto!—gritó apuntando con su arma—¡Alto o disparo!
Un hombre estaba encima de un joven muchacho, devorando sin piedad su garganta. Al escuchar a Claire, levantó su mirada, trayendo consigo un trozo de carne.
—¡Arriba las manos!—gritó Claire.
No obstante, ninguna advertencia era escuchada. Cuando el hombre, el cual se suponía era el gerente, se levantó y comenzó a caminar hasta ella, no tuvo de otra más que disparar a su pierna.
—¡Joder!—gritó disparando varias veces a su pierna.
El gerente, quien seguía dirigiéndose a ella, mientras soltaba gruñidos animales, no se detenía por más disparos le daba.
Temiendo por su vida, ya que jamás en su carrera se había tenido que enfrentar a un caso como ese, corrió de regreso a la entrada principal.
Allí, sin palabras, observó como la anciana comenzaba a levantarse y caminaba hacia ella de la misma forma demoníaca que el gerente.
Esquivándola, corrió hasta que logró salir del mostrador y allí fue acorralada por varias personas que tenían el mismo síntoma que el gerente.
Pudiendo encontrar una zona por la cual esquivarlos, llegó hasta la ventana al lado de la puerta principal y saltó al otro lado.
Lastimándose un poco el tobillo, logró observar como toda la gasolinera estaba siendo asediada por aquellas personas que parecían seres salidos del infierno.
—¡Aquí!—el grito de una mujer la alertó.
A su derecha, en la carretera, un auto la estaba esperando. Su conductora, quien tampoco creía lo que estaba ocurriendo, se detuvo intentando sacarla de allí.
Viendo que el camino hacia su moto estaba bloqueado, no tuvo de otra más que correr hacia el auto y aceptar la ayuda de la desconocida.
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Mientras el auto avanzaba por la tormenta, Claire miró hacia el cielo y murmuró una oración silenciosa, pidiendo a Dios de que lo ocurrido solo hubiera sido parte de una pesadilla y de que en cualquier momento estuviera por despertar.
Un miedo aterrador cruzó en su corazón, temía que algo le hubiera pasado al padre de su hijo. Podía ser un maldito infiel y podía haberle hecho mucho daño, pero independiente al amor que aún le tenía, él era la única pieza clave faltante para que su bebé recién nacido no muriera.
—Mi nombre es Lara—dijo la mujer, apretando el volante con fuerza—¿Qué demonios está pasando ahí?
Gracias a esa pregunta fue que notó lo que había ocurrido, al parecer la mujer que la había salvado también había sido atacada momento antes, puesto que su brazo mostraba una clara mordida.
—No lo sé—respondió intentando recuperar la compostura—estoy segura de que en la comisaria nos explicarán qué ocurre...
Sin pedirle permiso, alcanzó la radio del auto y comenzó a mover el dial para poder sintonizar la radio de la comisaria. Luego de un minuto de interferencia ruidosa, logró captar un poco de la señal débil de la antena.
"Comisaria... refugio... plaga... ¡No dejen que los... muerda!"
Fueron las únicas palabras que se escuchó antes de volver a perder la señal, ni siquiera cuando entraron en la ciudad, después de pasar el anuncio de bienvenida, la señal mejoraba. No obstante, una imagen desolada del inicio del lugar las dejó sin palabras.
Entre la tormenta y las débiles luces del automóvil, solo podían ver autos abarrotando la carretera. Algunos apartamentos incendiándose y barricadas que hacían difícil el tránsito.
Fue así que llegaron al cruce de dos semáforos, donde ya era imposible el poder continuar.
—Debemos seguir caminando...—dijo Claire—¿Cómo es posible que haya tantos bloqueos?
Cuando ambas mujeres estaban por bajarse del automóvil, la luz incandescente del lado de la conductora las dejó ciega unos segundos, para luego sentir un choque y como su carro era aventado al otro lado de la calle. Luego de varios segundos, Claire pudo recobrar la consciencia.
El grito de la mujer que había salvado su vida hizo que volviera a la realidad y, pese a estar herida en la frente, logró salir del automóvil.
Lara, quien había logrado salir antes, fue interceptada por varias personas convertidas en aquellos monstruos y atacada por estas.
—¡Atrás!—gritó Claire.
Cuando iba a sacar su arma y acercarse para quitarle a esos monstruos de encima, el camión de gasolina que las había golpeado estalló, provocando que el impacto la aventara contra la pared de un edificio.
Con un dolor insoportable en la espalda y un pitido en sus oídos, tuvo que irse sin poder rescatar a la mujer.
Siendo perseguida por aquellas criaturas, que cada vez más se encontraba entre las calles, tuvo que tomar un atajo por unas callejuelas entre edificios hasta que por fin llegó a la plaza donde se ubicaba los complejos de apartamento, donde supo por última vez que su exesposo estaba viviendo.
No obstante, era imposible el poder ingresar al lugar. Estaba plagado a más no poder de aquellas criaturas, inclusive habían dejado el portón cerrado para que no salieran de allí.
Temiendo por la vida de Leon, caminó rumbo a la comisaria esperando que su ex estuviera allí.
—¡Dios mío!—expresó llena de terror.
Debido a que las calles estaban bloqueadas y llenas de criaturas, tuvo que caminar entre las escaleras de seguridad entre varios edificios y así poder avanzar el largo trayecto que tenía.
No obstante, cuando llegó al techo de uno de los edificios, observó la magnitud del desastre.
Los incendios consumían edificios enteros, las criaturas deambulaban por las calles, y los gritos de los sobrevivientes resonaban entre el rugido de la tormenta y el crepitar del fuego.
Respiró hondo, tratando de calmar su mente y enfocarse en su objetivo. Comenzó a planear su ruta hacia la comisaría.
Desde su posición elevada, podía ver varias posibles vías de escape, aunque todas implicaban riesgos considerables.
Espero que tengas el apoyo a futuro porque hiciste un excelente trabajo escribiendo 🌹 Sigue así /CoolGuy/y seguiré leyendo 🤞🏻/Smile/