Sebastián Spencer, exitoso arquitecto y empresario de la construcción, encuentra su vida entrelazada con el carismático empresario de juegos, Luciano Reyes. La trama se complica aún más cuando Sebastián descubre que Melisa, la esposa de Luciano, despierta en él sentimientos inesperados. Entre el diseño de estructuras y el riesgoso mundo de las apuestas, los protagonistas se ven atrapados en un triángulo amoroso que desafía las fronteras entre la arquitectura de sus vidas y los juegos de la pasión, desencadenando una historia llena de secretos, decisiones difíciles y una búsqueda inesperada de la verdadera construcción del amor.
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Capítulo 8
Tras la amable invitación, Sebastián y Nicolás se levantaron de sus lugares, siguiendo a Luciano y a su esposa hacia el comedor. Mientras la muchacha caminaba a un lado de su esposo, Sebastián observó con atención a la mujer que tenía frente a él, sin malas intenciones, simplemente interesado en conocer a la anfitriona de la noche.
Al llegar al comedor, Luciano les indicó donde sentarse, quedando cada joven a uno de los lados de la mesa, y él y Olivia en las cabeceras de la misma. Durante la cena, la charla se dirigió hacia conocerse un poco más como personas. Sebastián y Nicolás compartieron algunas anécdotas sobre sus vidas fuera del trabajo, les contaron desde cuando se conocían, mientras que Luciano y Olivia también compartieron detalles sobre su historia juntos.
Luciano elogió a Sebastián por su destacada trayectoria en la arquitectura, lo que provocó una sonrisa agradecida en el rostro del joven arquitecto.
-Sebastián, realmente admiro tu trabajo y tu pasión por la arquitectura. Has logrado cosas increíbles en tu carrera.- le dijo con sinceridad.
-Gracias, Luciano. Significa mucho viniendo de ti. Ha sido un camino lleno de desafíos, pero estoy orgulloso de lo que he logrado hasta ahora.
-Esperemos que nuestra nueva sociedad nos dé a todos lo que estamos buscando- agregó Nicolás con entusiasmo.
-A todo esto- intervino Sebastián nuevamente- deberías darle nuestras felicitaciones al chef y a la persona que organizó esta cena- acotó.
-Es cierto- dijo Sebastián apoyando las palabras de su amigo- Todo ha sido excelente, desde la ambientación del comedor hasta los deliciosos platillos puestos en la mesa.
-Estoy de acuerdo con ustedes- replicó Luciano- pero ¿por qué no la felicitan ustedes mismos?- agregó señalando a su esposa, la muchacha inclinó la cabeza avergonzada, ya que no le gustaba ser el centro de atención.
Sin necesidad de más palabras, ambos jóvenes comprendieron que ella había sido la encargada de todo.
-En ese caso- dijo Nicolás- Mis más sinceras felicitaciones, señora Reyes.
-Por favor, llámeme solamente Olivia- dijo ella aún sonrojada- no me haga sentir mayor.
-Mis disculpas, no era mi intención- replicó el joven- supongo que tienes razón. Entonces...Mis felicitaciones por lo bien que te quedó todo, Olivia- recalcó Nicolás, ganándose una mirada disimulada de reproche por parte de su amigo.
Tras terminar de cenar y saber que la muchacha se había encargado de organizar la cena y hasta de preparar ella misma el plato principal, Luciano los invitó a la sala.
Después de la cena, los cuatro pasaron a la sala, y mientras tomaban café, la conversación giró en torno a la construcción del primer hotel. Luciano compartió sus ideas y planes para el proyecto, mientras que Sebastián y Nicolás le ofrecieron sus conocimientos y sugerencias desde el punto de vista arquitectónico y empresarial. De esa manera comenzaron a esbozar los primeros pasos hacia la realización de su ambicioso proyecto hotelero.
En determinado momento, Nicolás mencionó que necesitarían encontrar a alguien para encargarse del diseño de interiores de cada espacio del hotel, una chispa de emoción brilló en los ojos de Olivia y una sonrisa iluminó su rostro. Luciano notó el cambio en su esposa y, con cariño, tomó su mano.
- Mis amigos, estamos de suerte- comentó el hombre llamando la atención de ambos jóvenes- El asunto del diseño de interiores ya está solucionado. Mi esposa tiene un título en diseño que la avala para realizar este trabajo. Además, confío plenamente en su talento y buen gusto. Además sé perfectamente que sus capacidades ameritan el puesto.
Los socios de Luciano asintieron en señal de estar de acuerdo, impresionados por la noticia y la posibilidad de que Olivia pudiera ocuparse de una parte crucial del proyecto. La sonrisa radiante en el rostro de la joven dejó a ambos hombres deslumbrados y emocionados por trabajar con ella, esperando que su trabajo fuera igual o mejor que la cena de la que habían participado. Con Olivia a cargo del diseño de interiores, el futuro del proyecto hotelero parecía aún más brillante y prometedor.