Él Rey Roger

Roger.

Recuerdo mi paseo con la princesa por el jardín, la princesa es humilde y noble, me gusta, pero aún no me siento enamorado de ella, mi madre dice que el amor se dará en el matrimonio, más porque ve que la princesa si está enamorada de mí.

Pero... hay algo que le hace falta a la princesa para que me atraiga y ni siquiera yo mismo sé que es. Aunque la deseó, es hermosa y creo que podré enamorarme de ella.

Salgo de mis pensamientos cuando mi madre llama a la puerta.

— Hijo, ¿Estás ocupado?

— Para ti nunca madre.

— ¿Cuándo te vas? Pregunta con tristeza.

— No me iré muchos días madre, tal vez solo una semana, necesito ir al comando a verificar unos asuntos de la seguridad del reino y luego iré con los soldados que Rick entrenó, yo personalmente deseo ver la lealtad, no quiero espías del rey Erick, luego regresaré al reino junto con ellos para organizarlos y que sepan que debe hacer cada uno de ellos.

— ¡Está bien hijo, aunque es mucho tiempo, te esperaré ansiosa! El reino es muy grande.

— No tienes nada que temer, la seguridad será el doble.

— Lo sé, pero no debes temer, sé usar una espada, tu padre me enseñó.

—Mi padre amaba eso de ti, tu valentía y que supieras defenderte, siempre decía que le gustaba la reina que tenía a su lado, una mujer fuerte y valiente.

— Y yo amaba como tu padre defendía a su nación, desearía poder abrazarlo, su rostro se entristece.

La abrazo y lágrimas salen de sus ojos.

— No llores madre, no te hace bien estar deprimida.

— Tienes razón hijo, ahora lo más importante eres tú y ya deseo que te cases con la princesa, quiero nietas a quien cuidar y hablarles de su valiente abuelo.

— Y así será madre, ya lo verás.

La abrazo y suspiro, hijos, nunca me imaginé hijos, pero ahora que lo menciona, deseo un heredero, un hombre valiente igual que su padre.

— Hijo, por cierto yo venía contigo por otra razón, el viaje de mis amistades se adelantó y ellas vienen hoy, pero sé que tu mañana te vas, así que cuando vuelta, deseo que personalmente tú presentes a tu prometida.

— Me parece bueno idea madre, ya que hoy estoy un poco ocupado y tal vez solo cene contigo madre.

— ¡No hay problema, conque cenes con nosotras estará de maravilla! Ya que quiero que vean como ha crecido mi hijo, también quiero que conozcas a sus hijas, aunque cuando eran niños jugaban, pero eso fue hace años, ahora ya ellas son doncellas, no las recuerdas ni ellas a ti.

— Muy bien madre, yo estaré presente en la cena.

— Gracias hijo, te dejo seguir en tu trabajo.

Mi madre me da un beso en la frente y se marcha de mi despacho.

Vuelvo a mi escritorio y sigo con mi trabajo, el almuerzo me lo suben, ya que debo dejar todo en orden para cuando regrese no tener tanto trabajo.

Después de almuerzo escucho carruajes llegar, así que me levanto y veo si se trata de la visita de mi madre o de quien.

Pero efectivamente veo correr a mi madre a recibir a su visita, son dos amigas de mi madre, llevan años de amistad, cuando empezaron las batallas no pudieron verse, únicamente se comunicaban con cartas; escuchó como las recibe, con alegría, no recuerdo a las hijas de sus amistades, solo sé que una de ellas tiene dos hijas y la otra tuvo mellizos, pero su hijo murió en batalla.

Las veo bajar, pero no sé quién hija de quien, de último baja la otra, pero me llama la atención su forma, no se comporta extrovertida como las otras dos, las otras dos son de cabello rojizo y ella es rubia. La veo entrar al castillo y pierdo la vista.

Respiró profundo y continuó con mi trabajo.

No sé cuanto tiempo pasa, pero llaman a la puerta.

— ¡Hijo, es hora de cenar! Has estado encerrado todo el día, ven y acompañados.

— Tienes razón madre, estoy exhausto, en un momento bajo.

— Perfecto, te veo en la mesa. Dice mi madre cerrando la puerta.

Me encaminó a mi cuarto y todo un baño rápido, me visto y acomodó mi cabello. Bajo hacia el comedor, me acerco a ellas y...

— Su majestad, dice una pelirroja, poniéndose de pie y cambiando de color, sus mejillas se tornan Rojas.

— No se preocupen, tomen asiento, digo acercándome a mi asiento.

— Cariño, recuerdas a Elida y Mari Habla mi madre.

— Claro que si y es un gusto tenerlas aquí duquesas.

— El gusto es de nosotras, hablan las dos.

— Me alegra que le hagan compañía a mi madre, estaré fuera una semana y no me gustaría que se quedara sola

— ¡Claro que sí, nosotros le haremos compañía y encantada de estar en el reino Bolstin! habla Elida

— Siéntanse como en casa, respondo sonriendo.

— ¡Pero qué guapo está tu hijo! Dice Mari.

— ¡Si, mi hijo es todo un hombre! Es igual a su padre. Pero déjame presentarte a las hijas de mis amigas, me habla mi madre.

— Encantado, respondo.

— Ellas son Danna, hija de Mari y Mely es la segunda hija.

Ambas sonríen y me ven con coquetería, yo únicamente me sonrió por el gesto.

— Hijas, las reprende Mari, por qué se ha dado cuenta del coqueteo.

— Ella es Dalia, hija de Elida. Dice mi madre.

— Un gusto princesa, digo.

Ella me ve rápidamente y voltea a otro lado, únicamente diciendo el gusto es mío.

— ¿Y cuánto tiempo las tendremos por aquí? Pregunto, mientras bebo de mi copa.

— ¡Tu madre nos invitó por tres meses! Ella desea que estemos para tu boda.

— ¡Es lamentable que el rey esté comprometido! Dice Danna, la hija mayor de Mari.

— Hija, por Dios, que son esas palabras.

Mi madre únicamente se ríe.

— ¿Conoceremos a su prometida cuando regrese de su viaje? Pregunta Maly.

— ¡Así es! Respondo, llevándome un trozo de cordero a la boca.

— ¡Es usted muy guapo rey! Habla Mely nuevamente.

— ¡Hija, compórtate! La reprende su madre.

Yo únicamente me río.

— No te preocupes Mari, mi hijo es halagado por jóvenes ni a él ni a mí nos pone de mal humor, en espacios a Roger, dice mi madre riéndose.

Todos ríen en la mesa.

— Deseo que llegue pronto mi debut, para conocer caballeros apuesto y que desee casarse conmigo, dice Mely.

— ¡Y pronto llegará hija! Solo un año más y harás tu debut como tú hermana. Le responde Mari.

— ¡Aquí puedes llegar a conseguir a un caballero apuesto! Responde mi madre.

— ¡Entonces después de mi debut, vendré para el reino de Bolstin! ¡Así podré conocer a mi futuro esposo! Dice Mely.

Todo reímos.

— Danna y Dalia, ya hicieron su debut, así que pueden conseguir guapos caballeros como el rey aquí en Bolstin. habla Mely.

— ¡Claro que sí! Responde mi madre.

— ¿Cuántos años tienes mely? Le pregunto.

— Tengo 16 años. Me responde sonriendo.

— ¿Y tú...Danna cierto?

— Así es su majestad, yo tengo 19. Responde.

— ¿Y tú Dalia? Pregunto curioso, ya que es la única que casi no ha hablado en toda la comida.

— Su majestad, yo tengo 23 años.

Me quedo asombrado, las doncellas a esa edad ya tienen comprometido y planes de boda, como la princesa Adelaida, tiene 23 y pronto se casará conmigo.

— ¡Mi hija estaba comprometida, pero su prometido... pues, él ya no está con nosotros! Habla Elida.

— ¡Lo siento mucho! Respondo.

Pobre doncella, de seguro murió en la guerra, pero no preguntaré nada más, no me gusta ser imprudente.

— ¡No se preocupe, su majestad, dice Dalia viéndome y rápidamente cortando contacto visual!

La cena transcurre y reímos con tonterías que dice Mely, Danna también se desenvuelve rápido, pero Dalia es la única que no habla mucho, pero si veo que me observa.

La noche aparece y todos nos levantamos, ya que debemos dormir y yo debo viajar.

— Espero se sientan en casa y cómodas, las dejo para que vayan a descansar, me imagino que el viaje las trae agotadas.

— Sí mi rey, la verdad venimos exhaustas, el camino fue fatal tantos agujeros, pero gracias a Dios estamos aquí, responde Mari.

— No se preocupen, están en su casa y madre me imagino que las habitaciones están listas para que vayan a descansar, le hablo a mi madre.

— Por supuesto que sí hijo, las habitaciones están listas, así que síganme les voy a enseñar cada una de sus habitaciones, habla a sus invitadas mi madre.

— Que tenga una excelente noche su Majestad, hablan todas; Esperamos que le vaya bien en su viaje y también esperamos su pronto regreso.

— Muchas gracias a ustedes por la visita y por acompañar a mi madre, espero regresar pronto.

— Descansa mi amor Espero que todo te salga muy bien y estaré orando por tu pronto regreso.

— Así será madre, la abrazo y le doy un beso en la frente.

Veo atentamente como todas se marchan a sus habitaciones, doy la vuelta y me dirijo a mi despacho, recojo las últimas cosas que debo llevar a mi viaje y me encamino a mi cuarto.

De camino a mi cuarto escucho un murmullo de Mely con Danna, pero me detengo al escuchar mi nombre; Por qué te comportaste así en la mesa con el rey, le habla Mely a Dalia, Pues cómo querías que me comportara estaba nerviosa responde Dalia, Pues deberías de comportarte bien si quieres impresionarlo, responde Danna, ¿cómo me piden que lo impresione si él ya está comprometido? Responde Dalia. Pues por lo menos deberías de comportarte simpática con el rey habla Mely, aparte tú siempre has dicho que el rey te gusta Dice Danna.

Me quedo aturdido por lo que escucho por el pasillo.

— Imagínate que el rey pudiera romper su compromiso, y te eligiera a ti como reina. Habla Mely.

— Lo dudo, No creo que el rey rompa su compromiso se ve que es un hombre de honor y de palabra. Responde Dalia.

— ¿Y qué, acaso importa? habla Danna.

— Bueno, por lo menos tienes tres meses para comprobar si el rey se puede enamorar de ti responde Mely.

— ¡Yo conocí al rey en la batalla!, después de un año de la muerte de mi prometido Jacob, lo vi, vi al rey y él me cautivó, es que es tan guapo es creado por los mismos dioses. Habla Delia.

— ¿Y cómo fue que lo viste y el rey no te reconoció? Pregunta Danna.

— Porque el rey no me vio, la que lo vio fui yo en el carruaje, inmediatamente nuestros soldados me llevaban a un lugar seguro, responde Dalia.

— Bueno Delia, Entonces no seas arrogante con el rey y empieza a ser un poquito más empática con él, Haz que el rey se enamore de ti. Habla Danna.

— Espero lograr que el rey se fije en mí o por lo menos, deseo besar sus labios. Habla Delia.

Me encamino rápidamente a mi cuarto y toda la conversación que escuché me dejó aturdido, no está bien de un buen Rey escuchar la conversación de una dama, pero escuchar mi nombre hizo que me detuviera, pero hubiera querido no Escuchar esa conversación.

Me desvisto y me acuesto en la cama, mañana debo salir muy temprano, así que debo descansar.

I

Delia.

Nota de Autor.

¿Les gustan los capítulos largos o cortos? Espero les esté gustando la novela.

con amor, su querida escritora Sharon.😘😘😘😘