"En el lujoso reino de Raleigh, la princesa Mariana Hazbun se enfrenta a un ultimátum: casarse antes de cumplir los 27 años. Pero Mariana no está dispuesta a comprometer su libertad y su corazón asi se transforma en la princesa rechazada.
Mientras tanto, en Nueva York, Asher Beaumont, el rico y apuesto heredero de la familia Beaumont, vive una vida de excesos y placeres. Pero su padre, el patriarca de la familia, le impone una condición para heredar la fortuna familiar y el liderazgo de la familia Beaumont: casarse y demostrar su madurez.
Cuando Mariana y Asher se conocen, el ve en ella la respetabilidad que su padre le exige, pero la novia se resiste. Mariana es obligada por su padre a contraer matrimonio. Pero detrás de la fachada de lujo y poder, ambos esconden secretos y miedos. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar el amor verdadero, o su unión será solo una transacción de conveniencia?.
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La paciencia reúne las piedras dispersas
Mariana se encontraba en el jardín de su casa cuando un empleado llegó con un enorme jarrón lleno de flores.
<< En el momento en que la muerte me llamaba, tú fuiste el ángel que me devolvió la vida. Que la bendición del Profeta sea contigo, y que la paz y la tranquilidad sean tu recompensa>>.
Mariana sonrió.— Llevalas a mi habitación ordeno, el empleado hizo una reverencia y cumplio su orden.
Días después Mariana se encontraba en una biblioteca, necesitaba material para su clase, estaba leyendo un libro cuando algo llamó su atención.
Karem frunció el ceño al ver a Nasser Al-Sabah y le hizo señas a los otros guardias para que no permitieran que se acercara.
— Karem, déjalo ordenó Mariana.
— Disculpe Alteza dijo Karem algo contrariado.
Nasser se acercó a ella hizo una reverencia, la miró a los ojos, algo que la impacto por respeto nadie solía hacerlo.
— Buenos días señor Al-Sabah, ¿ qué hace aquí?.
— Buscaba un libro de leyes, aunque no lo parezca soy abogado.
— Un busca pleito profesional.–Nasser sonrió, Mariana tenia una forma bonita de hablar.— Gracias por las flores.
— Gracias por salvarme la vida, aunque tal vez llegue a lamentarlo, debo advertirle que tengo serias intenciones de aparecerme en su camino.
Mariana sonrió.— ¿ Porque lo haría?.
— Porque no puedo quitar esos ojos de mi mente exclamó él.
—Mi padre se lo resolvería en dos segundos.
Nasser se rió.— Ni cortándome la cabeza me olvidaría de unos ojos tan hermosos.–¿ Qué lee?.
—Busco un libro para mis alumnos dijo Mariana.
Nasser miro el libro que tenia en la mano, y respondió:— No está mal, pero yo escogería este dijo estirando su mano, para escoger un libro.— Tiene grandes aventuras, los mantendra entretenidos.
— ¿Lee mucho?, pregunto ella.
— Mucho, literatura variada dijo Nasser.
Mariana miro su reloj.—Señor Al-Sabah, fue un placer verlo.
— Hasta nuestro próximo encuentro dijo él.
— ¿ Cree que nos volveremos a encontrar?,preguntó Mariana.
— Estoy muy seguro de eso exclamó Nasser...
Dos días después Mariana se sorprendió al ver a Nasser Al-Sabah junto un grupo de hombres en el palacio, se encontraban en la frontera con Durham.
Nasser se separo del grupo y se acercó a Mariana, hizo una reverencia.
— No le dije nos volveríamos a ver, supongo que por mi gran habilidad de predecir el futuro merezco un premio, podría ser compartir una taza de café con Su Alteza, Mariana sé río llamando la atención de los presente y su padre.
Khalil miró a au hija, era raro que Mariana se saliera del protocologo.
— Podría considerar su oferta, pero mucho me temo que deberá pedirle permiso a mi padre.
Nasser toco su cuello.— Supongo perdere la cabeza por mi atrevimiento. Pero mejor sin cabeza que perderme ese café.—Mariana sonrió.— Me gusta hacerte sonreír.
— ¿ Quién le dijo que estoy sonriendo?, pregunto Mariana.
— Sus ojos, sus ojos brillan más cuando sonríe.– La sonrisa de Mariana se hizo más grande y cerró sus ojos.— No se mueva de aquí voy a pedir permiso.— Mariana abrió sus ojos y vio como Nasser se dirigía hacia su padre, vio como los guardias lo frenaban y su padre daba permiso para que se acercara.
Nasser estaba completamente loco.— Khalil frunció el ceño y miró a su hija.
Mariana asintió con un movimiento sutil de cabeza , después todo no le haría daño tomar un café. Vio a Nasser inclinar la cabeza, y hacer una reverencia, un segundo después Nasser se plantaba frente a ella.
— Tengo su permiso, es más lo haremos ahora mismo. Su Alteza, si me sigue por aquí.
Mariana miró a su padre, quien asintió.— Por supuesto. ¿ A donde iremos?.
— Fuera del palacio, tengo mi auto. Supongo Su Alteza vendrá con sus guardias la guiaré dijo él.
Suspendido doscientos metros sobre el golfo de Raleigh, el lugar que había elegido Nasser para tomar un café era excepcional en todos los sentidos: opulento, silencioso y el favorito de Mariana solía ir con su familia. Las cabinas separadas con sillones de respaldo alto cubiertos por terciopelo color rojo les daban la intimidad suficiente, aunque Mariana no pudo evitar llamar la atención.
— Su Alteza, ¿ qué desea tomar?, pregunto él.
— Dígame Mariana, si no me equivoco me invito un café.
—Lo sé Mariana, pero tal vez prefieras el "Karak chai".— Es su bebida favorita.–El Karak chai era una infusión de té negro fuerte, leche, azúcar y especias como cardamomo, clavo y canela. La combinación de sabores y aromas lo hacian unica y deliciosa.
— ¿Quién se lo dijo?, pregunto ella.
— Su padre, también me dijo que le gusta la tarta inglesa.
— No lo engaño dijo Mariana.– Nasser sonrió y ordenó lo que tomarían, a unos metros de ellos Karem los observaba con el ceño fruncido.
Nasser le contó sobre su familia, sus aspiraciones profesionales. Mariana le contó algo de lo que hacía, aunque lo cierto era que su vida era un libro abierto, no había secretos sobre su vida.
— Me gusta el cine, aunque nunca he ido a un cine. En el palacio hay uno, pero según me dijeron es diferente.— Mariana miro su reloj.–Creo que ya es hora de que regrese.
— Antes de que te vayas, me gustaría preguntarte algo. — Mariana lo miró.— ¿Me permitirá volver a verla?.
Ella sonrió.— Sí es lo que quiere.
— En dos días, supongo ya estará en la capital.
— En diez días, me voy a Londres mañana regresaré en diez días exclamó Mariana.– Abrió su cartera y tomó un bolígrafo, le anoto su número y le dijo:– Lláme si sigue interesado.
— Podría pasar una vida y seguiría interesado, ¿ es su número o el de un secretario?, preguntó él. — Mariana dudo, como si lo estuviera pensando.
— Mío, no tengo secretaria. Buenas noches señor Al-Sabah.
— Buenas noches, Excelencia.– Mariana terminaba de subir al auto cuando su teléfono sonó. Al responder escucho la voz de Nasser.
— Solo quería comprobar que estaba bien el número exclamó él. Mariana comenzó a reírse y corto la llamada.
Mariana ingreso al palacio sonriendo, Khalil se encontraba junto a Amira en la sala conversando.
—Cenaremos en quince minutos exclamó Amira.
— Iré a cambiarme dijo Mariana.
— ¿ Cómo te fue hoy?, pregunto Khalil
Mariana miró a su padre.— Bien, ¿ podría verlo otra vez?¿ si estas de acuerdo?, pregunto ella.
— ¿Verlo otra vez?¿ porque no estaría de acuerdo?, pregunto Khalil.
— Bueno, no es un príncipe.– Su cuñado Kamal no era un príncipe pero era hijo de un Jeque, un hombre poderoso y rico.
— Los príncipes están sobrevalorados, si no mira a Jalil, dijo Khalil.
Mariana se rió, mientras Amira negaba con la cabeza...
Mariana se encontraba en Londres había ido por el cumpleaños de su tía Esperanza, estaba desayunando cuando recibió una llamada de Nasser.
— Quería invitarte a salir dijo él.
— Pero estoy en Londres visitando a mi tía, supongo tendrá que ser cuando regrese.
Nasser sonrió.— Pero que distraído, olvide decirte estoy en Londres y me encantaría llevarte al cine dijo Nasser.
Mariana busco a su madre para pedirle permiso, Amira miró a su hija sabía qué la custodia pondría el grito en el cielo.
— Está bien pero además de ir con custodia, lo mejor es que no llames tanto la atención y te vistas más de manera occidental .
— Sí ya lo había pensado, dijo Mariana
— Hablare con la custodia para que se vista de manera más informal y te den algo de espacio. Dile al joven que puede venir a buscarte.
Mariana le agradeció a su madre y subió corriendo a su habitación, le envio un .
– No puedo creer que te pida permiso comento Esperanza.
— Ojalá Rosse tuviera un poco de la prudencia de su hermana, se le ha metido en la cabeza que quiere ser una estrella, pensé que se le pasaría con lo del modelaje después del desfile del que deje que participará, si sigue así Khalil me culpara por haberle dicho que si.
— Ya madurará.
—Tampoco es una niña, tiene veintidós años exclamó Amira preocupada su hija no encontraba el rumbo...
Mariana se probó diferentes prendas finalmente se decidió por un pantalón, un Sweater y como hacía frío un tapado negro, mientras Mariana se cambiaba Amira mando a buscar al jefe de custodios
Karem estaba realmente fastidiado.— Su Excelencia, corremos demasiados riesgos.
— Por ahí no me explique, le di una orden. Yo asumiré las consecuencias con el rey.
— Como ordene exclamó Karem quien miró fijamente hacia la escalera cuando vio a Mariana aparecer, llevaba el cabello cubierto solo con la capucha del tapado y el rostro descubierto.
— ¿ Estoy bien?, pregunto ella
— Muy bien, ya hable con la custodia.
Nasser llego a buscar a Mariana, sonrió encantado al verla.
— Buenas noches, Su Excelencia
— Le he ordenado a la custodia que mantenga cierta distancia, de vez en cuando el anonimato no está mal, espero no arrepentirme y que pueda cuidar de mi hija dijo Amira muy seria.
— Con mi vida dijo Nasser...
Mariana sonreía como una cría en el cine, a unos metros de ella Karem no le quitaba los ojos de encima, tenia que deshacerse de ese idiota.
Estaban riéndose cuando cruzaron la entrada de la casa.
—Tengo bastante imaginación, algo se me ocurrirá —Nasser entrecerró los ojos.
—Estoy segura de que tienes una gran imaginación , respondió en tono burlon Mariana.—Los hombres creen tenerla.
—¿Dudas de mi imaginación?, pregunto Nasser.
—Estoy segura de que eres bastante imaginativo... para ser hombre. Nasser movió la cabeza.
—¿Me estás retando?.
—No te estoy retando. Simplemente estoy citando un hecho.
—¿Un hecho?
—Sí. La mayoría de los hombres creen saber lo que quieren las mujeres.
—Vaya, no sabía que fueras tan feminista.
—No lo soy.
—Claro que lo eres, y me he dado cuenta de que te gusta el debate, pero a diferencia de otros hombres a mí me encanta. No olvides que soy abogado, discutir es mi segundo pasatiempo favorito exclamó Nasser.— Se acercó a ella y la tomó de la nuca.– Mariana se estremeció, expectante. Iba a besarla. Entonces, Nasser inclinó la cabeza y la besó, despacio, con curiosidad. La boca de Mariana se suavizó bajo la presión de sus labios...
vete, así ames de donde vienes, aléjate, es un pueblo malagradecido
rashad se casó con la más rebelde
Constanza se casó no tan pura
y UD no pudo resaltar las acciones o virtudes q viste de Mariana con un año de relación, saliste más puritano