LOS HILOS DEL DESTINO

NOTA: antes de seguir en este capítulo, quiero hacer una aclaración, después de subir el capítulo, note que hubo una parte del último párrafo que habla de un bebé llamado Leonardo, hubo una confusión ahí, la referencia es para Marissa, hija de Ada, el bebé de que ahí se habla es de otra de mis novelas. Continuemos con esta novela.

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Después de recibir los resultados practicados en el hospital y enterarse de que había sido drogado, necesitaba encontrar al culpable y saber la razón que tuvo para hacer tal bajeza, así mismo, necesitaba saber quién fue la chica que amaneció con él, ya que si ella era parte de todo ello la haría pagar, pero si solo había sido usada para hacerle daño, necesitaba ver cómo podría compensarla, puesto que, dentro de lo que pudo notar, fue que la chica era virgen y no le quedaba claro que una chica, perdiera algo tan valioso, solo por perjudicar a una persona, o ayudar a alguien para perjudicarlo, por lo que podría haber sido utilizada de alguna manera, todo esto, lo hacía sentir con un malestar al pensar que había lastimado a alguien, por lo que necesitaba compensar aunque fuera un poco de lo mucho que pudo haber sufrido ella, si la había dejado con alguna lesión tendría que indemnizarla, recordaba haber sido muy rudo y al ser su primera vez debió quedar muy lastimada, conocía su cuerpo y sabía que era muy probable, además, sabía que no se había cuidado, en ese estado no pensaba, era como un animal en celo, además que, de haberlo hecho, hubiera encontrado los preservativos usados en alguna parte de su habitación y recordaba que no había encontrado ni uno en toda la habitación o baño, solo esperaba que no saliera embarazada, ya que al ser virgen era seguro que no usaba algún método de planificación, si eso llegaba a pasar, si hubiera un pequeño creciendo en ella, definitivamente, su posibilidad de recuperar a Ariadna quedaría nula, ella no aceptaría que él tuviera un hijo con otra mujer.

Cuando regreso al hotel, se sentía muy frustrado y enojado consigo mismo, como había pasado por algo así, como podía haber perdido la conciencia de esa manera, que aún, estando con parte de su conciencia, no salió detrás de Ariadna, recordar cómo se había sentido con esa mujer, recordar el sabor y sensación, lo hacía sentirse que no merecía el amor de su prometida, pero la amaba y no podía dejarla, que se alejara de él, sin haber él buscado algo que la dañara, menos estando a un mes de la boda, ya estaba todo listo, solo faltaba enviar las invitaciones y esperar el gran día, el que debía ser el mejor de la vida de ambos, pero con esto se habían cambiado totalmente los planes, no sabía cómo reaccionaría Ariadna, solo esperaba que al encontrar pruebas que le mostraran que él no le había sido infiel, no por gusto, sino por una trampa elaborada por alguien, sin saber cuál fue el objetivo para hacerlo, no dudaría en mostrarle esas pruebas a Ariadna y buscar que lo aceptará de nuevo.

Peter contactó a su socio y sin decirle que había pasado o para qué lo necesitaba exactamente, le pidió apoyo para buscar un detective que se encargará de buscar a una persona, su socio le mando los datos de una persona que era muy recomendada, el detective llegó una hora después de haberlo contactado, después de pedirle completa discreción con el asunto, le contó lo que sucedió y le pidió que buscará a la chica que paso la noche con él, así como a la persona que lo drogo y tramo todo, quería saber si la chica también fue parte de los que lo perjudicaron y el porqué, lo o los haría pagar muy caro por su atrevimiento. Hasta ese momento no había contactado a su prometida, sabía que no le contestaría, quería dejarla que se calmara un poco antes de intentarlo.

Más tarde, por fin, empezó a llamar a Ariadna, no sabía cómo se disculparía o que le diría, pero necesitaba darle la cara, si lo cacheteaba, golpeaba o insultaba, lo tendría bien merecido, no debió ser agradable ver a su prometido, el hombre que prometió amarla y estar para ella, serle fiel y cuidarla, él que estaba por casarse a pocas semanas, viéndolo estar con otra mujer, cada vez que recordaba la cara de Ariadna al verlo en esa cama, lo mataba, se sentía miserable. Si él estuviera en su lugar, tampoco querría saber de esa persona, la alejaría completamente. Por más que le marcaba, ella no tomaba la llamada, intento desde otro número, ya que del suyo noto que lo había bloqueado al no poder conectar la llamada y tampoco le llegaban los mensajes, no sabía si había cambiado de número o lo tenía apagado.

Al no ver resultado, como no pudo encontrar manera de hablar o comunicarse con Ariadna, le marco a su padre para pedirle, le ayudará a hablar con ella o le dijera donde la podría encontrar para explicarle, su padre al darse cuenta quien hablaba le mostró que estaba furioso con él.

     Hasta que das la cara, eres un id***a, no sé cómo pude confiarte a mi hija… decía la voz del hombre del otro lado, sumamente molesto, afortunadamente no estaba frente a él, porque se lo imaginaba golpeándolo hasta perder la conciencia.

     Por favor, necesito hablar con ella y aclarar todo, es muy importante, todo fue un error, fue una trampa, suplicaba Peter.

     Ja, ja, ja, y tú crees que me voy a creer ese cuento, aprovecho a informarte que la boda se canceló, ya empecé a avisar y liquidar todo, no habrá boda, olvídate de mi hija y más te vale no aparecer por nuestra casa porque de aquí no saldrás vivo.

     Necesito aclarar esto, todo fue…

No pudo seguir hablando porque del otro lado solo se escuchaba el sonido mostrando que le habían colgado, pero no le importaba, seguiría insistiendo, la seguiría buscando para aclarar y mostrarle pruebas, si después de eso no le creía, con el dolor en su corazón lo aceptaría, fuera cual fuera el resultado, lo que si no cambiaba es que a los culpables, los haría pagar por su atrevimiento.

Peter se sentía frustrado, siempre se consideró fuerte y difícil de engañar, pero alguien le había tendido una trampa y había caído redondito, necesitaba regresar a su país a buscar a su prometida, necesitaba dejar arreglado el otro asunto, saber quién, y porque lo habían incriminado en ese acto para hacerlos pagar, pero no quería dejar más tiempo sin buscar a Ariadna.

Dos días después había podido regresar a su país a buscar a Ariadna, al no encontrarla fue a su casa aun sabiendo lo que le esperaba, su suegro no lo dejo ni entrar, él le mostró los resultados del examen médico y trato de explicarle, pero el señor no entendía de razones, le decía que había posibilidad que hubiera pagado para que le dieran esas hojas y presentarlas como reales, se rehusaba a creerle, por lo que necesitaba buscarla otra manera.

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