Isabell Janssen es una hermosa mujer de 24 años, hija de una importante familia en Nashville y esposa del director de Multinational Bank DN, ha preparado todo para celebrar su aniversario de bodas y darle a su esposo el mejor regalo. Pero su esposo tenía otros planes, dos cuerpos semidesnudos en el sofá, es lo que Isabell encontró cuando se apresuró a buscarlo en su oficina. ‘A veces el amor dura y otras veces en cambio, duele mucho’, ella creyó tenerlo todo, pero esa misma noche lo perdió; se enfrentó a los recuerdos que la aprisionaban en la tristeza y frustración para poder levantarse y darse una nueva oportunidad.
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Capítulo 7. Encuentro desagradable.
Capítulo 7. Encuentro desagradable.
El lunes fue un nuevo reto para Isabell, se había propuesto retomar sus actividades, intentar llevar su vida lo más normal que le fuera posible y eso incluía regresar al trabajo. Sentada a un lado de su padre en el auto, llegaron a JS Enterprises. Caminaba a un lado de su padre, un hombre que, aunque de genio noble y amable, imponía con su presencia, quienes se atrevieron a observar con curiosidad a la hermosa mujer a su lado, se encontraron con su expresión furiosa, algo que no era muy común en el director de la empresa.
- Nos vemos a la hora de la comida. – Dijo su padre despidiéndose de ella con un beso en la mejilla afuera de su oficina.
Isabell era la directora del área de Energía e Innovación, el personal la saludó cortésmente, ella fue directora a su oficina ignorando las miradas curiosas. Eric Ganly, el supervisor del área y buen amigo se puso de pie y la siguió hasta su oficina.
- Buen día – saludó tan pronto la vio sentarse.
- ¡Hola Eric! ¿Cómo va todo? – Preguntó sin rodeos.
- Hasta ahora todo bien\, he mandado a tú correo los archivos que requieres revisar y los que están a tu lado derecho son los que requieren de tu firma. – Eric hizo una breve pausa. – Brian ayudó a revisar los nuevos proyectos\, pero insistió en que fueras tú quien los presentara en dirección.
- Bien\, lo tengo\, me pondré a trabajar en ello. - Isabell esperaba que él se fuera\, pero cuando levantó la mirada\, lo vio de pie frente a su escritorio. - ¿Qué pasa? – Preguntó inquieta.
- Eric se acercó a ella y la abrazó cálidamente. – Lamento todo por lo que estás pasando\, si hay algo en lo que pueda apoyar\, sabes que cuentas conmigo. – Dijo amablemente.
- Lo sé cariño. – Respondió Isabell. – Gracias.
Isabell se mantuvo ocupada en el trabajo, no se tomaba descansos innecesarios, a menos que necesitara ir al baño o rellenar su taza de café, intentaba con todas sus fuerzas enfocarse en cualquier otra cosa que la ayudara a no pensar tanto en su situación, miraba con ansiedad su teléfono móvil, inquieta por saber en qué momento sonaría y escucharía al otro lado de la línea la voz de Joseph.
A las dos de la tarde cuando el señor Bruce salió de la oficina, fue a buscarla acompañado de Brian y su asistente, tocó a su puerta llamando su atención.
- ¿Nos vamos? – Preguntó su padre.
- Lo siento papá\, olvidé avisarte antes. – Dijo encogiendo los hombros apenada. - Quedé con Elaine en ir a comer y… también veré a John.
- Está bien cariño\, háblame si necesitas ayuda.
- Gracias\, papá.
Elaine pasó por ella a las 2:30 p.m., acordaron ir al Rigel Restaurante que estaba ubicado en el centro comercial Eastem Centre de Nashville. Isabell la tomó del brazo mientras subían al último piso en el ascensor. El Rigel era un restaurante de estilo neoyorkino que se especializa en pastas y comida típica de la ciudad. Fueron guiadas por uno de los meseros hasta la mesa número ocho, donde disfrutaban de la hermosa vista panorámica de los alrededores
Después de ordenar, las dos conversan de cualquier cosa, e inclusive del trabajo, en una mesa cercana, había dos hombres que no las perdían de vista. Elaine sonríe tímidamente, ese es su juego, Isabell prefiere ignorar la situación. Motivados por la actitud de Elaine los dos hombres toman valor para acercarse a su mesa y presentarse, Elaine se da cuenta de la incomodidad de su amiga, pero antes de intervenir, John los interrumpe.
- Perdón. – Se excusa torpemente Elaine\, a los tipos no les queda más remedio que retirarse avergonzados.
- John la observa con el ceño fruncido\, la coquetería de Elaine tampoco es de su agrado\, pero al menos los dos se soportan. - ¿En serio? – Cuestiona John. – No quiero ser aguafiestas\, pero\, una situación como la que acaba de pasar puede malinterpretarse y entorpecer el proceso de divorcio. – Reprochó John.
- Está bien\, tranquilo. No pasó a más. – Dijo Isabell interviniendo por su amiga. - ¿Quieres comer algo? – Pregunta.
- Lo siento\, tengo algo de prisa\, quizás en otra ocasión. – John se sentó y sacó de su maletín una carpeta. – Hemos de presentar un divorcio de litigio\, ya que\, en este caso\, una de las dos partes está en desacuerdo. – Dijo observándola brevemente esperando ver alguna reacción\, antes de que John pudiera continuar\, Isabell lo interrumpió.
- ¿Has hablado con él? – Preguntó inquieta.
- Hay tres tipos de divorcios\, así es que\, tuve que hacerlo para saber cómo proceder. Si este se tratara de un divorcio de mutuo acuerdo\, el trámite duraría un mes aproximadamente. Pero\, debido a que una de las partes no está de acuerdo\, debemos proceder con el divorcio de litigio que durará aproximadamente de tres a cuatro meses.
- ¡No!\, no quiero que dure tanto tiempo. – John la observó con el ceño fruncido.
- Entonces\, me temo que\, deberás hablar con él antes de continuar con la solicitud de divorcio. – Isabell bajó la cabeza\, lo que menos quería era estar frente a él\, pero tenía algunos planes en mente\, no quería esperar demasiado tiempo para poder divorciarse.
- Sé que te pedí que aceleraras el proceso\, supongo que ahora depende de mí\, es solo que\, necesito algo de tiempo\, no me siento lista para estar frente a él.
- Entiendo\, tómate el tiempo que consideres necesario y me hablas. – John guardó de nueva cuenta la carpeta\, se despidió con un beso en la mejilla a Isabell y se alejó rápidamente.
- Creo que no le caigo bien a ninguno de los amigos de tu hermano. – Dijo Elaine soltando un suspiro mientras observaba la ancha espalda de John.
- John es demasiado serio\, pero es un buen chico. – Lo excusó Isabell.
- ¿Crees que… ustedes dos hubiesen sido una linda pareja? – Su pregunta tomó por sorpresa a Isabell.
- No lo sé\, John es un tipo muy guapo y atractivo\, pero por alguna razón solo pude verlo como amigo. Además\, cómo se te ocurre preguntarme tal cosa.
- ¿Qué tiene de malo? – Preguntó Elaine.
- No te hagas la tonta conmigo Elaine\, has estado enamorada de John por mucho tiempo.
- Pues sí\, antes lo estuve\, pero él solo tenía ojos para ti\, aún los tiene.
- Isabell la abrazó por los hombros. – Aún no entiendo cómo es que siendo tú\, no hayas intentado nada con John.
- Él no está interesado en mis encantos. – Respondió Elaine formando la curva de su cuerpo con las manos.
Después de salir del restaurante, caminan por los alrededores del centro comercial, entran a algunas de las tiendas a ver las nuevas colecciones que han llegado, Elaine se hace de un nuevo bolso mientras convence a Isabell de probarse un conjunto de pantalón y top con escote en color blanco. Es un estilo elegante y sensual, que está segura de que luciría perfecto en su hermosa silueta de reloj, pero Isabell no está acostumbrada a usar escotes tan provocativos y pronunciados, por lo que se niega de inmediato.
Al salir de la tienda, mientras Elaine le habla del hermoso bolso que compró, se topan con Louise Danner, la hermana menor de Joseph y junto a ella está su mejor amiga, Beatrice Williams, quien de inmediato fija su mirada en Isabell. Louise la observa de pies a cabeza, con cierto desdén; nunca se han llevado bien. Isabell se da cuenta de la sonrisa en el rostro de Beatrice, pero se esfuerza por mantener la postura, por no dejarles ver cuán dolida se encuentra.
- Bell – la llama Louise – No esperaba encontrarte aquí\, querida. – Se acerca para saludarla de beso\, Isabell frunce el ceño\, sabe que solo está fingiendo. – Vine a hacer unas compras y me encontré a Beatrice aquí.
Isabell se dio cuenta de que Louise se estaba excusando con ella por estar al lado de Beatrice por lo que intuía que ella estaba al tanto de la situación entre Joseph y ella y muy probablemente, debido a la amistad que las unía, también estaba enterada del amorío de su hermano con Beatrice.
- Debo regresar al trabajo Louise. – Isabell solo quería alejarse de ellas\, había perdido el ánimo de continuar paseando con Elaine.
- Claro Bell\, nos vemos luego. – Dijo Louise al despedirse.
- Cuando Isabell se dio la vuelta para irse\, Beatrice la detuvo. - ¿Pensaste en lo que te dije? – Preguntó.
- Elaine iba a intervenir\, moría de ganas por poner a la intrigante mujer en su lugar\, pero Isabell la detuvo. – Por supuesto\, pero es con Joseph con quien debes arreglarlo\, en lo que a mi respecta\, no tenemos nada de qué hablar.
Elaine sostuvo a su amiga hasta que se alejaron de las dos mujeres, sin embargo, Isabell no tuvo intenciones de detenerse, continuó caminando hasta llegar al estacionamiento donde estaba el auto de su amiga.
- ¿Estás bien? – Preguntó Elaine preocupada.
- No del todo\, pero lo estaré. – Isabell apretó suavemente su brazo y abrió la puerta para subirse.
Todos pudieron notar su mal humor cuando regresó a la oficina, dejó el bolso sobre su escritorio y salió un momento para refrescarse en el baño. Sus manos temblaban descontroladamente a causa del coraje que había contenido en presencia de las dos mujeres, las lágrimas salían sin parar. Puso sus manos sobre el mármol, bajó la cabeza con tristeza, recordando las palabras de Beatrice cuando irrumpió en la habitación de la clínica.
Su hermana Chloe entró al baño, no esperaba encontrarse a Isabell, pero tan pronto la vio en ese estado lamentable se acercó a ella preguntando con voz preocupada.
- Bell\, ¿qué tienes linda? – Preguntó inquieta.
- Isabell movía la cabeza de un lado a otro\, abrió el grifo de agua\, refrescó su rostro\, se limpió y levantó la mirada sonriéndole a su hermana. – Nada\, no te preocupes\, solo… no es un buen día. – Se excusó.
- Bell\, dime qué está pasando.
Al notar la insistencia de su hermana y esa mirada de preocupación, Bell no tuvo más remedio que contarle lo que había pasado, tan pronto la escuchó, Chloe frunció el ceño, al igual que a su hermana menor, Louise Danner nunca fue de su agrado, pero Beatrice era a quien deseaba tener frente a ella para ponerla en su lugar.
- Debes decirle a papá. – Dijo rápidamente Chloe.
- No\, y por favor tú no le digas nada. Intentaré arreglar esto sin su ayuda\, no quiero involucrarlo más.
- ¿Qué harás? – Preguntó con curiosidad Chloe.
- Enfrentar a Joseph y exigirle el divorcio.
te agradezco no poner fotos de referencia, cada le da forma a los protagonistas y eso es valorable