Los Últimos Descendientes Del Imperio

Yamileth y Alnair han llegado a casa, ella subía las escaleras mientras él la miraba alejarse, se preguntaba si podía evitarle más dolores a Yamileth, si el hecho de que supieran que tendrían que utilizar los poderes de los guerreros Excélsior a la vista de todo, no afectaría el equilibrio que habían logrado alcanzar, si la paz de los últimos tres años se desvanecería.

Cuando conoció a Yamileth parecía una muñeca rota, no solo por su cuerpo destrozado sino por la amargura en su corazón, la primera vez que la vio sonreír sinceramente fue uno de los momentos más placenteros que él recuerda, se había prometido cuidarla, pero ahora dudaba de poder lograrlo, y lo que menos quería él en la vida era verla sufrir.

Jimmy ha salido del cuartel secreto, al pasear por la orilla de la playa, el retorno de Yamileth le había hecho recordar los bonitos momentos que habían pasado juntos, todo había sido felicidad hasta que ella se marchó a su entrenamiento para las olimpiadas, y se preguntaba qué habría pasado si ella nunca se hubiera ido, si ellos siguieran juntos, ¿sería él quien caminaría a su lado?, se veía más sofisticada pero muy linda también.

Debía confesar que cuando la volvió a ver, diez años después, se dió cuenta que los sentimientos por ella habían estado latentes, ante sus ojos ninguna de las mujeres con quienes salió, le significaron un recuerdo indeleble como lo era ella, como si algo más fuerte que él, hiciera que en ese momento le pareciera imposible de soltar; había sido su primer amor.

Antes de salir a la playa, él había notado que los integrantes del décimo equipo de guardianes poderosos, estaban viendo por las redes sociales, todo lo relacionado al desfile de modas de “Just Ann”, Yamileth sonreía cuando presentaba sus trajes, los jóvenes guardianes hacían énfasis que siempre andaba acompañada de Alnair D’Marco; no pudo evitar pensar que esa playa fue uno de los últimos lugares donde besó a Yamileth.

Yalitxa se acercó preguntando: ¿Qué piensas?

Jimmy saliendo de sus pensamientos respondió: A, hola Yalitxa no me había dado cuenta que estabas acá.

Yalitxa comentó: Lo siento por asustarte, sabes que siempre puedes contar conmigo.

Jimmy, abrumado, solo dijo: Gracias, solo tomaba aire.

Yalitxa manifestó: Te conozco, y algo te preocupa.

Él la quedó mirando, salió con aquella mujer después de la dura separación con Yamileth. Cuando Yalitxa y él se tuvieron que separar por los estudios universitarios, él decidió terminar con ella, su relación de novios fue tranquila, pero no quería que la distancia pudiera arruinar lo bien que se llevaban y ni siquiera pudieran ser amigos, en aquel entonces Yalitxa parecía una modelo dw pasarela, era una mujer hermosa, con ojos azules y cabello rubio claro.

Ella se había enamorado de Jimmy desde el mismo momento que lo vio, pero él tenía novia, una novia a quien amaba mucho, paso tres meses desde que la relación con Yamileth terminara para que lograra que Jimmy se fijara en ella, negando a si misma que había pasado muy poco tiempo para que él olvidara a su viejo amor; y aunque habían terminado medio año después, habían sentimientos que continuaban vivos.

En la casa de los D’Marco, Yamileth bajaba con sus jeans ceñidos y blusa top de color púrpura con sandalias de tacón alto, maquillaje ligero y su cabello color miel suelto; se había acostumbrado a usar un look fashion la mayor parte del tiempo…

Yamileth exclamó: ¡Aun no te cambias Alnair!

El seguía vestido con su traje formal color azul marino que había usado para acompañarla en la pasarela, se había pasado pensando en todos los posibles escenarios…

Alnair, en tono bromista, dijo: Es que así me veo muy guapo… Uno no tiene que defraudar a sus fans.

Yamileth: (Sonriendo) Claro, y en los equipos de guardianes tienes varias fans, ¿no?. Después de todo eres muy guapo.

Alnair comentó dibujando una sonrisa: Sabes que ahí no tengo fans. Amiga mía, ¿estas segura de lo que quieres hacer?

Yamileth respondió casi por inercia: Sí amigo mío.

En el cuartel secreto...

Alissa preguntó: ¿Alguna novedad, Ymir? ¿Qué mensaje te ha llegado?

Ymir respondió: Es Alnair, Ann, quiere hablar con nosotros.

Yamileth Bonte y Ann D’Marco son la misma persona, pero algunos la recordaban como Yamileth y otras la conocían como Ann, y eso era lo que ocurría con Ymir, Alissa y Zaniah, para ellos siempre había sido Ann D’Marco, la esposa de su gran amigo Alnair.

Se acercó Zaniah…

Zaniah comentó: Ymir, ¿te llegó el mensaje de Alnair?, Yamileth quiere reunirse con nosotros.

Por otro lado, inesperadamente un grupo de 30 surques rodearon a Jimmy y Yalitxa que estaban en la playa y se disponían a atacarlos para llevarse a Jimmy, cuando el guerrero Excélsior negro apareció y empezó a pelear con ellos, no podía mandar el latigazo de fuerza porque en medio estaban los dos guardianes y eso podría lastimarlos.

Eran 30 contra uno por eso un grupo estaba por alcanzar a Jimmy y Yalitza cuando apareció el guerrero Excélsior azul; y así, con dos guerreros pudieron derrotarlos, teletransportándose los guerreros y los guardianes al centro de mando.

Cuando llegaron al centro de mando, también llegó Yamileth…

Yamileth expresó: No deberían quedarse tan expuestos, los surques podrían acabarlos (quedándose mirando a Jimmy y Yalitza).

Alnair: Poder zafiro fuera.

Richmer: Poder obsidiana fuera.

Diana (del octavo equipo de guardianes): ¡Richmer!

Yamileth dijo: Estamos acá para decirte Kafor, que nosotros tres como guerreros excelsior nos encargaremos del problema de Hecturus.

Kafor, preguntó: ¿Serán suficientes tres?

Yamileth expresó: Ya lo hemos hecho antes, un poco lejos de la tierra, creo que tu regreso lo atrajo a la tierra, ¿dónde estabas? ¿cómo regresasteis?

Kafor respondió: Creo que al dispersarse mi esencia, debió quedar suspendido en algún lugar, después de todo soy de Meriselva y aun me quedaba una vida.

Yamileth preguntó: ¿Eres como una claridexa?

Kafor: No, no realmente, aunque compartimos similar naturaleza.

Yamileth inquirió: ¿Quiere decir que si una claridexa muere, podría regresar? (sin poder evitar hacer un gesto molesto).

Kafor: Las claridexas mueren después de mil años, y por lo tanto no regresan, pero tienen periodos de sueño, así que si por alguna razón alguien lograra tenerlas tan desprevenidas como para matarlas, si aún no se han cumplido los mil años, cabe la posibilidad de que regrese.

Yamileth mostró una sonrisa irónica…

Kafor, sin pensar mucho, dijo: Sé que hace seis años fuiste a “la muert…

Yamileth interrumpió: ¿Cómo lo sabes? Ellas estuvieron acá!, así que las claridexas estuvieron acá.

Yamileth parecía muy molesta y empezó a caminar de un lugar a otro…

Yamileth exclamó: ¡Yuna! ¡Mera!, más vale que aparezcan.

Las dos mujeres vestidas en togas celestes y ojos violetas se aparecen en el centro de mando, frente a Yamileth…

Yamileth dijo: No les dije que no se metieran, que se mantuvieran muy lejos de mis asuntos, creía que haciendo lo último que me pidieron hacer, se acababa cualquier intervención suya.

Yamileth sin tocarlas las alzó en el aire y se podía notar que esas mujeres estaban siendo asfixiadas…

Kafor asustado dijo: Yamileth por favor bájalas… por favor…

Ella no escuchaba, en eso Alnair se acercó a ella y toco delicadamente sus hombres y casi susurrando…

Alnair dijo: Por favor…

Yamileth las empezó a bajar y las dejó de asfixiar…

Yamileth, casi soportando la rabia, manifestó: No volveré a repetirlo, no se metan.

Las dos mujeres desaparecieron… Yamileth volteo a mirar a Alnair…

Yamileth: No sé si la próxima me contenga.

El toma su mejilla, le da un beso en la frente, y la abraza.

Alnair: Lo sé… Pero esa no eres tú amiga mía, esa no eres tú…

Kafor meditó en lo que ya le habían dicho las claridexas “separala de Alnair y se convertirá en un monstruo, en el monstruo que casi destruyó mundos enteros”, era evidente que Alnair era su centro, el que podía calmar la tempestad que Yamileth podría llegar a ser, pero hasta cuando podría evitar la desgracia.