Anastasia Williams solo quiere olvidar a aquel hombre que la destrozó cuando la dejó plantada ante el juez y sus amigos el día de su matrimonio, han pasado 2 años desde entonces, se ha negado a volver a enamorarse.
Por su parte Maikcol Vans, solo quiere buscar venganza, ha regresado para castigar a aquella mala mujer que destruyó la vida de su hermano hace dos años.
¿Que pasara cuando estas dos almas se encuentren?
Acompáñame a leer esta bella historia la cual es de mi autoría.
PROHIBIDO EL PLAGIO, OBRA REGISTRADA DEBIDAMENTE POR MI.
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Capítulo 7
-Wow, amiga lo que me acabas de decir es de locos, pero te apoyo, tu solo dime en que te puedo ayudar.
Le decía mientras abrazaba a su amiga.
-Gracias, Emma, sabía que podía contar contigo.
-Sabes que siempre será así.
Ambas chicas sonrieron mientras tomaban de su café en casa de Anastasia.
-Por lo pronto necesitare que seas mi testigo, será algo sencillo solo la ceremonia ante el juez y una pequeña celebración.
-No lo puedo creer Ana, estoy muy feliz por ti amiga.
-Créeme Emma, tampoco me lo creo, Amo muchísimo a David y solo pienso que esto es un sueño y que en cualquier momento voy a despertar.
-Eso no es cierto, es real, tanto como tu y yo amiga, así que manos a la obra, tenemos que ir a conseguirte el mejor vestido.
Ambas chicas salieron, del lugar sin notar que tras una puerta Anabel escuchaba de manera atenta la conservación que habían tenido.
-Con que te vas a casar ¿Eh? Hermanita, pues eso lo veremos, yo soy quien se casará primero.
Decía para si misma, mientras pensaba que idea podría utilizar para evitar que Ana se casara con su amado.
-Esto es inaudito, no estoy de acuerdo con esta locura, por favor, Anastasia ¿En qué es lo que están pensando? Dinos, o ¿Acaso estas embarazada? Por Dios hija, dime estas embarazada.
David y Anastasia no pudieron evitar soltar una fuerte carcajada.
-Madre, ¿Cómo puedes creer que estoy embarazada?, no Ma, para nada, es solo que David y yo decidimos casarnos y entre más rápido se pueda será mucho mejor.
-Pero hija, tu hermana pronto se casa, espera hasta que ella lo haga y después tú te puedes casar.
Anastasia sintió tristeza, al percibir que su madre se preocupaba mas por el hecho de que ella se casara primero que su hermana Anabel.
-Mónica, por favor deja los prejuicios, si nuestra hija se quiere casar y hacer algo sencillo es su decisión, por mi parte yo los apoyo.
-Pero George, ella es nuestra hija.
-Precisamente porque es nuestra hija, debemos apoyarla, por mas descabellado que parezca la idea a mi me agrada, que sea algo íntimo, adema si mi bebé es feliz yo también soy feliz.
Le decía mientras acariciaba la mano de su hija, de manera paternal.
-Gracias Papi.
-Gracias por tu apoyo George.
-No tienes por qué agradecerme David, tú eres la felicidad de mi hija y con el hecho de que la hagas feliz, para mi es suficiente. Es mas por mi parte y como muestra de apoyo, les daré una casa para que puedan vivir y así puedan empezar los dos.
-PA, MUCHAS GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.
-Mi pequeña es con mucho cariño, quiero desearles a ambos lo mejor.
Anabel, quien no pronunciaba palabra, estaba que fulminaba a su hermana con la mirada, no podía creer que su padre le estuviese ofreciendo una casa a Anastasia, cuando a ella ni siquiera la apoyaba en su matrimonio con Patrick.
Solo faltaba un día para la boda de David y Ana.
-Zayd, espero que por fin me tengas noticias de mi hermano, o de lo contrario tendré que ir a buscarlo yo mismo.
-Señor lamento decirle, que aun no han encontrado al joven David, ya han buscado en hospitales incluso en la morgue y aun no tienen noticias de él.
Le decía el hombre a su jefe, temeroso de su reacción.
-¡Maldita sea!, que preparen el jet en una hora viajamos para los estados unidos.
-Así se hará, con permiso.
David se encontraba en su departamento ultimando los detalles para el gran día pues, aunque la boda no se realizaría por lo alto, por lo menos estaba satisfecho con la sorpresa que le tenía a Ana para su luna de miel.
-Mi Amor, mañana a esta hora serás mi esposa.
Se decía así mismo, mientras tomaba los boletos de avión y los guardaba en el sobre, el timbre de la puerta lo saco de sus pensamientos y salió para ver de quien se trataba pues ya era bastante tarde. Al abrir quedo sorprendió.
-Mi Amor, ¿Qué haces aquí?
-Quería verte, esta es nuestra ultima noche de solteros y quiero que nos divirtamos.
Le decía la chica de manera coqueta, mientras ingresaba al lugar y se acercaba a David para besarlo de manera apasionada.
-Espera, espera, no debemos, mañana nos casamos mi Amor, créeme no me afecta espera hasta la noche de mañana.
La chica saco de su bolso la botella de vino y dos copas, sirvió el liquido en cada una y le ofreció al hombre para que bebiera de ella. David por su parte estaba sorprendido por la actitud atrevida de la chica, pero aun así acepto.
-Salud.
-¡Salud! hermosa.
Le decía David a la chica mientras brindaba con ella antes de beber el rojo líquido.
La chica por su parte dejó su copa encima de la mesa, sin probarla, se acercó hacia David y lo lanzo en el sofá para después subir a horcajadas sobre él, empezó retirar la camisa del hombre, mientras llenaba el cuello de este, de grandes besos dejando bastantes marcas a su paso.
-No sabes, como te deseo mi Amor, me vuelves loco hermosa.
Decía el hombre entre jadeos, mientras se dejaba llevar por la pasión y la intensa sensación que su cuerpo experimentaba por el calor y las ansias de hacer suya a aquella mujer.
La chica por su parte sonreía de manera maliciosa, minutos después ambos se encontraban en la cama de David, entregándose a la pasión que desbordaban en la hermosa noche con luna llena.
-Señor hemos llegado.
Le decía Zayd a su jefe, quien dormía en el cómodo sillón de su avión privado.
-Zayd, ¿Qué hora es?
-Son las 01:00am señor.
-Bien, vamos de inmediato al hotel, apenas amanezca empezaremos a buscar a David.
-Correcto señor.
Al siguiente día, David despertó y era evidente la gran resaca, pues se le dificultaba abrir los ojos, pero al recordar la magnífica noche que había pasado con su amada, una gran sonría se formó en su rostro. Giro su cuerpo para observar a la chica quien dormía plácidamente al otro lado de la cama, pero un detalle lo alarmo de inmediato, pues él no recordaba que Anastasia llevara un gran tatuaje en su espalda.
-Ana, ¿Amor?
Preguntaba confundido.
-Mmm, buen día cuñadito.
Le decía la chica mientras se estiraba en la gran cama.
David no podía creer lo que estaba sucediendo, había pasado la noche con la hermana de su amada.
-PERO ¿QUE HACES AQUÍ?
Grito sorprendió.
-Como ¿Qué, que hago aquí?, ¿Quieres que te refresque la memoria?, o ¿Quieres repetir todo lo que hicimos anoche?
Le decía mientras con su dedo índice acariciaba el torso desnudo del hombre.
-Estas loca, esto no puede ser, carajo.
Espeto molesto mientras se levantaba de la cama y ponía su ropa de manera rápida.
-Tu eres hermana de la mujer que amo, esto no debió suceder, por Dios, me voy a casar con Anastasia.
La chica soltó una fuerte carcajada.
-Pues querido dudo mucho que mi hermana te perdone esto, así que olvídate de tu boda.
David sintió palidecer, al pensar que Anastasia no le perdonara ese grave error, por que sabia que era un error, pues en su sano juicio jamás se hubiese acostado con su cuñada.
-Me tendiste una trampa, estoy seguro.
Le decía mientras se llevaba las manos a su cabeza para tratar de calmar el fuerte dolor.