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Fuego En La Tormenta

Fuego En La Tormenta

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Secretos de la alta sociedad / Romance oscuro
Popularitas:8.3k
Nilai: 5
nombre de autor: America Blancas

El destino de los Ling vuelve a ponerse a prueba.

Mientras Lina y Luzbel aprenden a sostener su amor en la vida de casados, surge una nueva historia que arde con intensidad: la de Daniela Ling y Alexander Meg.

Lo que comenzó como una amistad se transforma en un amor prohibido, lleno de pasión y decisiones difíciles. Pero en medio de ese fuego, una traición inesperada amenaza con convertirlo todo en cenizas.

Entre muertes, secretos y la llegada de nuevos personajes, Daniela deberá enfrentar el dolor más profundo y descubrir si el amor puede sobrevivir incluso a la tormenta más feroz.

Fuego en la Tormenta es una novela de acción, romance y segundas oportunidades, donde cada página te llevará al límite de la emoción.

NovelToon tiene autorización de America Blancas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El precio de mirar

Capítulo 5: El precio de mirar

Desde la perspectiva de Daniela Ling

El aire fresco me golpeó el rostro como una bofetada.

No fue un alivio. Fue un recordatorio. Una advertencia.

Como si el viento mismo me dijera: “Cuidado, Daniela, estás mirando demasiado, estás sintiendo demasiado, y tarde o temprano vas a pagar el precio.”

Salí del antro con pasos lentos, con las luces neón todavía bailándome en los párpados y un cosquilleo incómodo en la nuca que no podía ignorar.

Sentía la música aún vibrando dentro de mis huesos, como si mi cuerpo no hubiera entendido que ya había salido, que ya estaba afuera, lejos de ese caos que parecía tragarse a todos.

Luis caminaba a mi lado, hablaba con esa seguridad tan suya, describiendo lo buena que había estado la música, lo genial que había sido la noche, como si de verdad lo creyera.

Yo solo asentía, dándole sonrisas automáticas, de esas que saben a plástico, de esas que se notan falsas incluso en la oscuridad.

La verdad…

No sabía si quería volver a verlo.

Luis era atento.

Guapo.

Tenía buena conversación y hasta un toque formal que mi padre hubiera aprobado sin pensarlo dos veces.

Y sin embargo, en mi pecho no había calma.

Había un hueco.

Una incomodidad.

Un susurro en mi interior que me decía: “Este no es tu camino.”

Quizás era él.

Quizás era yo.

O quizás… era Alexander.

Mi mente seguía atrapada en él, en lo que no debía, en lo que no podía.

Y eso me enfurecía.

¿Por qué seguía allí?

¿Por qué, a pesar de todo, ese maldito hombre todavía tenía el poder de hacerme sentir incompleta sin él?

Para colmo, Rita había desaparecido.

Literalmente.

Una hora antes de que me fuera, me disculpé para ir al baño.

Cuando regresé, ya no estaba.

La busqué por el antro.

Mandé mensajes.

Llamadas.

Nada.

Ni un rastro de ella.

Y después… silencio absoluto.

Ni un mensaje en WhatsApp, ni una historia en Instagram, nada.

Como si se la hubiera tragado la tierra.

Algo no encajaba.

Era raro.

Demasiado raro.

Pero decidí no sobrepensarlo esa noche.

No quería cargar con más peso del que ya llevaba.

Me despedí de Luis con un beso en la mejilla y un “te escribo luego” que sonó más a excusa que a promesa.

Él sonrió satisfecho, pero yo ya estaba demasiado lejos, perdida en mis propios pensamientos.

Cuando llegué a casa, me tiré en la cama sin quitarme los tacones, con la mente llena de ecos que no me dejaban en paz.

“Necesito un cambio.”

Eso fue lo último que pensé antes de que el sueño me arrastrara.

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Pasaron tres días.

Tres días en los que me refugié en la rutina para no pensar demasiado.

Me dediqué a estudiar, a organizar mis notas para los exámenes finales, a responder correos que había ignorado por semanas.

Tres días sin fiestas, sin distracciones.

Y también tres días sin saber nada de Rita.

Ni un mensaje.

Ni un “hola”.

Nada.

Cada vez que abría el celular esperaba verla activa, con uno de sus stickers tontos o sus bromas pesadas.

Pero la pantalla seguía fría.

Muerta.

Y esa ausencia comenzaba a preocuparme.

El silencio de Rita me taladraba la cabeza.

Pero la preocupación se me olvidó en cuanto recibí un mensaje que me arrancó una sonrisa tonta.

**MSG de Lina:**“Ya estamos de regreso, hermana. ¡Ven a conocer a tu sobrino como se debe! Belian te extraña.”

Mi hermana.

Mi mitad biológica y emocional.

La otra parte de mi historia que había aparecido para recordarme que no estaba sola.

Preparé una mochila, me subí al auto y conduje rumbo a la mansión que Luzbel le había comprado.

Y wow.

No estaba preparada para lo que vi.

Cuando las puertas se abrieron, tuve la sensación de que entraba a un cuento de hadas… versión multimillonaria.

Columnas blancas que parecían esculpidas por dioses, jardines perfectamente cuidados, una fuente enorme con forma de dragón escupiendo agua como si custodiara el lugar.

Todo era ridículamente perfecto.

Pero nada me emocionó tanto como verla a ella.

Lina.

Con un vestido sencillo, el cabello suelto, la piel brillante como si trajera la felicidad tatuada en cada centímetro.

Y en brazos, el milagro: mi sobrino.

No lo pensé. Corrí hacia ellos.

—¡Hermanaaaa! —grité como una niña—. ¡Déjame ver a ese bombón!

Lina se rió con esa risa suya que era música pura, y yo sentí que el alma se me acomodaba.

—Prepárate. Está más grande… y más tragón.

—¡Mi tipo! —bromeé, tomando al bebé entre mis brazos.

Belian.

Oh, Dios.

Tenía los ojos de Lina, brillantes pero oscuros, intensos.

Su nariz era igualita a la de Luzbel.

Y su rostro… tan serio para un bebé.

Era como si hubiera nacido con cuentas pendientes.

—Wow —murmuré—. Este niño parece que ya tiene deudas que cobrar.

Lina se carcajeó.

—Es igualito a su padre. Se despierta con cara de “¿Quién me debe dinero?”

Nos sentamos en la terraza enorme, rodeada de flores lilas y una piscina infinita que parecía tragarse el horizonte.

—¿Y Luzbel? —pregunté mientras bebía un jugo fresco y Lina me contaba anécdotas de su viaje.

Ella suspiró.

—Tenía que retomar pendientes. Mafia, CEO… doble turno. —Rodó los ojos—. Me dijo que pasaría la noche en la oficina.

—Qué considerado el mafioso —sonreí con ironía.

Lina me miró de reojo, divertida.

—¿Y tú? ¿Qué hay de nuevo con ese tal Luis?

Me encogí de hombros, jugando con el biberón del bebé.

—Salimos por un café después del antro. Es amable… pero no sé. No sentí esa chispa. Esa cosa que te hace perder el equilibrio.

—¿Cómo Alexander?

Su nombre cayó como un golpe.

La miré.

Quise negarlo, reírme, inventar algo.

Pero solo asentí, bajito.

—Ya no quiero eso. No quiero drama. Quiero algo sano. Estable. Normal.

—¿Y crees que Luis es ese “normal”?

Suspiré.

—No lo sé. Estoy intentando conocerlo. Merece una oportunidad. Es lo correcto.

Belian se movió en mis brazos, bostezando, y sentí tanta ternura que casi lloré.

—A veces pienso que quiero esto —murmuré—. Una familia. Un hogar. No una guerra con sentimientos involucrados.

—¿Y si esa guerra te lleva a tu hogar? —preguntó Lina con voz suave.

—Entonces tendré que armarme con algo más que sarcasmo.

Nos quedamos en silencio unos segundos. Ella acariciaba el cabello del bebé mientras yo intentaba descifrar mi propio corazón.

—Estoy orgullosa de ti, Dani —dijo de pronto—. Por intentar avanzar.

—Y yo de ti. Mira lo que construiste… una familia, una casa, una vida con alguien como Luzbel.

—¿Alguien como Luzbel?

—Tú sabes a lo que me refiero. Oscuro, peligroso, complicado. Y sin embargo… lo hiciste posible.

Ella sonrió, melancólica.

—Sí. Pero me costó. Me rompí muchas veces. Y no sé si ya sané del todo. Pero cada vez que lo veo mirar a Belian con tanto amor, siento que vale la pena.

—Ojalá algún día pueda decir eso.

—¿Y si ese día ya está cerca?

La miré, confundida.

—¿Qué quieres decir?

Lina negó con la cabeza.

—Nada, nada. Solo filosofando. Aunque… si eliges a Luis, prométeme que le harás pruebas antes de llevarlo a una segunda cita. No quiero sorpresas.

—¿Y si resulta ser un mafioso encubierto?

—Pues… al menos que sea guapo.

Las dos estallamos en risas.

Belian se durmió en mis brazos, y yo sentí una paz tan profunda que me sorprendió.

Pero en medio de esa calma, dentro de mí aún quedaba un nombre.

Alexander.

Un recuerdo que me seguía como una sombra suave.

Ya no dolía como antes.

Pero tampoco se iba.

Y mientras veía el horizonte desde esa terraza perfecta, me pregunté…

¿Sería capaz algún día de apagar ese fuego?

¿O el precio de mirar atrás sería demasiado alto para pagarlo?

1
Stella Romero
linda muy misteriosa
Stella Romero
esta novela es maravillosa tiene todo hasta el menú de comernos las uñas de hacer un río de lagrimas😭😭😭
Stella Romero
ayyy que miedo verraco miedo senti g/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/
Stella Romero
no no muera porque aca terminó de leer
Stella Romero
vaya que aburrida pensar en lo que le dijo amara y no estar pendiente de la misión....
Stella Romero
el cómplice de Emiliano será el padre de Alexander?
Stella Romero
porque no decirle la verdad que vio a Emiliano
Stella Romero
curvas del destino es linda ahora voy por la segunda temporada fuego en la tormenta
America Blancas: Espero que te guste hermosa❤️
total 1 replies
Romy Sinner
espectacular
Romy Sinner
súper atrapante la novela! te felicito y espero ansiosamente más capitulos
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