Un Huracán En Mi Vida

Mary

Lo último que recuerdo es ver mi sangre mezclada con la de mi bebé, escurriendo con el agua de lluvia hacia la alcantarilla, como basura. Nunca, en mis peores pensamientos, creí que Mark haría algo así conmigo y con nuestro bebé.

Ahora estoy en este lugar extraño, lleno de personas con números, esperando no sé qué. Parece una fila, cosa que más detestaba en la vida y observando a las personas, vi algunas confundidas, otras intentando robar el número

de los distraídos, pero nadie hablaba con nadie.

La recepcionista finalmente me respondió, pero no lo que yo quería saber:

— Siéntese y espere, su turno pronto llegará.

— Hum, está bien…

Mi voluntad era enloquecer y gritar todas las cuestiones que quería que fueran respondidas, pero aquel lugar tenía algo que me hacía ser táctica. Creo que todos se sentían del mismo modo y por eso no hablaban nada ni se manifestaban. Volví para mi lugar y me senté, esperando.

Los números aparecen en pantallas, una en cada pared y había por lo menos seis puertas de atención. El lugar era grande, todo blanco y las sillas plásticas grises haciendo contraste. Realmente, luego fui llamada y entré en la sala.

Parecía una sala de interrogatorio de comisaría, una mesa de metal, dos sillas de frente una para otra y en una de ellas estaba sentado un asistente todo vestido de blanco.

— Señora Mary Stuart, sea bienvenida, siéntese.

Me senté y miré directamente para él, percibiendo que no conseguía distinguir eficazmente su rostro. Fruncí la frente y ya iba a preguntar cuando él inició a explicar:

— Este es un local intermediario entre la vida y la muerte. Usted murió en su plano terrenal, pero el sistema detectó que su muerte fue prematura y totalmente indebida.

— ¡Yo fui asesinada! — corregí.

— Como su muerte fue provocada por una traición feroz, le fue concedido el derecho de volver y rescatarla.

Yo iba a comenzar un cuestionario de preguntas, pero él levantó una mano pidiendo que yo esperase y continuó su explicación:

— Usted volverá a la vida y puede elegir entre volver como usted misma, pero en el pasado y decidir de forma diferente sobre sus acciones, a fin de tener un final en que no muera, o volver en el tiempo real en el cuerpo de otra persona y asumir todas las consecuencias de esta vida. En las dos opciones, le serán dados 4 millones de dólares para que no tenga tantos obstáculos y pueda concluir su misión.

— ¿Elegir? ¿Qué misión?

— Su misión le será designada después que haga su elección, pues en cada una de las opciones, tendrá una misión específica para ejecutar.

— Si yo elijo renacer en la vida de otra persona, ¿voy a compartir el cuerpo con esta otra persona?

— No, será solo usted, tomará sus decisiones, más actuará como si fuera la otra persona, tendrá toda su memoria para poder actuar, pero también se acordará de toda su otra vida.

— ¡Wow! Entonces, si yo renazco como yo misma volveré al pasado sabiendo todo lo que viví hasta morir?

— Sí y de esta forma podrá escapar de las artimañas, recordando sin embargo que, usted no sabrá los actos de su marido y de su socia. Solo sabrá de antemano lo que usted misma vivió al lado de ellos.

Paré para reflexionar en el asunto y todo me parecía increíble, creo que estoy muerta y apenas pensando demasiado. Sin embargo, resolví analizar las dos situaciones y la primera cosa que pensé fue que no quería vivir nuevamente la misma vida y tener que enfrentar los mismos dilemas.

No percibí que hablé en voz alta y oí, incrédula la respuesta de él:

— Entonces usted ya eligió, ya que no quiere vivir todo el dilema de su vida anterior será enviada para una nueva vida. Buena suerte. — así que terminó de hablar él apretó un botón y yo desaparecí.

Comencé a gritar para él que aún no había decidido, pero entonces me vi girando dentro de un tubo y cayendo, acostada, sin saber dónde. Oí voces, pero antes de abrir los ojos y verificar dónde estaba, el sistema posteó algo en mi mente:

“ Ese es su objetivo:..."

Me llevé un susto con el mensaje y me ericé, pero quien estaba en el cuarto conversando, no notó. Entonces, con el objetivo que yo tenía para cumplir, presté atención en lo que estaban hablando para ya ambientarme.

— Ella no va a despertar, Philip, es mejor que des entrada al divorcio.

— No voy a hacer eso hasta el final del embarazo, después, ella despertando o no, me divorciaré.

Yo no podía ver el rostro de la mujer, pero oí el chasquido de lengua, mostrando su contrariedad e imaginé la mueca que hizo.

— Pensé que usted me amaba, leoncito. Al final, usted estaba para divorciarse de ella y quedar conmigo, ¿Por qué ese cambio ahora?

El tal Philips suspiró y respondió con calma:

— Todo cambió, yo hablé para usted que con el embarazo, no puedo separarme o ese hijo nacería bastardo y él será mi heredero. Tenga un poco más de paciencia.

— Está bien, leoncito.

La impresión que tuve era de que ella iba a despedirse y salir, entonces resolví despertar luego para ver quién era. Tal vez la memoria de mi antiguo cuerpo, la identificase. Parpadeé varias veces y gemí, llamando la atención y Philip, ‘mi marido’, notó y apretó el botón de emergencia.

Di una buena mirada para la mujer y las memorias la reconocieron, era la asistente personal de él. La antigua dueña de este cuerpo ya sospechaba de la infidelidad del marido y había armado un plan para frustrar los objetivos de aquella mujer ambiciosa.

Un equipo médico entró corriendo en el cuarto y mientras una enfermera verificaba los aparatos, el médico chequeaba mis señales vitales.

— Pueden extubarla, ella está bien. Señora Morgan, ¿me escucha?

Asentí con la cabeza y sentí la retirada del tubo.

— Sed, agua. — pedí, mientras retiraban los otros conectores y tubos insertados en mi cuerpo y me dieron agua con una pajita.

Miré para el hombre alejado y lo hallé muy hermoso. Un cuerpo sólido, definido y ojos astutos. Nos miramos fijamente por algunos segundos, hasta que el médico volvió a preguntar:

— ¿Cómo se siente?

— ¿Dónde estoy? ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí?