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Abril vuelve a casa después de tres años, obligada por la enfermedad de su madre.
Lo último que esperaba era reencontrarse con Elías, su padrastro, el hombre con quien compartió un amor prohibido que marcó su vida para siempre.
Mientras intentan convivir bajo el mismo techo sin caer de nuevo, viejos sentimientos comienzan a despertar, las miradas se hacen mas largas, mientras las distancias se acortan y los límites desaparecen.
Esta es una historia de pasión, culpa y decisiones difíciles....
Porque hay amores que no deberían existir… pero existen...
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Donde Empieza a Doler
-Capítulo 7-
Los días siguientes fueron silenciosos.
No como antes, no como ese silencio cómodo que a veces se comparte entre dos personas que se entienden sin hablar, este era otro tipo de silencio, uno que pesaba, que llenaba los espacios con lo que no decíamos.
Elías y yo apenas cruzábamos palabras.
Nos veíamos en la cocina, en los pasillos, en la sala donde mamá pasaba la mayor parte del tiempo… pero nuestros ojos no se encontraban, había algo roto entre nosotros, aunque fingíamos que todo seguía en pie.
Y eso me dolía más que cualquier discusión.
......................
Me volví más sensible.
Lloré por una película estúpida a mitad de la tarde, me molestó el perfume fuerte de una enfermera cuando fui con mamá al médico, estallé en lágrimas cuando una taza se me cayó de las manos y se hizo pedazos en el piso.
Luciano me encontró sentada en las escaleras del porche, abrazándome las rodillas como si pudiera contenerme.
—¿Estás bien? —me preguntó, agachándose frente a mí.
—No lo sé —susurré, sin mirarlo.
No me presionó, solo se sentó a mi lado, dejando que el viento hablara por nosotros, me ofreció un cigarro, no lo acepté, me ofreció su hombro, Eso sí lo tomé.
......................
Empecé a salir más.
No por diversión, sino por necesidad, afuera me sentía otra, con Luciano podía reír, hablar, respirar. Íbamos a cafeterías, a ferias pequeñas, a caminar sin rumbo por las calles del pueblo, me preguntaba cosas, pero no las que dolían, nunca me juzgaba.
—Cuando estás fuera de esa casa, eres más brillante—me dijo una tarde mientras compartimos una cerveza..
—¿Y dentro?
—Pareces… apagada.
Asentí, no porque tuviera una respuesta, sino porque era verdad.
......................
Un miércoles, regresé a casa más temprano de lo habitual, el ambiente estaba raro, Elías caminaba de un lado al otro, el teléfono pegado a la oreja, el ceño más fruncido que nunca.
—¿Qué pasó? —pregunté, dejando mi bolso en el sillón.
—Tu madre… Se desmayó, ya la llevaron al hospital.
El suelo se me fue de golpe, sentí un hueco en el pecho, en el estómago, en la garganta.
Elias que se había quedado para esperarme y llevarme con ella, me miró con preocupación.
Y por alguna razón su fuerte mirada preocupada, me dio fuerzas.
Sin perder más tiempo, corrimos.
En el hospital, el tiempo se volvió una cosa borrosa.
Los médicos dijeron que fue una baja de presión, que estaba estable, que necesitaba descansar y dejarse cuidar. Pero yo no podía dejar de llorar, me sentía responsable, sabía que ella había notado la tensión entre nosotros. Mamá siempre lo notaba todo,Y conociéndola… seguro trató de cargar sola con sus nervios.
Me senté en una de las sillas del pasillo y Elías se quedó de pie junto a mí, por un rato no dijimos nada.
Hasta que me asinsere.
—Yo no quería que fuera así —murmuré, com la voz hecha pedazos— Todo esto… todo se salió de control.
Él se agachó frente a mí y sin pensarlo demasiado, tomé su camiseta y escondí mi cara en su pecho, Lloré, Lloré dejando salir todo lo que sentía, me temblaban los hombros, no podía detenerme.
—Lo siento —dije una y otra vez, como si eso pudiera arreglar algo.
Él no dijo nada al principio, solo me abrazó, Fuerte, como si no fuera a soltarme, como si entendiera que mi cuerpo estaba pidiendo ayuda de una forma que solo Elías pudo ver.
—Yo también, los siento abril —susurró al fin.
Y allí, en medio del olor a desinfectante y luz blanca, comprendí que no importa cuánto huya, cuánto me distraiga o a cuántas fiestas me lleve Luciano… Elías siempre iba a estar allí.
En mi mente.
En mi piel.
Ardiendo en mi corazón.
Ese Elías es el esposo de la mamá???
¿Como están?
Espero que bien. 💕
Me gustaría saber que opinan sobre Gael y Joan ¿les agradan?