La Sustituta

El abogado de la familia se reunió conmigo y me contó lo que estaba pasando, mis padres se habían divorciado y mi padre le quitó un dinero a Albert y se fue con su amante a Brasil ella era una empresaria hotelera, mi madre se quedó viviendo en el departamento que les había comprado Tatiana y ella trabajaba de aseadora en una cafetería, ganaba muy poco y apenas le alcanzaba para comer, el abuelo Peter me pidió que la ayudara, que había cambiado mucho, hablé con los gemelos y les conté toda mi vida y les hable por primera vez de su padre y de sus abuelos por mi parte, ellos me pidieron conocerlos, les dije que yo iría a hablar con mi madre y si era cierto lo que me decían y ella había cambiado se las presentaría, pero si ella seguía igual no quería que se acercaran por qué no los maltrata.

Esa tarde salí a la cafetería donde trabajaba, de aquella mujer arrogante no quedaba nada, me acerqué a ella y cuando me vio se puso a llorar, me pidió perdón, por tanto daño, me contó todo por lo que estaba pasando, le hable de mis hijos y me pidió conocerlos, le pedí su dirección para llevárselos y muy apenada me la dio; sin embargo, le pregunté por su horario de trabajo y de esa cafetería salía para una posada a trabajar para poder redondear su sueldo.

Esa misma noche la pasé buscando y la llevé a un restaurante donde conocería a mis hijos. Ellos se le quedaban viendo, ella trató de abrazarlos, pero ellos no se lo permitieron, me dolió mucho, pero no podía hacer nada, sin embargo hablé con mis hijos y le expliqué su situación.

Ellos quedaron de acuerdo en darle una oportunidad, le noté la coyuntura de sus manos hinchadas, torcidas, el trabajo fuerte y al no estar acostumbrada a hacerle efecto. Eso me dio mucho sentimiento, a pesar de tanto maltrato de su parte ella era mi madre.

Le pedí que se fuera conmigo a Nueva York, para que no estuviera sola y accedió, pero le leí la cartilla de como era mi vida y como debía comportarse y que no le permitiría abuso con mis hijos, me dolió decirle esto pero era necesario.

Después de estar tres semanas aquí en Inglaterra, prepare viaje de regreso, ya todos mis compromisos estaban saldados, Fred esperaría dos meses para irse a Nueva York, el abuelo vendería la clínica para irse conmigo y estar pendiente de los gemelos, ya no tendríamos nada que nos atara en este país, las propiedades heredadas de la abuela las pondría a la venta de eso se encargaba mi abogado, ya no quería estar un día más.

Suly, Tomás y mi madre salieron un día antes, yo me iría con los gemelos dos días después, tenía que firmar unos documentos de venta y un poder a mi abogado.

El día que salimos rumbo al aeropuerto Alina me pidio ir al sanitario su hermano la acompaño mientras yo chequeaba los pasajes, un grito muy conocido por mi me alerto era Alina, una mujer la empujó y ella se cayó al suelo, Alan empujó a la mujer y un hombre lo quiso golpear cuando llegue y lo ví era el Albert Him , cuando me vio que salí en defensa de mis hijos se quedó paralizado, no sabía que decir, yo cáchetie a la mujer y le pedí respeto por mis hijos, Albert solo se quedó viendo a mis hijos que era una vulgar copia de él en miniatura.

Tome a mis hijos de las manos y salí a la zona de embarque, sin mirar atrás por temor a que me siguiera. Pensé que esto no tendría consecuencias, pero estaba equivocada y de eso me enteré un mes después.