Leonardo es un joven y atractivo CEO que no cree en el amor, ni en el matrimonio. Ama su libertad y su licenciosa vida y así es muy feliz, pero una cláusula dejada en el testamento por su padre antes de morir, lo obliga a casarse en el plazo de un año para obtener su herencia. Dispuesto a no perderla, a Leonardo se le ocurre una brillante idea. Le ordena a su secretaria publicar un anuncio buscando una hermosa mujer que finja ser su esposa por dos años. No ha sido nada fácil la elección, las que responden el anuncio no son de su agrado. Pero entonces un día se presenta en la empresa una bellísima y sensual mujer buscando empleo. Cuando Leonardo la vió no dudó ni por un instante en elegirla. ¡No busquen más! Ella será mi futura esposa. ¿Aceptará Anya casarse con este playboy? ¿Y si se casan, se convertirá este falso matrimonio en UN AMOR DE VERDAD?
NovelToon tiene autorización de Eleana para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO 7.
Leonardo con una sonrisa de infarto se acercó a ella, extendió su mano y estrechó con calidez la mano de Anya. —Anya, mi nombre es Leonardo Dupont, es un verdadero placer conocerte, en verdad que sí. Eres definitivamente muy hermosa. Por favor siéntate, dijo amablemente sin dejar de mirarla.
Anya aceptó. Era mejor estar sentada que de pie. No resistiría la intensa mirada de este galán otra vez sobre su fisonomía.
—¡Gracias!
—Anya, estoy enterado de que viniste hace algunos meses buscando un empleo en esta empresa. Lamentablemente en esa oportunidad no había una vacante disponible, como no lo hay tampoco ahorita.
—¿Cómo? ¡No entiendo! Emilia me llamó diciendo que había una oportunidad. Y me citaron para hoy.
—Sí, sí, así es. Permíteme explicarte. Iré lo más directo que puedo al asunto. Te llamamos porque yo necesito conseguir una esposa por contrato, para tomar posesión de mi herencia.
— Esto lo debo hacer para cumplir una cláusula del testamento que dejaron escrito mis padres días antes de morir.
—Mis padres creían que un matrimonio da estabilidad y responsabilidad a un hombre, sobre todo cuando se dirige una multinacional de tanta envergadura como lo es nuestra empresa. ¿Me estás entendiendo?
—¡No! Disculpe sr Leonardo, pero no lo comprendo, qué tengo que ver yo con todo eso?
—Te lo explico, ten paciencia por favor. Lo que mis padres querían no es lo mismo que yo quiero. Es decir, yo no quiero ni enamorarme, ni casarme ni tener hijos. Simplemente, no creo en esas tonterías, te lo digo en pocas palabras para no entrar en detalles innecesarios.
—Pero, sí no me caso en menos de dos meses, mi herencia pasará a manos de algunas beneficencias. De esa manera se perderá la empresa y muchos quedarán sin empleo, empezando por mi. ¿Vas entendiendo?
Anya se levantó de su silla un tanto confundida. Así que con mucho respeto habló.
—Disculpe sr Leonardo, creo que aquí debe haber un error. Yo vine hoy a esta empresa buscando un empleo de secretaria. No soy la persona que usted estaba esperando. Alguien acá se equivocó. Yo me retiro...
— Por favor Anya, no te vayas. Siéntate. Permíteme seguirte explicando. Ya lo vas a entender. Necesito una esposa urgentemente para cumplir con esa cláusula del testamento establecida por mis ilusos padres.
—Publiqué un anuncio en las redes sociales buscando esa esposa pero aún no la he encontrado. Te llamamos porque Emilia nos contó que tú estabas buscando empleo y bueno yo pensé que...
—¿Usted fue el idiota sin oficio que publicó ese anuncio? ¡Perdón, no quise decir eso! ¡Es que alguien me comentó de ese anuncio y eso fue lo que yo pensé!
—Jajajajaja ja. Sí, ese idiota sin oficio fui yo.
Leonardo se levantó de su silla aún riendo por la ocurrencia de Anya. ¡Le fascina esta chica! Miró hacia la calle desde su ventana y luego regresó a su escritorio sentándose sobre una esquina muy cerca de Anya. Ella se intimidó por la cercanía, pero mantuvo su mirada fija en él.
—Ese anuncio Anya, no lo publicó un maníaco sexual, ni un hombre sin oficio, sino un empresario desesperado. Lo publiqué porque necesito una esposa ficticia lo más pronto posible. Solo quiero fingir ante todo el mundo, por dos años, que me casé voluntariamente.
—Necesito que nos vean felizmente casados y enamorados, tanto acá en mi empresa, como en mi casa y en todos los eventos sociales. La boda será legal, de lo contrario, no me sirve.
Anya lo escuchaba hablar, pero no podía creer que era cierto lo que este empresario le estaba ofreciendo. No quería interrumpirlo, él se veía muy serio y firme en lo que estaba diciendo. Además, esa cercanía y su perfume la tenían un tanto nerviosa.
Leonardo continuó hablando, mirándola fijamente con ese par de hermosos ojos azules y con las manos entre sus bolsillos.
—Sí aceptas ser mi esposa deberás vivir conmigo, como un matrimonio real, las 24 horas del día. Vivirás en mi casa y podrás disponer de ella como te parezca. Te ofrezco toda clase de beneficios y garantías. ¿Algo más que quisieras saber?
Anya se levantó lentamente de su silla, alejándose un poco de él. Se apoyó detrás del espaldar como tratando de cubrir su pantalón aún mojado. Acomodó su cartera sobre su hombro y frotando sus palmas nerviosamente habló.
—Sr Leonardo, en verdad espero que usted consiga su falsa esposa antes que finalicen los próximos dos meses. Por su bien y el de sus empleados, en verdad espero que todo le salga bien. Como ya le dije, yo vine a este emporio buscando un empleo como secretaria o asistente, no para responder a su anuncio.
—Esta entrevista me ha resultado un tanto extraña. No comprendo cómo un empresario tan importante esté buscando una falsa esposa mediante un anuncio publicitario.
— Estoy completamente segura de que usted vive rodeado de una gran cantidad de mujeres que se prestarían para su diversión. No pierda más su tiempo conmigo o, ni me lo haga perder a mi.
—Aunque usted no lo crea, tengo cosas más importantes que hacer, que perder la mañana escuchando tantas tonterías juntas. Que tenga usted un buen día.
Anya se dio media vuelta para dirigirse rápidamente hacia la salida.
-Si finjes ser mi esposa por dos años, te daré tres millones de dólares. Te los transferiré a tu cuenta en el momento que lo desees.
Anya se detuvo y se giró para ver si se burlaba, pero lo que vio fue un hermoso rostro suplicante.
Ella se regresó y mirándolo fríamente a los ojos, le respondió.
—Lo siento sr Leonardo, ni por todo el oro del mundo aceptaría un contrato falso de matrimonio con usted. Bajo ningún aspecto me prestaría para ser su fingida esposa por dos años.
— Al igual que usted, tampoco está dentro de mi proyecto de vida “enamorarme, o casarme, o tener hijos. No me gustan esas tonterías”, dijo con ironía.
—Jamás perdería mi amada libertad por un estúpido matrimonio, así sea falso. Soy muy feliz como vivo, aunque usted no lo crea.
Se acercó aún más a él mirándolo retadoramente y quedó tan cerca de él que casi sentía su respiración.
—Además, cómo pretende que alguien acepte un trato así, sin conocerse. No sé qué clase de persona es usted, hoy es la primera vez que lo veo. Tampoco usted me conoce. De lo que si estoy segura, es que ustedes los ricos hacen cosas muy desagradables y luego las tapan con su dinero.
—¡Qué mañana tan desagradable he tenido sr Leonardo! Primero un idiota pasó velozmente con su lujoso auto amarillo sobre un charco y me lavó completica! Y luego para completar, ¡Un empresario loco se quiere casar falsamente conmigo por tres millones de dólares !
— ¡En este mundo se ve cada cosa que es como para salir corriendo! Que tenga buen día.
Leonardo se quedó petrificado como una estatua. !No lo podía creer! ¿Esa mujer lo había rechazado? ¿A él que era el rey de las manipulaciones desde que tiene memoria?
¿A él que le ofreció estar a su lado y más aparte darle tres millones de dólares?
— ¿Ella no lo vio atractivo, seductor y sexy? ¿No cayó rendida a sus pies como tantas otras habían caído por mucho menos que eso? ¿Lo llamó idiota y loco? ¿Quién es esta hermosa y sensual mujer para atreverse a tanto? Ella se burló de mi, no quiere casarse, ni perder su libertad., jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja
Leonardo no fue tras ella, ella había sido muy categórica. Su rostro reflejaba la incredulidad, no lo podía asimilar. Esto había sido una gran cachetada a su ego. Jamás nadie se había atrevido a tanto.
Aflojó un poco su corbata, llevó sus manos a la cintura y respiró profundo. Por primera vez en la vida algo que quería le había sido negado. ¡Y de qué forma!
Su puerta se abrió y entró Diego.
—¿Para cuándo es la boda?
—¡ No habrá boda!
—¿Qué sucedió? ¿Por qué la rechazaste si es tan hemosa?
—¿Yo rechazarla a ella? ¡Ella me rechazó a mí…!
—Jajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja jajajajajajaja. ¡Dios, no lo puedo creer! ¿Te viste la cara? Diego se sostenía el estómago de la risa.
—¡ Ríete Diego! Búrlate de mi. Yo estoy a punto de una rabieta como nunca la tuve. —Diego, ella me llamó idiota, loco sin oficio, pervertido y no recuerdo qué otra cosa me dijo. Me rechazó en mis propias narices. ¡A mí!
—Jajajajaja jajajajajajaja, te lo mereces. Yo te lo dije que esa idea era absurda. Que elegir una esposa falsa por dos años era como ir a la carnicería a comprar pollo. Jajajajajajaja.
—Pues pudieras tener RAZÓN amigo mío, pero lo que ella no sabe es que yo LEONARDO DUPONT, no voy a desistir. No veo otra salida para conseguir mi herencia. Además Diego, ella me fascina. Y ese cuerpo ummm, demasiado tentador. Es hermosa y si cree que aquí terminó todo, está muy equivocada. Ya me picó.
Leonardo mete las manos en el bolsillo de su saco y toma la hoja de vida de Anya. Acá están sus datos, teléfono y dirección. —No te escaparás de mi tan fácilmente preciosa. Serás mí esposita en menos que cante un gallo.
—¿Qué piensas hacer Leonardo? Deja en paz esa muchacha. Ya te dijo que no quiere nada contigo. Llama a Margaret o a Julissa, las conoces. Ellas te conocen. Si es un trato por dos años alguna de ellas aceptará con gusto.
—No quiero a otra. La quiero a ella, a Anya. La voy a traer de vuelta a esta empresa y aquí la conquistaré y tú me ayudarás.
—No no no por favor. Déjame fuera de tus ideas locas. Desde un principio no he estado de acuerdo contigo, así que no me involucres.
Leonardo se acerca a Diego con una sonrisa algo perversa, como quien está tramando algo.
—Querido Diego, ¿no eres tú el que se queja de su secretaria porque ya está algo mayor y a veces olvida ciertos detalles importantes y esto te ha causado algunos problemillas en tu agenda?
—Así es, pero espero que no estés tramando lo que estoy pensando.
—Sí querido amigo. Estoy tramando lo que tú estás pensando. Tu secretaria no quedará en la calle, le buscaremos otro empleo en alguna de nuestras sucursales más cercanas a su casa. La recompensaremos bien y asunto resuelto.
—¡Tina, Tinaaa, Tinaaaaaaaa…!
—¡Dígame sr Leonardo!
—Escúchame bien. Pasado mañana vas a llamar a Anya nuevamente. Le vas a decir que se ha presentado la oportunidad que ella estaba buscando en esta empresa. Resulta que la secretaria del sr Diego "lastimosamente" presentó hoy su renuncia irrevocable por problemas graves de salud y esa oficina necesita con urgencia una sustituta.
—¿Es verdad? ¿Gladys está enferma?
—¡Es verdad Tina! Solo que ella aún no lo sabe. Diego se lo dirá en pocos minutos. Debes hablar con Anya de manera muy convincente para que el próximo lunes a primera hora comience a trabajar con nosotros. ¿Me has entendido?
—No mucho, pero intentaré hacer exactamente lo que usted me está pidiendo sr Leonardo. ¿Algo más?
—Solo que hagas muy bien las cosas. El aumento de sueldo aún no se lo han ganado.
—Bueno sr Leonardo, nosotros estamos haciendo muy eficientemente nuestra parte. Al que parece que no le fue muy bien esta mañana en su pedida de mano fue a otro. 😂😂😂