La Edad Del Amor

Edward recogió su equipaje de la cinta transportadora, y como si el destino se hubiese empeñado en cruzarlo con la joven con quien viajó, se topa con su mirada cuando al unísono también levanta su maleta.

- "No te estoy siguiendo, viajamos en el mismo avión, nuestras maletas tienen que estar en la misma cinta", dijo Marcela, con una sonrisa brillante, de quién parece que la vida ha sido amable; pero a veces no debemos juzgar lo que hay detrás de cada persona.

- "¿Por qué me dices eso?, no dije nada", expresó Edward.

- "Pero lo pensaste, tienes la mirada de quien solía ser popular en la escuela y ahora le abruma las miradas excesivas", dijo Marcela.

- "Y tú probablemente eras la chica de debates, porque parece que te cuesta quedarte callada", comentó Edward, con un guiño alejándose del lugar.

Por ese pequeño momento sonrió, por ese pequeño momento pareció ganar una batalla, aunque pequeña, con una niña que de seguro era menor que su hermana y que de seguro no volvería a ver; o al menos eso creía.

Cuando ingresa a la zona de llegadas, Edward se sorprende al ver a Zulema De la Puente, ella también lo quedó mirando sorprendida; lo último que sabía, era que como parte de un convenio con la Fundación Cisneros y la Fundación

Zulema es una brillante publicista, de veintisiete años, está casada con Mathías León Belmonte Portugal, el primo mayor de Alex Romero Portugal, esposo de su hermana Eliana.

...Zulema De la Puente...

- "Hola Edward, se suponía que debías llegar hace tres días, para el cumpleaños de Fabiola", dijo Zulema con una sonrisa.

- "Hola Zulema, tuve un contratiempo, no pude llegar al cumpleaños de mi sobrina. Me sorprende verte en el aeropuerto, no pareciera que fueras a viajar", expresó Edward.

- "Vine a recoger a una amiga", dijo Zulema.

- "¡Zully!", expresó Marcela emocionada.

- "¡Marce!", manifestó Zulema y fue a abrazar a su amiga.

Mientras las amigas se abrazaban, Edward se quedó mirando la escena, y el rostro de Marcela se le hizo más familiar que antes.

- "No puedo creerlo, no pareciera que estuvieras embarazada", dijo Marcela.

- "No ves mi rostro radiante, con juventud inusual, lleno de brillo maternal, y algo más redondito, me estoy devorando todo", expresó Zulema con una sonrisa; y su clásica manera de expresarse.

- "Zulema, fue un gusto verte, debo irme", manifestó Edward.

- "¿Si la recuerdas, verdad?, en la boda de tu hermana. Ella es Marcela Molina, la hermana de Carlos Molina, esposo de Elena Belmonte", expresó Zulema.

Edward quedó mirando a Marcela, entonces entendió ese aire familiar que sentía al observarla.

- "Nos encontramos en el avión, pero él no me recuerda, después de todo en la boda, casi ni hablamos, y él parecía concentrado en alguien más", dijo Marcela.

- "Lo siento, no te reconocí", comentó Edward, algo confundido. "Estaban pasando muchas cosas en mi vida", agregó.

- "Yo diría que una señora muy guapa tenía toda tu concentración", le susurró Marcela, mientras Zulema revisaba algunos mensajes en el móvil. "La vida es corta, no se debería dejar ir la oportunidad de ser feliz", añadió.

- "Vengo en automóvil, puedo llevarte a donde quieras Edward, y luego dejo a Marcela en su casa", expresó Zulema.

- "No te preocupes, tomaré un taxi", dijo Edward. "Lamento no haberte reconocido, la próxima vez, no lo olvidaré", añadió mirando a Marcela.

- "Tal vez te vea en el cumpleaños de Elena, tengo entendido que Eliana y Alex van a ir; y tal vez la señora Estrella Portugal también vaya", comentó Marcela, con sonrisa pícara.

- "Supongo que Alex irá al cumpleaños de su prima, y con él irá mi hermana, pero preferiría estar lejos de los Portugal por un tiempo", manifestó Edward.

- "¿Y eso?", dijeron ambas.

- "No es nada personal, yo me entiendo. Adiós", respondió Edward alejándose.

- "Parece de carácter difícil", expresó Zulema.

- "Más que de carácter difícil, creo que de vida difícil", aseveró Marcela.

- "¿Cómo te fue?, ¿Qué te dijeron los médicos?, creo que debí ir contigo", dijo Zulema, ya sin la sonrisa en el rostro.

- "Está bien Zully, pedí una opinión más, y gracias por ayudarme por hacerlo posible, pero el resultado es el mismo, nada ya se puede hacer", comentó Marcela.

Zulema la abrazó, y luego la sujetó de los hombros, Mientras salían del aeropuerto; Marcela siempre ha sido una maravillosa persona, para Zulema lo que le sucede a su amiga es algo que no merece, la joven publicista se dice que uno debe aceptar lo que Dios tiene para tu vida, pero a veces las pruebas son muy difíciles de superar; y siente que no tiene las palabras adecuadas que su joven amiga necesita.