Paloma está determinada en robar al novio de su hermana mayor y para ello está dispuesta a poner a todo el mundo en contra
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Capítulo 10
PALOMA
Llego a la dirección que me dió Noah, pago el taxi y me bajo, respirando hondo y entrando en el lindo patio, antes de llegar a la puerta y llamar. Reconozco aparcado el auto de Michelle, pero también el de Mateo, así que es un alivio, ya que no sabía que vendría. Estando él, al menos me sentiré menos sola.
Toco la puerta y una mujer rubia, alta, delgada y de ojos azules, me recibe. Es obviamente la madre de Noah.
Ella me mira hacia abajo, ya que está un escalón más arriba y me hace sentir extrañamente pequeña. Casi quiero disculparme por molestarla, como si fuera alguna clase de vendedora, quien va de casa en casa.
-Lamento la tardanza- digo, sacudiéndome el sentimiento de inferioridad, ya que en realidad no estoy acostumbrada a ello. Siempre he sido lo suficientemente confiada para poder pararme frente al resto y participar en todo tipo de deportes.
-No es tu culpa cariño, Noah debería haberte traído, pero parece que olvidó sus modales- dice, dándome un cálido abrazo, sorprendiéndome.
-Está bien, él no tiene ningún compromiso real conmigo- digo, mientras ella se aleja. Le tiendo el regalo que traje y ella me agradece.
-Antes de entrar, quiero decirte que aunque creo que tu actuar no fue el mejor, confío en el criterio de mi hijo Mateo y confiaré en ti por sus palabras, así que espero un cierto estándar- dice directamente- además, nunca aceptaría a alguien que engaña a mi pequeño.
-Me parece bien- digo.
-Entonces, adelante querida- dice ella, haciéndome pasar a su casa. Luego me lleva al comedor, dónde todos están sentados, pero aún nadie comiendo.
Michelle se levanta y viene en mi dirección y me da la bienvenida, actuando claramente como una anfitriona. Sus palabras muy lejos de la mirada de odio en sus ojos.
-Esta es Paloma, mi hermana pequeña- me presenta al resto, ante la mirada atónita de todos.
-Michelle- dice la madre de Noah, antes de que esta pueda decir algo más. -Puedes sentarte. Paloma, por aquí- dice, llevándome al lado de Elisa, frente al padre de Noah, quien me sonríe, presentándose.
Él es por lo que sé, el padre de Mateo, quien se casó con la madre de Noah cuando ambos eran pequeños. Y aunque sabia de ellos, nunca antes los había conocido, ya que para todos los efectos, Michelle era la novia de Noah y yo sólo era la hermana pequeña sin importancia.
Converso un poco con el padre de Noah y con Elisa, mientras que la madre de Noah y él, terminan de traer los últimos platos. Una vez terminada de servir la comida, empezamos a comer y por un momento casi me olvido de Michelle, pero no por mucho, porque ella empieza a contar en voz alta, cosas que ambos han hecho a lo largo de los años. Cosas que de las que no tengo idea y de las que nunca fui parte.
Noah se ríe de algunas cosas y comenta también, sin darse cuenta de que eso me hace daño.
Elisa toma mi mano por debajo de la mesa, dándome su apoyo. Le sonrío con una pequeña sonrisa en agradecimiento, mientras que ambos siguen recordando anécdotas divertidas, sin darse cuenta de que el resto está en silencio, lanzándome disimuladamente miradas preocupadas.
-Entonces Elisa, ¿cómo salieron los últimos exámenes de mi nieto?- pregunta la madre de Noah, cambiando radicalmente de tema.
-Está muy bien, está creciendo sano- dice Elisa con una mirada de amor y felicidad en su rostro. Ya le faltan dos meses para que nazca su hijo.
-¿Y ya pensaron en el nombre que les propuse?- ellos empiezan a hablar de nombres y hasta preguntan mi opinión, lo que agradezco.
-Nosotros también esperamos tener un hijo pronto- dice de pronto Michelle, atrayendo la atención de todos nuevamente. Al ver eso, sonríe satisfecha y empieza a decir que espera tener una niña para poder vestirla con ropa a la moda.
Veo hacia Noah, quien se ve extrañamente tranquilo, sólo mirando hacia su plato.
En su lugar, yo estoy horrorizada de sólo pensar en que ambos tengan un hijo, porque eso significaría que no hay ninguna esperanza para mí.
-No es tan simple como sólo traer un hijo al mundo y luego hacer caso omiso de él- dice bruscamente Elisa y recuerdo que ella es más dura de lo que puedes ver a simple vista. Soy testigo de eso, porque en una ocasión tuve que hacerme pasar por ella, para que pudiera arreglar algunos asuntos medio turbios.
-¿Acaso tú tienes más hijos? Porque suena como que tienes experiencia en lo que dices- responde Michelle, mirando a Elisa como si fuera ridícula por decir algo así.
-Ella nunca abandonaría a nuestro hijo, ni a mí, porque no es esa clase de persona- responde Mateo, dejando implícito las palabras “no como tú”.
Noah se estremece visiblemente, lo que me hace pensar de que hay algo que me estoy perdiendo en todo este intercambio, aunque no sé de qué puede tratarse.
Michelle no dice nada más, seguramente al darse cuenta de que la conversación no va bien.
El resto del almuerzo lo pasamos en una conversación un poco incómoda. Luego todos se levantan para irse a la sala. Ayudo a lavar los platos con la madre de Noah y cuando termino y estoy yendo rumbo a la sala con el resto, aunque lo único que quiero es irme de una vez, soy agarrada del brazo por Michelle y llevada hacia el patio por una puerta lateral, sin que la madre de Noah, quien iba delante de mí, se de cuenta.
-Guada silencio y sigueme- me sisea.
Pienso en negarme, pero en realidad no quiero armar un escándalo, así que la sigo, pero saco mi brazo de su agarre.