Cada quien labra su destino sin importar lo que digan los demás, creyendo en sí mismo y en dos capacidades y no se distrae con opiniones negativas.
Ese era el propósito de Leda, seguir adelante apesar de los obstáculos mal intencionados.
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COBARDE
LEDA: Eres muy egoísta, tu puedes coquetear pero yo no.
LEONARDO: No coqueteo con nadie, solo contigo.
LEDA: Bueno sigamos con la compra, no vamos a llegar a ningún lado con esta conversación.
Las redes sociales siempre estaban con información de Leonardo y Leda, siempre estaban juntos y dándose besos, pero el no daba declaraciones confirmando relación de los dos.
Después de varios días todo siguió igual, Leonardo y Leda mantenían disfrutando de sex* Leonardo siempre estaba pendiente de terminar fuera, después de días Leonardo llegaba tarde a casa por motivos de trabajo, Leda algunas veces también, uno llegaba y ya él otro dormía, ya no podían comer juntos en casa, pero si podían almozar en algunos de los restaurantes cercanos a la oficina. Eso también les dejaba margen para hablar de cosas personales sin que las pudieran escuchar terceras personas.
Leonardo no le había confesado sus sentimientos, pero ya la veía como su mujer, le dijo que iba a terminar con el trabajo en esa semana para dedicarle tiempo, Leda le sonrió porque le gustó lo que el le dijo, y se preguntó mentalmente ¿si era posible que el sintiera lo mismo que ellas? pero era ella la que se iba ausentar y le dijo.
LEDA: Debo viajar el jueves a Medellin para mirar un local, quiero poner un spa alla, pero espero volver en el mismo día o el viernes a primera hora.
LEONARDO: ¿Viajarás sola?
LEDA: Si, bueno allá me acompañará la que sera la administradora, para gestionar y coordinar todo.
Ellos terminaron y salieron del restaurante, el se acercó y la besó, ella respondió con mucha ternura, los dos estaban tan enamorados que no eran capaz de aceptar y confesarse amor.
El miércoles Leonardo llegó temprano a su casa, quería cenar con ella y dedicarle un poco de tiempo, hablaron de sus trabajos, después de cenar los dos fueron a limpiar la cocina, organizaron todo, Leonardo habia cambiado mucho, hacia cosas que nunca había hecho porque siempre contrataba a alguien para que hiciera los oficios del hogar, pero con Leda lo hacía.
Después que todo quedó limpio el la abrazó y comenzó a besarla, la levantó y la sentó en la barra de la cocina, le bajo los tirantes de la blusa y comenzó a disfrutar de los pechos, después de un rato con ayuda de ella le quitó la parte de abajo dejándola completamente sin nada, metió la cara entre las piernas y Leda comenzó a g*mir fuerte, se sentía en una burbuja donde solo hay cabida para las sensaciones. Las intenciones de Leonardo eran las mejores, le encantaba darle pl*cer, el sabia como complacerla, y ella como disfrutar.
Después el entró suave y firme, como si conquistara su tesoro más preciado, comenzó a mover su pelvis a un ritmo lento para que ella lo disfrutara, después el aumenta su ritmo y ella está a punto de terminar, se le eriza la piel, p*zones le duelen de tan erizados que están; el entra y sale hasta que al fin, un grito sale de su interior. Un grito que le recorre como un escalofrío por toda la columna, Leda se desvanece entre sus brazos, Pierde las fuerzas mientras él la sujeta y sigue, no para hasta que llega su org*smo. Un g*mido silencioso es lo único que se escapa de su garganta, la aprieta hacia él mientras recibe las últimas coletadas de pl*cer.
Cuando Leonardo levanta su mirada hacia ella, ella ve sus ojos perdidos, el apoya su cabeza en ella intentando reponerse. Es un momento tierno que comparten los dos, se abrazaron fuerte no queriendo separarse, el la ayuda a bajarse y se van a la habitación para asearse.
Los supuestos amigos durmieron abrazados, por la mañana Leda se levantó a preparar desayuno, ya era costumbre hacerlo para que Leonardo se fuera desayunado, eso era lo que lo había hecho enamorar, la atención de ella hacía él, la complicidad, lo hogareña y muchas otras cualidades. Cuando los dos estaban listos desatunaron muy animados, cuando Leonardo se iba le dio un abrazo a Leda y un tierno beso cargado de mucho amor, ella como siempre lo recibió, por eso era que el la veía como su mujer, siempre estaba para él, lo único que faltaba era confesarse para que fuera oficial.
Ella viajó a Medellin, pero no todo salio como esperaba, al final Leda tuvo que quedarse la noche del jueves por varios imprevistos de última hora que se alargarían al día siguiente, así que se resigno a dormir sola en aquella habitación de hotel queaen ese momento le parecía estremecedoramente vacía sin la compañía de Leonardo. Allí se dio cuenta cuan enamorada estaba, ella aprovechó para salir a un centro comercial cerca y compró varios conjuntos de ropa interior para sorprender a Leonardo, después llegó al hotel a las 7 de la noche y guardo todo pensando en el, con el dilema si confesar su amor o no. En ese momento su
teléfono comenzó a sonar y sonrió cuando vió la foto de Leonardo en la pantalla que había colocado hacía tan solo unas horas mientras hacía tiempo en el avión.
LEDA: Hola
LEONARDO: Hola, me vas hacer mucha falta esta noche.
LEDA: ¿Y qué te parecería si en lugar de eso, coges un vuelo y yo te espero en la habitación del hotel.
LEONARDO: No puedo hacerlo.
LEDA: ¡Bueno! entonces no te quejes de nada, nos vemos después, Chao cobarde.
Ella lo dejó con esa incertidumbre, con esa sensación de vacío de saber que lo quería con ella; Leda se acostó pensando que las cosas entre los dos estaba llegando más lejos, tenía miedo que lo pudiera suceder, tenía miedo que Leonardo un día diera por terminado todo, con ese pensamiento se quedó finalmente dormida, queriendo encontrar una solución para algo que evidentemente no la tenía, y en el momento que una suave caricia la despertó pudo ver una sombra que provocó que se asustara y si no llega a ser por el increíble olor que tan bien caracterizado tenía, probablemente hubiera despertado a todo el hotel de madrugada con sus gritos a todo pulmón, creyendo que se trataba de un violador.