¿Qué es lo primero que haces cuando encuentras a alguien herido frente tu puerta? Ver si sigue vivo?, llamar una ambulancia?.
No. Lo primero que Michael hizo fue pensar que era lindo.
NovelToon tiene autorización de Nath para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAP 7
Elysian observó con indiferencia cómo las cenizas aparecían en el lugar donde antes se encontraba el vampiro que tanto terror le había causado a Michael. La espada en su mano se redujo, volvió a su forma de cruz, y la colocó nuevamente en su lugar como un amuleto.
Michael, desconcertado por el giro de los acontecimientos, aunque aliviado, no esperaba que acabar con el vampiro fuera tan fácil. Se acercó a las cenizas, extendiendo la mano, cuando Elysian lo detuvo diciendo:
—No lo toques...está maldito.
Las palabras del peliplateado hicieron que Michael retrocediera instintivamente. ¿Maldito? ¿Qué clase de maldición? se preguntó mientras su corazón comenzaba a latir con fuerza.
Elysian lanzó una mirada analítica a los restos. Sabía que los monstruos llevaban consigo una maldición, una que un humano común no podría superar.
—Su maldición se activa si lo tocas. No te matará, pero si lo haces, te convertirás en un imán de vampiros —comentó Elysian. —Este monstruo debió ser un observador… uno de los escalones más bajos... por eso fue derrotado tan fácilmente—, añadió. Había aprendido que el humano siempre necesitaba explicaciones sobre cosas que él consideraba obvias.
El peliblanco infundió su aura en sus dedos y recogió un poco de ceniza, sin mencionar que la pelea había sido más complicada de lo que dejaba ver. Y que en su estado debilitado, sin la intervención del pelinegro, no habría salido ileso.
Michael sintió un escalofrío solo de imaginarlo. ¿Qué significaba "ser un imán de vampiros"? Aunque no tenía mucho conocimiento sobre vampiros, podía inferir que significaba esa frase. Espera... ¡Está tocando las cenizas!
—Yo estoy a salvo con mi aura, pero lo que me pregunto es por qué atacó si su misión era rastrearme… —reflexionó Elysian en voz alta, devolviendo las cenizas al suelo.
Michael se tranquilizó un poco al saber que el peliplateado estaría bien, ahora también preguntaba ¿Porqué ataco?.
—Quizá cambió de planes… —comentó pensativo el joven pelinegro.
—No, no es tan sencillo… Ellos tienen una jerarquía… —respondió Elysian, volteando a mirar a Michael—. Voy a sacar un poco de sangre —añadió. Aunque aún distante, el cazador comenzaba a mostrar cierta consideración por el humano. Ya no lo veía como un estorbo; había sido útil, y eso le había ganado algo de respeto.
¿Uh? ¿Me está avisando? Michael se sorprendió por el cambio de actitud de Elysian. Tal como lo había dicho, sintió un ardor en uno de sus dedos y supo que el cazador ya estaba actuando.
Acto seguido, Elysian se hizo un corte en el dedo y trazó un símbolo con su sangre. Las marcas en su brazo emitieron un fugaz brillo, y de las cenizas surgió una imagen.
Era una casa sencilla, sin muchos detalles. El vampiro atravesó la puerta, ignorando el cadáver de un hombre con el rostro desgarrado que yacía en el suelo.
Lo que vio hizo que el corazón de Michael latiera con más fuerza. Giró para mirar a Elysian, pero se encontró con la misma indiferencia en su rostro. Claro, él está acostumbrado a esto… Apretó los puños, tratando de reunir el valor para seguir viendo.
La vista del vampiro se movió por la habitación, dándoles una visión más amplia del lugar. —¡Bebé, ya volví! —exclamó el vampiro, dirigiendo su atención al sofá.
En el sofá había una mujer inmóvil, que apenas parecía con vida; solo un débil temblor delataba que seguía respirando. El vampiro se sentó a su lado con una postura relajada y elegante. La recostó en su regazo con fuerza y le hizo un corte en la espalda, lo que provocó un grito desgarrador. Con su sangre, dibujó símbolos en el aire. Una pequeña llama negra envolvió a la mujer, y el sonido crepitante de la carne quemándose resonó en el silencio. Michael casi podía jurar que olía el aroma del cuerpo incinerado mientras la mujer finalmente encontraba descanso en su muerte.
De la llama emergió una voz femenina, sensual y fría. —He recibido las coordenadas. Lo hemos informado a los superiores… han dado la orden de atacar.
Las extremidades del vampiro se tensaron. Miró la llama y, con una calma inquietante, preguntó:
—¿Orden definitiva?
—Lo es… aunque parece que algo ha ocurrido allá arriba —respondió la voz con un matiz de diversión.
—Bien... —dijo el vampiro, con una calma inquietante. —Shell, si logro obtener honor, ¿me regalarías una muestra de tu sangre? Sabes que es de la más alta calidad...— preguntó lamiéndose los labios como si recordara el sabor.
—Ha sido un placer trabajar contigo… —respondió la voz antes de que el fuego se desvaneciera.
Al mismo tiempo, la proyección se dispersó al igual que las cenizas, sin dejar rastro ante los ojos de Michael.
El desarrollo de la situación dejó a Michael con emociones encontradas. ¿Los vampiros eran realmente monstruos, tal como Elysian había afirmado? Elysian se percató de lo que pasaba al ver a Michael sumido en sus pensamientos en un inquietante silencio.
—Michael… —dijo, llamándolo por su nombre por primera vez y sacudiendo su mano frente a él para llamar su atención.
La atención del pelinegro se dirigió a Elysian que lo llamaba, aún estando aturdido lo escuchó hablar, con una voz raramente suave y firme a la vez.
—Recuerda, no importa si tienen sentimientos o emociones; si no controlan su impulso y pueden matarte, no son mejores que monstruos —soltó el peliplateado, exponiendo una verdad que había aprendido de la experiencia y que le traía recuerdos no gratos.