Hay un justo momento en la Vida, que se cruzan los caminos, de dos personas destinadas a estar juntas, cual es la fuerza que los atrae, quién los une? se han preguntado porque solo con una mirada, se revoluciona todo, nuestro ser sin pensar objetivamente. Estará dispuesto Fernando Cáceres permitirse vivir esto que está sintiendo o seguir con su vida. como si nada hubiese pasado.
Fernando tendrá que Permitir el nuevo amor de su Madre Emma.
Emma, dejara atrás los prejuicios, y se entregara al amor. A que edad se deja de sentir.
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Capítulo 7 Que vendra
Sofía: Estamos en la sala de entretenimiento, viendo una serie romántica. La señora Emma me pregunta, Sofía, ¿qué piensas del amor?
Señora Emma, tengo una buena referencia: mis padres se quisieron hasta la muerte.
A veces culpo a mi padre por dejarme sola, pero luego entendí que él no podía vivir sin mi madre.
Fue duro para mí, pero quisiera vivir ese amor que ellos vivieron, aunque entiendo que no es fácil conseguir a la persona indicada.
Siempre he sido una persona que me han dado mucho amor, mis padres, mis tíos, su esposa, mis primos; eso me permite tener una idea. Del amor.
Respeto, confianza, amor, amistad.
Por ahora no estoy preparada, ni quiero ningún tipo de relación. Hasta ahora no ha sido mi prioridad; primero fue recuperarme de la muerte de mis padres y de verdad que no pienso en ello.
Fernando: Ahora sí que caí bajo, escuchando detrás de las puertas. No sé qué sentí al escuchar a Sofía, que no tiene ningún interés amoroso.
Claro, es muy joven, eso lo entiendo, pero siento un vacío.
Yo creo que es que se quiere hacerse la buena delante de mi madre; decido entrar de repente. La cara de Sofía cambió, se puso pálida, me imagino que diría desde cuando está él allí, escucharía, se preguntará. La sacó de duda, la miro y le guiño el ojo. Quería que supiera que escuché.
Ay Sofía, Voy a probar a ver si eres tan santa como dices.
Sofía: Me escuchó, sé que me escuchó, pero no me importa que sepa de una vez que no estoy interesada en nadie, menos en él.
Para ser franca conmigo, es perfecto hasta que habla; sus ojos azules hipnotizan. Evitaré a toda Costa verlo a los ojos.
Se sienta a mi lado, ese olor tan varonil, esto me preocupa, por eso digo: fuerza de voluntad, ven a mí.
Solo respiras, no emites ningún sonido, no lo veas, no te pongas nerviosa.Dios, dame fuerza.
Su madre se levanta, ya vengo, chicos, qué le pasa a esta señora, se volvió loca, cómo me vas a dejar sola aquí con él; trato de levantarme, él me toma por el brazo y me sostiene evitando que me levante del asiento.
El muy cínico me pregunta, ¿qué están viendo? Y fija su mirada en la pantalla.
Una historia romántica.
No es mi género favorito, dice. No me extraña, le respondo.
Fernando: Y el tuyo tampoco, por lo que acabo de escuchar.
Sofía: El romance por ahora no forma parte de mi vida. Estoy joven. Todo tiene su tiempo. Le digo viéndolo fijo.
Imagino que en su caso es diferente; tendría que apurarse un poco; se le puede pasar el tren.
Fernando: ¿Me estás diciendo viejo?
Emma: se le borró la sonrisa pícara que tenía en su hermoso rostro.
Fernando: La tomé por el cuello y acerqué su cara; se puso colorada, me acerqué tanto que sentía su respiración; al principio quería ver hasta donde ella se comía sus palabras, pero no quería parar, quería besarla.
De repente siento una cachetada, tan fuerte.
Emma: No sé con qué clase de mujer trata usted, pero déjeme en paz, esos juegos no van conmigo; al parecer, si ha visto muchas películas románticas, que cree que con intentar besarme voy a caer a sus pies.
Emma salió corriendo.
Fernando: Me quedé atónito, primera mujer que me rechaza.
Tengo que parar. El único afectado soy yo.
Sofía: Casi muero literal, no sé cómo tuve fuerza para separarme, pero recapacité a tiempo: no podía caer en su juego. No soy su marioneta.
Las sensaciones que sentía, en el corazón, en el estómago, no las puedo describir.
Con razón las personas se dejan llevar en esas situaciones. No piensas con claridad, pareces que tuvieras dos conciencias: una dice: hazlo, puede que nunca tengas otra oportunidad de estar cerca de un hombre como él, pero la otra conciencia dice: vales más que este arrebato, piensa no permitas que juegue contigo.
Gracias a Dios que ganó la segunda.
Aunque por un fugaz momento quise la primera opción,