El clan de brujas Lanira suele vivir en la clandestinidad, las reglas de su clan son claras, no busques más de lo que necesitas o puedes llamar la atención de un dragón.
Aisha miembro de este clan estaba por terminar su año en solitario y sus practicas profesionales cuando desapareció del radar, el clan ha implorado saber, pero hay un poder muy grande que la retiene y la oculta de su familia.
Dos años después ella regresa herida y sin memoria de lo que le ocurrió durante su ausencia y con la cría de un dragón creciendo dentro de ella...
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Yo puedo encontrarlos...
Ragnar detestaba este tipo de eventos, y no entendía cómo se había vuelto el representante de los patrocinadores. Los torneos de artes marciales deberían ser serios, con contendientes que ya tuvieran la capacidad de entender que en cada combate se podían jugar la vida, y no llenos de niños corriendo y chocando con todo y padres incapaces de dejar de tomar fotografías, había demasiado ruido y muy poca ceremonia y... ¿A quién carajos se le ocurrió abrir una categoría para preescolares? Todavía no daba inicio la ceremonia de apertura cuando él ya deseaba, con todo su ser, dar las palabras de clausura.
—¡Apúrate mamá!, se hace tarde, qué no vez que van a empezar los chiquitos y tengo que dar el ejemplo— gritaba una diminuta criatura que tiraba de una correa atada a una mochila, mientras al otro extremo avanzaba a paso torpe una mujer totalmente metida en su enorme bolso, ajena a su entorno.
Ragnar esquivó con éxito a la ruidosa criatura, sin darse cuenta de la correa, que al enredarse en sus piernas dio un fuerte tirón, haciendo caer de nalgas a la niña, mientras que la madre no pudo evitar precipitarse sobre él, embarrando el viscoso contenido de un pequeño frasco de desinfectante en su saco. La mujer de inmediato se encogió y comenzó a temblar incapaz de levantar la mirada, parecía que en cualquier momento iba a desplomarse o a sufrir un ataque.
—¡Oh!.. lo siento mucho... en un segundo lo arreglo...— La mujer temblaba mientras comenzaba a buscar de nuevo en su bolso, y no es como si no supiera donde estaba cada partícula de polvo del interior de esa cosa, era que, al igual que trabajar con números, buscar la tranquilizaba. Después de contar hasta diez y antes de que el hombre frente a ella explotara, llenó sus pulmones de aire y sacó de su enorme bolso un pañito húmedo y se lo ofreció, descolocándolo por completo —¿Lo puedo limpiar o prefiere hacerlo solo?— con dudas Ragnar tomó la cosa, sin dejar de observar a la mujer que hasta ahora seguía sin levantar la cara —Creo que con eso quedará... las toallitas húmedas son prácticamente mágicas cuando se trata de éste tipo de manchas...
—En lugar de dar recomendaciones de limpieza debería poner mayor atención a su cría, y así evitar éste tipo de accidentes— La voz de Ragnar la sorprendió lo suficiente como para hacerla levantar por primera vez su mirada, y al verlo a los ojos, algo que no entendía o recordaba la inquietó, haciendo que de inmediato su miedo aumentara, y que todo su cuerpo comenzara a temblar. Mientras que por primera vez en años él sentía algo más que vacío —¿Se encuentra bien?
—Yo... no...— Sus ojos ya se estaban llenando de lágrimas.
—¡Mamá!— interrumpió la exaltada voz de la pequeña, ayudando a su madre a regresar del lugar oscuro al que se dirigía —¡Ya vi a papá Boreas!— y dando un tirón que hizo que la mujer se tambaleara de nuevo, la pequeña comenzó a avanzar arrastrando a su mamá que no pudo evitar chocar ligeramente con el brazo de Ragnar antes de salir al trote detrás de la desaforada criatura. Haciendo que, por alguna razón que él no se alcanzaba a explicar, eso le molestara aún más que el accidente, y la molestia por un instante se transformó en una furia envidiosa, cuando la vio llegar con uno de los instructores, a quien la mujer sonreía y hablaba con naturalidad.
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—¿Te sientes bien? Pensé que te habías perdido entre tanta gente, ya encontré nuestra sección, allá esta Caerus con nuestro equipo, vamos— y el hombre levantó a la pequeña con un brazo mientras abrazaba a la mujer con el otro de forma protectora, mientras ella daba una última mirada al extraño con el que había chocado.
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Durante el resto del evento Ragnar no paró de observar al grupo de aquella mujer, algo en ella le despertaba una extraña emoción, llevaba tanto tiempo sin sentir nada más que enojo, que ese pequeño destello le hacía desear volver a estar cerca de ella. Le llamaba la atención y al mismo tiempo le enojaba, sobre todo, cuando la veía demasiado cerca del padre de la criatura, desde su punto de vista, todas esas personas que la rodeaban eran un estorbo que le impedían volver a acercarse a ella. Necesitaba volver a encontrarse con ella a solas, hablar con ella, y eso le frustraba, porque al ser el invitado de honor; él no podía moverse de su lugar. Al finalizar el evento sintió la imperiosa necesidad de averiguar de donde venía la comitiva, estaba tan obsesionado con volver a hablar con aquella mujer, que sin darse cuenta ya los estaba siguiendo.
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Ragnar ya estaba a punto de salir de la ciudad, cuando su teléfono comenzó a sonar, al ver quien le llamaba, supo que si no contestaba en ese momento, después lo pagaría caro.
—Ragnar, ¿dónde estás?— preguntó una melodiosa voz.
—Conduciendo...
—¿Por qué no has llegado? Me urge saber cómo te fue, necesito estar segura de que no hayas arruinado mi evento siendo un gruñón... ¿Me escuchas?— Melly no podía evitar sentirse ansiosa, desde la explosión del departamento; su hermano ya no había vuelto a ser el mismo, él se había convertido en un ser más iracundo e impaciente, y nada parecía emocionarlo, como si la vida ya no tuviera sentido. Al escuchar en secreto algunas conversaciones entre Fafner y su padre, ella llegó a la conclusión de que alguien importante para su hermano había muerto en aquel accidente, pero nunca se mencionaba abiertamente. Y después de aquello, ella había visto a su hermano, en ocasiones, con la mirada perdida, y ahora evitaba a las mujeres casi con asco, cuando antes era un casanova, y que ella supiera tampoco tenía novio, pero ni Fafner ni su padre hablaban del tema, en su lugar, sólo les pedían paciencia a Ejder y ella. —¿Exactamente qué estás haciendo?
—Siguiendo a alguien sospechoso, así que deja de distra...
—Precisamente por eso te distraigo, hablé con tu asistente y me dijo que desde el evento actuabas raro, y que te fuiste por tu cuenta detrás de una comitiva... si tu sospechoso es un participante, ya deja de perder el tiempo, yo tengo los datos de todos los...
—¡Maldición!— gritó Ragnar
—¿Qué pasó?— preguntó con angustia Melly, dejando atrás sus reclamos.
—Un auto se me cerró y los acabo de perder— Melly dejó salir un suspiro de alivio.
—Ya te dije, yo puedo encontrarlos por ti, deja eso por la paz y regresa, prometiste cenar con nosotros, hoy estará la familia completa no puedes negarte ya confirmaron todos los demás, ¡El Clan Nithe Ragnar hoy por fin estará completo!