Como hermano del antiguo rey, no había heredado ni siquiera una cualidad mágica. No obstante, su nivel de inteligencia lo llevó a ser asignado como el capitán del escuadrón de espías encargado de recopilar información contra un emperador enemigo. Esperando que aquella misión fuera su retirada, jamás pensó que le terminaría quitando la virginidad a una joven mujer. Así mismo se sorprendió al saber por parte del rey, que habían pedido su mano en matrimonio. Resultando que su futura esposa sería aquella chica de 20 años que desvirgó e hija del emperador enemigo.
“¿Es qué acaso no podré retirarme tranquilo” pensó con pesar.
“Esposo, ¡Me gusta que seas mayor! ¡Quiero ser tuya para siempre!” expresó su prometida.
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CAPÍTULO 7
Luego de ayudarla a subirse, ambos hermanos y sus escoltas cabalgaron todo lo que pudieron bosque adentro, hasta que pudieron oler el aroma del mar. Estaban seguros de que aquel fragmento los estaban guiando a un acantilado casi inaccesible, por lo que tuvieron que continuar a pie.
Elwin, quien se había quedado dormido, no sintió nada hasta que una especie de cadena empezó a arrastrarlo fuera de la cueva. Quedando a la merced de quién creía era el príncipe heredero, de acuerdo a sus informes, y algunos de sus escoltas.
“¿Me descubrieron?”
Aún no sabía si habían dado con ellos por el ser un espía o por el anillo de Abril; sin embargo, debían ser muy cuidadosos. Según lo que veía, aún no había amanecido, pero si sus aliados habían visto la señal, dentro de poco recibiría refuerzos.
—El anillo—preguntó el príncipe mientras lo veía peor que una basura—¿Dónde está el anillo?
Al saber la razón por la cual los habían encontrado, temió enormemente por Abril, quien seguía aún en la cueva, por lo que empezó a buscar con la mirada.
—¡Ja,ja,ja!—la risa de una mujer le llamó la atención—¡Así que tú fuiste la ladrona del sello!
Emerger de la cueva vio algo que lo paralizó más de lo que ya estaba paralizado, puesto que una segunda Abril estaba sacando arrastras, de su cabello, a su Abril.
—¡Suéltame!—intentó liberarse—¡Me duele!
—¿La hija de Genevieve?—preguntó el príncipe.
Confundido por quién era Genevieve, observó como la mujer parecida a Abril tomó con más fuerza del cabello a la chica e hizo que los mirara.
—¡La ladrona de rostros ha sido quien se robó el anillo de papá!—dijo con una mirada oscura—¿Tanta envidia tienes de mí que te has robado también mi rostro, hermanita?
—¿Qué?—preguntó.
La princesa vio al hombre que estaba acompañando a la hija menor e ilegítima de su padre, provocando que esta se riera aún más fuerte. Al ver como ambos estaban casi desnudos, supo lo que estaba pasando.
—¡Así que le diste tu cuerpo a ese hombre para que te ayudara a escapar!—respondió sacando una pócima reveladora—¿Pero acaso él supo que se acostó con un monstruo?
A medida que aquel líquido caía en el rostro y cabello de Abril, la chica comenzó a gritar de dolor. Como si la estuvieran quemando, tanto cabello como rostro comenzaron a cambiar, provocando que su largo cabello rubio pasara a ser plateado.
—¿Qué se siente haber sido engañado y haberte acostado con este monstruo?—le preguntó la princesa a Elwin.
No obstante, lo verdaderamente impactante era que sus ojos verdes esmeralda se mostraban, a la vez que su piel mostraba clara señales de una quemadura antigua.
—Suel...-dijo Elwin intentando zafarse.
—¡Deja de jugar y quítale el sello!—indicó el príncipe heredero.
—¡Si, ya voy!—respondió la princesa.
Mientras intentaba en vano quitarle el anillo, puesto que este no se quería mover del dedo de Abril, Elwin observó con rabia como la chica se retorcía de dolor, mientras lloraba con la cabeza gacha.
Al ver como todo el ambiente se colocaba frío y que el oleaje subía, Máximo observó el cielo y como este se oscurecía, dejando atrás las primeras señales del amanecer.
—Suéltala—volvió a decir Elwin.
Por alguna razón inexplicable, el tiempo había cambiado y presagiaba una terrible tormenta. Preocupado por la situación, Máximo iba a pedir que le cortaran la mano a Abril; sin embargo, una fuerte corriente eléctrica no solo lo tumbó, sino que también a sus escoltas.
—¡Te he dicho que sueltes a Abril!—
Con rapidez, mientras la energía eléctrica seguía emergiendo de su interior, no solo rompió las cadenas que lo ataban, sino que las usó de látigo para golpear el rostro de la princesa.
Debido a que el metal de las cadenas conducían la electricidad, provocaron que con cada golpe, tanto en su rostro como en varias partes de su cuerpo, no solo se presentaran quemaduras, sino también moretones y cortes. Recordando cada súplica de Abril por liberarse, siguió golpeando a la princesa, aun si esta lloraba.
No sabía por qué, pero aquella corriente parecía inmovilizarlos, por más hechiceros o magos que fueran, por lo que ni siquiera el príncipe heredero podía moverse. Cuando estaba por dar otro latigazo a la princesa, tanto el cuerpo de Abril como el de Elwin fueron arrastrados por una extraña fuerza magnética, y elevados en el aire hasta quedar sobre lo que parecía ser una alfombra voladora.
—¿Pero... qué?—preguntó mientras vomitaba al mar lo que había comido anteriormente.
—Contrólese capitán Warrick, o matará a todos en este lugar, incluyendo a Abril—la voz de un extraño hombre se alzó entre la tormenta.
A medida que el mal clima se calmaba, pudo al fin escuchar el llanto de Abril. La mujer que le había salvado la vida estaba hecha bolita, mientras escondía su rostro, meciéndose de un lado a otro, hecha un mar de lágrimas. La poca luz dejaba ver a un hombre casi de la misma edad de su sobrino, vestido una túnica negra.
—¿Abril?—intentó hacer que levantara su mirada en vano.
—¡No te acerques!—gritó su salvadora—¡Soy fea! ¡Mi rostro es basura! Ahora mi príncipe no querrá estar conmigo...no tendré a sus bebés.
Con el corazón dolido, se acercó un poco más y la tomó en brazos, procurando que su frente quedara oculta en su cuello, de modo que pudiera abrazarla sin que esta mostrara su rostro.
—Mi pequeña Abril—susurró acunándola—mi corazón está muy triste, ¿Puedes abrazarme también?
Asintiendo con delicadeza, aun sin mostrar su rostro, Abril abrazó el cuello de Elwin. Aquello provocó que su respiración se calmara y el llanto cesara, haciendo que este sonriera con dulzura.
Mientras tanto, aun con su cuerpo paralizado de su cintura para abajo, el príncipe podía ver al hombre que los había ayudado. Aquel hombre asqueroso que había arruinado sus planes hacía cinco años, el hombre cuyas manos caía la responsabilidad de ser considerado casi un inútil por su padre.
—¡Gladiolus!—gritó Máximo—¿Cómo te atreves a interferir? ¡¿Quién mierda te crees que eres?!
—El esposo de tu prometida fugitiva, eso soy—respondió el hombre en la alfombra voladora con una sonrisa, disfrutaba ver mal al príncipe heredero—escucha bien, Máximo y dile estas palabras al emperador: el mundo espiritual ha decidido que sea su hija ilegítima la nueva reina de ellos, por lo que si no quiere que los muertos se levanten y busquen venganza por todo el mal que ha hecho, deberá abdicar y darle su trono.
—¡Yo seré el próximo emperador de Sanbreque y rey espiritual!—gritó Máximo mientras los veía irse en el horizonte—¡Aquella bastarda no tendrá nada!
—Entonces prepárense para el apocalipsis—respondió antes de irse.
Tras varios minutos de estar volando, y de asegurarse de que Abril estuviera durmiendo en sus brazos, Elwin notó que la alfombra voladora se estaba acercando a uno de los barcos espías que estaba acercandose al punto de encuentro donde estaban antes.
—¿Sabes quién soy, verdad?—le preguntó al hombre mientras le daba un beso en el cabello a Abril.
—Capitán Elwin Warrick, archiduque de Rosaria y tío del actual rey de Dhalmekia—respondió Gladiolus—los espíritus me han hablado de usted y me pidieron que ayudara al guardián de su próxima reina.
—¿Guardián?—cuestionó confundido.
—¿De verdad cree que fue cosa de la suerte que usted se conociera con Abril?—contra preguntó el hombre—¿De verdad cree que es solo una coincidencia que Abril, portadora del sello imperial, estuviera viviendo en un sótano sobre una puerta infernal? ¿O que se hubiera conocido con alguien que es del bando enemigo?
A medida que Gladiolus hacía descender la alfombra, de modo que pudieran llegar a salvo al barco, todas aquellas preguntas hicieron que todo cobrara sentido para Elwin. Desde el hecho de casi haber muerto, hasta el hecho de que se le hubiera asignado esa misión a él: todo había sido dictaminado para sacar del palacio a Abril y protegerla.
jajajajaja jajaja