Amar Entre Dos Mundos. 1

Cuando llegaron al final del túnel se encontraron con un portón inmenso, sus rejas eran de oro macizo y al abrirse las puertas una melodía resonaba en el lugar. Varios ángeles pasaron a su alrededor y Katy se sentía en paz, sin miedo, era la primera vez que volvía a experimentar tranquilidad en su corta vida o no vida, ya que aún no comprendía qué estaba sucediendo.

Ingresaron por un corredor blanco con rosas negras alrededor y al llegar a un gran escritorio se encontraron con un hombre mayor, su rostro denotaba cansancio y por su cabeza y barba cubiertas de canas, Katy se dio cuenta que era alguien muy anciano y con mucha experiencia. Él la observaba con desgano mientras le hacía señas a Gabriel para que hable, este se presentó ante él para pedir una audiencia haciendo una reverencia a la cual la curiosa mujer tuvo que imitar. Al fin el hombre se acomodó en su lugar y preguntó.

⎯ ¿Quién desea ver al gran Kreto?

⎯ Yo.⎯ respondió Katy.

⎯ ¿Y tú quien eres? ¿Acaso crees que conozco a todos los mortales?

⎯ Ella es Katarina Muños y ha invocado al gran supremo en su lecho de muerte.⎯ intervino Gabriel que conoce muy bien el malhumor del encargado.

⎯ Gabriel, ¿ cuántas veces te tendré que decir que no debes divulgar la identidad del supremo?

⎯ Lo siento, pero ella es especial. Su aura cambió y sabes lo que significa. No podía dejar que muera sin hacer algo.

⎯ Esta bien. Le daré una cita para dentro de veinte años.⎯ sentenció y les hizo señas para que se marchen mientras agendaba el día en su gran libro

⎯ ¡Es una broma! No puedo esperar todo ese tiempo.⎯ replicó angustiada Katy.⎯ Quiero volver a mi casa, con mi novio, mi familia, mis alumnos y mi amiga.

⎯ Cálmate.⎯ le susurra Gabriel al oído.⎯ Acá el tiempo se mide de otra manera. Acepta, no es demasiado.

⎯ Niña, es eso o deambular por el limbo toda tu vida.⎯ el hombre está perdiendo su paciencia.⎯ ¿Tengo que agendar la cita o no?

⎯ Esta bien acepto, vendré dentro de veinte años.⎯ dijo resignada.

⎯ Gracias señor.⎯ Gabriel se despide.⎯ Hasta luego.

⎯  Nos volveremos a ver… en veinte años.⎯ comenta Katy de forma irónica y se da la vuelta para salir de ese lugar.

⎯ Aquí los espero y Gabriel deja de salvar almas indefensas o no podré tomarme vacaciones.

⎯ No puedo prometer eso, sabes muy bien que mi deber es ayudar a las personas.

⎯ Esta bien, ya retírate de mi vista. No te soporto.

Saúl era la mano derecha de Kreto, él decidía quién podía acceder al supremo o no; pero Gabriel era un ser tan bondadoso que siempre se encariñaba con sus mortales asignados y les contaba de una u otra manera sobre Kreto para darle una segunda oportunidad, por suerte no todos los invocaban.

Katy estaba confundida y mientras los hombres hablan, ella se dirige a la puerta.

⎯ Katy espera.⎯ él toma su mano y la detiene.⎯ Ven vamos a dar una vuelta.

Gabriel caminó por más de media hora el corredor por donde habían ingresado, hasta llegar a una puerta de madera maciza, la abrió y nubes de diferentes formas y tamaños estaban frente a ellos. Al cruzar el umbral había algunos bancos de colores llamativos que estaban frente a un hermoso jardín; pero al despejarse las nubes se podía ver el precipicio a sus pies.

⎯ Ven quiero sentarme a descansar.⎯ él soltó su mano y tomó asiento cerca de un limonero en flor, su aroma inundaba el lugar dando una sensación de frescura y de relajación.⎯ Tranquila, solo será por un momento.

⎯  De acuerdo.⎯ Katy tomó asiento a su lado y estaba asombrada, podía observar varias personas a su alrededor que estaban esperando como ellos y que mecían sus pies a la nada.

⎯ Esto es peligroso, no quiero mirar a la nada.

⎯ ¿Qué te puede pasar?⎯ pregunta con cierto tono de burla.⎯ ¿Tienes miedo a morir?

⎯ No es eso.⎯ ella cambia su semblante a uno de tristeza y su voz se quiebra.⎯ Sé que estoy muerta.

⎯ Katy no te sientas triste, pronto Kreto te va a atender y volverás a ser humana.

Ella lo mira y esboza una leve sonrisa e imita al resto de las personas moviendo sus pies.

⎯ ¿Puedo saber por qué crees que soy especial?

⎯ En realidad siempre que veo un aura cambiar de repente, esa persona está en peligro y muy pocas veces su color resplandece de la forma que el tuyo lo hizo. Por eso intuí que muy pronto estaríamos en este lugar, muy pocas personas piensan en Kreto una vez que saben de su existencia y tú no dejabas de pensar en él. Tuviste una conexión magnífica y eso quiere decir que él te está esperando.

⎯ Dime, ¿cómo es él?⎯ Katy siente curiosidad aunque se sorprende de estar tan tranquila, por alguna razón no siente nervios de conocerlo al contrario está ansiosa por saber de él.⎯ ¿Es igual al retrato del museo?

⎯ Sí, es exactamente igual, pero personalmente es mucho más cautivador.⎯ sonríe al ver la mejilla de la joven sonrojarse.

Katy guarda silencio y observa a una pareja de chicas que ingresan por la puerta, luego de lo que pareció un segundo, una de ellas regresa pero está diferente, lleva un peinado y un vestido de época. La muchacha comienza a  llorar y se sienta en un banco.

⎯¿Qué sucede?⎯ pregunta y le señala a la joven.

⎯ Kreto le otorgó una misión, ahora depende de ella si la cumple o no.

⎯ ¿Qué pasa si no acepta?

⎯ Deambulará por el limbo, eso ya te lo explique.

⎯ ¿Cuál será mi misión?

⎯ Solo Kreto lo sabe.⎯ Gabriel mira el reloj de su bolsillo y lo guarda nuevamente.⎯ Vamos, ya es la hora de tu cita.

⎯ ¿Tan rápido? ⎯ se sorprende y se pone de pie alisando su vestido, de repente quiere verse bien y Gabriel solo sonríe y asiente con su cabeza.

Gabriel abre la puerta e ingresa, entonces le hace señas para que lo acompañe por un largo pasillo, a medida que van avanzando antorchas se encienden frente a ellos con un estilo medieval hasta que llegan a una hermosa puerta de oro con un marco de rosas negras. Ambos están de pie y golpean una alaba que tiene forma de cabeza de león y esperan ser atendidos.