Códigos Del Corazón. (Amor En Tiempos Robóticos)

Aria:

Aria se encontraba tan inmersa en la compañía de Maxwell que no escuchó el timbre. Fue el mismo robot quién la sorprendió y separó sus labios de los de ella.

—Hay alguien en la puerta —dijo el buen robot obediente yendo a abrir por ella.

Aria suspiró frustrada y resopló, justo cuando pensó que esto se sentía real, venia Maxwell a cambiarle la perspectiva. Para ella mejor hubiera sido que el androide se quedara a besarla y la llenara de ese afecto del que estaba tan necesitada, pero el robot actuó mecánicamente.

Ella detuvo la película y fue en ese mismo momento cuando Alex interrumpió en el salón donde se encontraba Aria.

Apenas ella lo vio sintió rencor, aún no había perdonado su traición —¡Qué haces aquí! —dijo ella molesta, levantándose del sofá.

—Qué es esto Aria, ¿un robot?, ¿enserio?

—No tienes derecho a juzgarme, tu eres un perro infiel. —Aria no espero ser tan agresiva pero no podia evitarlo, de solo ver a su exnovio la cólera la inundaba.

—Escucha Aria, siento mucho lo que te hice —dijo Alex acercándose un poco—. Pero debes reaccionar, ¡despierta!, este robot no te puede ofrecer una conexión real.

Aria negó y soltó una pequeña risa irónica, y se cruzó de brazos. —Claro y tu o cualquier hombre de esta tierra pueden hacer eso. Ustedes solo sirven para traicionar, jamás son leales y no valoran un vínculo que se supone es sagrado.

Alex se veía arrepentido por el dolor que veía en la mirada de ella, como quiso cambiar esto y volver en el tiempo para hacer las cosas bien, para no haberle roto el corazón y la confianza que tenía en el género masculino. —Aria yo....

Aria lo interrumpió, estaba molesta por su presencia y también con la persona que le había contado sobre esto. Tendría larga una conversación con Luna.

Ella respirando profundo, cuadro sus hombros y lo observó con determinación.

—No tengo tiempo para tus explicaciones, Alex. Necesitas entender que he encontrado algo mejor, algo que realmente me valora.

Alex, sorprendido respondió. —¿Así que encontraste consuelo en los brazos de un robot? ¿Realmente crees que eso es amor?

Aria con fuerza y decisión, lo miró fijamente. —Eso es más amor del que tú me diste. Ahora, sal de mi vida de una vez por todas.

En ese momento, Maxwell que había presenciado toda la discusión, intervino con una voz mecánica pero firme. —Aria mereces ser tratada con respeto. No permitiré que nadie te lastime. —Respondió el robot, cuya programación le instaba a proteger a su amada, así fue creado y amaba incondicionalmente a Aria.

Alex se dio la vuelta y lo observó con burla, mientras Aria se contenía de acercarse a su ex pareja y darle una cachetada.

La tensión en la habitación aumentó mientras Maxwell adoptaba una postura protectora. Aria empoderada por la presencia de su compañero robótico, exigió que Alex saliera de su casa.

Alex levantó sus manos viéndose resignado. —Esta bien me iré, haz con tu vida lo que te de la gana.

Alex le dio una ultima mirada al robot que parecía apunto de golpearlo y sonrió. "Sería interesante ver quien ganaría esta pelea", pensó. Pero él ya no estaba de ánimos para nada, se sentía como un patán por ahorillar a Aria hacia este destino.