Ella es acusa injustamente por un delito que no cometió y al darse cuenta que el ser que aseguraron que ella asesino esta vivo, hará lo que sea para vengarse y hacerlo pagar por todo lo que ella tuvo que vivir.
Y en el camino hacia su objetivo encontrará a un fuerte aliado que sin darse cuenta los dos caerán rendidos ante las garras del amor.
NovelToon tiene autorización de Paulina chavez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Un amor más que ciego.
...Pasado...
Zazil
Al terminar la cena, veo a Claus levantarse de su asiento y se acerca a mí extendiendo su mano— ven, necesito hablar contigo.
Asentí e hice lo mismo, me levante de mi asiento, era más que extraño su comportamiento y su aura muy intimidante me hacía ponerme nerviosa.
Salimos hacia el jardín y nos sentamos en la misma banca donde aquel día me quebré al recordar a mis hermanos, lo escuché suspirar mientras su vista estaba puesta hacia los bellos rosales, carraspeo para aclarar su garganta, giro hacia mí y tomó mis manos.
— Zazil, sé que te haces miles de preguntas al respecto de como sucedieron las cosas— asentí bajando mi cabeza, me sorprendí al sentir sus dedos tocar mi barbilla para que volviera a levantar mi vista— perdón si te hice pensar o sentir cosas que no son, por mi comportamiento— acaricio mi mejilla mostrando una sonrisa— quiero que confíes en mí.
Solo asentí mientras alejaba mis manos de las suyas, pero él se acercó a mí acortando la distancia— se que quieres preguntarme, dime Zazil, ¿qué quieres saber?.
— ¿por qué nos casamos?— respondi con nerviosismo y miedo a la vez al no saber del porque de su cambio— ¿por qué no me dejo despedirme de mis hermanos?— él asintió acomodándose en la banca.
— te contaré una historia y al final te responderé Zazil— asentí girando hacia él y donde ahora estabamos frente a frente.
Comenzó a relatarme como fue su infancia y fue llena de lujos y soledad, al decirme que su abuelo antes de fallecer solo le dijo que fuera muy feliz en su boda.
Pero a solo semanas donde él, se casaría se enteró que su prometida le fue infiel todo ese tiempo, con su amigo de toda la vida. Aunque siguiera contándome su historia, yo seguía esperando la respuesta del porqué de este matrimonio.
— te he dicho todo, pero lo más importante aún no, al verte en ese crucero, no sé que me paso, pero fue amor a primera vista— me sorprendí por su confesión, me levante de la banca con mucho asombro.
— ¿como es que alguien puede tener ese sentimiento por otra persona con solo verle?— se encogió de hombros levantándose de la banca.
— créeme que ni yo sé cómo explicarte, lo único que entiendo es que así paso, cuando hable con tus padres sobre ti, ellos comenzaron a decirme de las carencias que vivían en la granja y solo decidí darles dinero, pero ellos te ofrecieron como agradecimiento— al escucharlo decirme eso, sentí una punzada en mi corazón.
Me senté de nuevo en la banca y comencé a sentirme mal, el aire me falta, Claus al verme que no respondía a su llamado, me cargo llevándome al interior, pero al subir las escaleras solo perdí el conocimiento...
Al despertar, vi a mi alrededor para darme cuenta de que estaba en la habitación de Claus, intenté levantarme, pero un brazo me lo impidió, viéndolo a él sentado junto a la cama.
— no hagas esfuerzo, el médico dijo que necesitabas reposo— asentí bajando de nuevo mi cabeza— Zazil, ¿estás enferma?.
— no, y es la primera vez que me sucede algo así— él asintió acercándose más a mí acariciando mi mejilla.
— para estar seguros te llevaré al médico— solo asentí demasiado nerviosa, no sabía que hacer con su acercamiento— solo quiero que mi esposa esté bien— trague saliva al escucharlo, me sonrió y volvió a su postura inicial.
Las horas avanzaron y era hora de dormir, algo que también me provocaba pavor, lo vi tomar un par de sabanas yéndose al sofá que estaba frente a la cama y se acostó, pero aunque hiciera eso no pude dormir en toda la noche.
Y al levantarme un dolor intenso se reflejaba en mi cabeza, él aún dormía, sin hacer ruido tomé ropa del armario y entre a darme una ducha, al terminar solo me cambié.
Abrí la puerta y me quede paralizada, estaba Claus merodeando por la habitación solo en calzoncillos, al verlo mi única reacción fue cubrir mis ojos con mis manos temblorosas.
Camine como pude, pero lo inevitable había sucedido, tropecé con él y sus brazos solo me rodearon— tranquila— aunque él seguía abrazándome yo jamás retire mis manos de mi rostro hasta que su aliento golpeó cerca de mi oído tomándome por sorpresa— acostúmbrate esposa mía.
Y solo se fue al baño. Casi estábamos por terminar de desayunar cuando el timbre de la puerta principal sonó, Claus de inmediato se levantó y extendió su mano hacia mí— nuestra familia a llegado.
Seguí sus pasos sin soltar su mano, caminamos hacia el recibidor y por esa puerta entraron las tres personas que Claus me había mostrado en fotos, lo vi acercarse a los señores saludándolos y decirle un hola, con palabras muy frías a su hermano.
Se acercaron a mí y solo me veían sin decir nada, hasta que la voz del hermano de Claus rompió con ese silencio un poco incómodo.
— hola, soy Deo, pero puedo asegurar que mi hermano te hablo de mí, así que lo que te haya mencionado solo son patrañas— sonreí de lado y solo asentí estirando mi mano para saludarlo, pero me tomó por sorpresa que me abrazara.
— ¡Deo, suelta a mi esposa!—Claus alzó la voz y él solo se alejó con una sonrisa en sus labios— les presento a mi esposa Zazil Xul.
El señor solo asintió y la señora tomó mi mano palmeándola— un gusto querida.
— el gusto es mio señora.
Y esas fueron las únicas palabras que cruce con la señora Cristel, cada día era muy difícil convivir con ellos, pero Claus siempre decía que sus padres eran así y que no tomara importancia.
Habían pasado dos semanas desde la llegada de la familia de Claus, cuando al estar sentada en la banca, Deo apareció sentándose junto a mí.
— hola, ¿cómo te trata?— solo lo vi por un segundo y giré mi vista hacia el rosal— creo saber— se levantó y se detuvo frente a mi para que le prestara atención — Zazil solo te pediré una cosa, se muy observadora.
Me sonrió, beso mi frente y se fue, dejándome muy confundida por su raro actuar, pero más por sus extrañas palabras, ¿qué quiso decirme?, suspire sacudiendo mis pensamientos y solo regrese a la habitación, ese lugar era el más seguro para mí desde que estaban ellos aquí.
Salí al balcón y me senté en uno de los pequeños sofás, mi vista estaba puesta al majestuoso bosque que había después de los límites de la casa.
Y así me quedé no se cuanto tiempo, que un beso en mi hombro me hizo exaltarme, al voltear era Claus con un hermoso ramo de lilis, sonreí por su detalle y más porque él sin saberlo esas flores eran mis preferidas.
— espero te guste Zazil— volví a sonreír tomando el ramo y solo me nació hacerlo, dejando mi brillo labial marcado en su mejilla.
— gracias, son bellísimas — Claus solo ladeó sus labios mostrando una pequeña sonrisa.
— pero no más que tu, Zazil— al escucharlo me puse nerviosa e inconscientemente comencé a acariciar mi cabello mientras él solo sonreía sin dejar de verme— sin pensar, seguiré trayéndote estas flores con tal de verte así.
Me acaricio la mejilla mientras mis ojos se abrían cada vez más por lo que sucedía, paso su mano por mi nuca, relamió sus labios y solo me beso, volviéndome a quedar paralizada, pero con sus movimientos sutiles guio a mis labios inexpertos, cerré mis ojos sintiendo mariposas en mi panza, quizás porque era mi primer beso.
Los días avanzaban y al seguir su familia bajo el mismo techo provocó que la convivencia con Claus dentro y fuera de la habitación fuera cada vez más fluida y más atractiva para mí.
Entre más lo conocía, más me fascinaba pasar largas horas a su lado y la primera impresión que tuve de él, se había desvanecido por completo, Claus era totalmente diferente a lo que pensé o imagine, su romanticismo, sus detalles y sus dedicatorias hacían que mi corazón se acelerará.
Para cuando la familia de Claus se fue ya habían pasado casi seis meses, donde mis latidos eran solo por él y mi amor era ciegamente incondicional.
Y solo pasaron cuatro meses más donde me entregue a él por completo, dándole el privilegio de ser el primer hombre en mi vida íntima.
— gracias mi amor, eso significa mucho para mí— asentí aún abrazada a su cuerpo mientras escuchaba sus latidos serenos de su corazón— te amo Zazil.
– yo también te amo cariño— sentí su beso en mi cabeza y sus suaves caricias solo provocaron que me quedara profundamente dormida...
Estaba leyendo un libro con recetas de cocina, ya que mi plan era hacer una cena espectacular para los dos por nuestro segundo aniversario, pero el timbre de su teléfono sonó y su voz de molestia comenzó a escucharse.
Me levante del sofá y fui hacia el despacho, toque un par de veces, pero no obtuve respuesta imaginando que su exaltación le impedían escucharme.
Abrí la puerta y solo me vio, hizo señas para qué entrará, al cerrar solo sentí sus manos acariciar mi vientre, posó su barbilla en mi hombro hasta que me beso el cuello.
— perdóname mi amor, pero tendré que viajar— giré para verlo y solo suspiró.
— tranquilo, yo entiendo los imprevistos— sonrió hasta darme un apasionado beso, al separarnos pego su frente a la mía.
— te amo mi amor— me abrazo hasta cargarme mientras mis piernas rodeaban su cadera.
— yo también te amo demasiado mi vida— camino hasta su escritorio, me sentó y solo paso lo que tenía que pasar, hicimos el amor como nunca.
A la mañana siguiente lo ayude a empacar y lo acompañé hasta su auto, antes de subir volvió a abrazarme.
— te voy a extrañar y prometo regresar lo más pronto posible— asentí al separarnos, nos dimos un corto beso mientras acomodaba su corbata.
— solo cuídate y regresa pronto mi vida— él asintió, subió al auto y lo vi irse.
Suspire quedándome algunos minutos, entre a casa yéndome a la habitación, al entrar mi sorpresa fue ver el portafolio sobre la cama.
Me pareció extraño, pero no le tomé importancia y solo lo guardé en el despacho; los días pasaban convirtiéndose en una semana luego en dos, en donde Claus se comunicaba pocas veces por la noche y solo dos o tres minutos.
Pero al iniciar la tercera semana un mensaje de él había llegado para avisarme que en cuatro horas estaría en casa, me emocione porque hoy precisamente era nuestro aniversario.
Entre a la cocina y me puse manos a la obra para sorprenderlo, al terminar fui a la habitación y me arreglé lo más bonita que podía, con el vestido que me había regalado.
Me perfume y baje, me senté en la sala para esperarlo, los minutos pasaban hasta que se hizo dos horas y desde el mensaje que me había mandado ya eran más de seis horas de espera.
La tarde se hizo noche y él aún no aparecía, me preocupaba porque cada llamada que intente hacerle solo me mandaba en automático a buzón y en verdad solo me imaginaba lo peor.
Al ver el reloj ya eran más de las diez, me levante, al subir el tercer escalón la puerta se escuchó y al verlo entrar baje de inmediato.
Y me abrazo tan fuerte que al estar tan pegada a él pude percibir un aroma sutil de perfume.
Al separarnos me entregó un bello ramo y me beso provocando que mi mente se nublara y mi necesidad de él reaccionará hasta pedirlo a gritos.
Y solo le dimos paso a nuestra necesidad carnal por el largo tiempo de no vernos.