Años de maltrato, llevan a Jimena a tomar una decisión, con miedo a morir en el intento.
El comunicar su deseo de divorcio es tan solo el primer paso, lo más importante no es solo mantener aquella determinación, sino lograrla, si es que quiere salir de aquella situación tóxica y tener una mejor vida.
¿Realmente podrá obtener el divorcio y así su libertad?
¿Volverá a creer en el amor?
Dedicada a muchas mujeres que llevan esta vida y otras que murieron en ella.
No es tarde para empezar de nuevo.
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Capitulo 7
Los días pasaban y la barriga de Jimena crecía y crecía, su Hijo ya se movía, ella deseaba tanto que Germán cambiará en ese tiempo que no estaba junto a ella, mientras no pensaba en él, Jimena se encargaba de desear muchas cosas lindas para su hijo, pedía a Dios, que su corazón, sea el más lindo y dulce de todos, que viera a todas las mujeres, como una flor que se debe cuidar siempre, cuidar de todas las mujeres, sin importar si lo merecen o no.
Estar aislada de su esposo y la familia de él, le dio tanta paz, disfrutar de los cuidados de sus padres, los cariños, sin exigirle nada.
Sus pensamientos fueron interrumpidos, por una vos que le daba miedo y de la que había descansado por seis meses, cuando ella pensó que se alegraría al verlo, fue todo lo contrario.
_Mi amor, te extrañé._
Hablo Germán abrazándola, besando su frente y su barriga, Jimena veía mucha felicidad en él, así que sonrió feliz, había ocultado a sus padres el Maltrato, así que era conveniente, hacer como si nada le hubiese hecho.
_Vine por mi esposa, ya estuve mucho tiempo sin ella._
_¿Pensé que esperaría a que mi nieto naciera?_
Hablo Jimmy sin estar convencido de la alegría de su hijo por verlo.
_No, estoy full de trabajo y no quiero que mi hijo nazca lejos de mí._
Jimena tenía la cabeza agachada, veía molestia en su esposo.
_Los espero en una semana, papá, yo deseo ir antes, así termino de comprar las cositas._
Jimmy abrazo a su hijo, igual Susana.
A Jimena no le quedó de otra que recoger su ropa y regresar a la ciudad, junto a su esposo.
_Pareces vaca._
Mencionó Germán al estar solo con ella, en el auto.
_¿A eso viniste, a comer nada más?._
Jimena no se atrevía a responder, aunque era peor, solo agachó su cabeza y se quedó dormida en todo el camino, Germán la observaba y veía como su hijo se movía, desviando rápido su mirada, no quería sentir ese sentimiento de amor de padre.
_Cuando nace._
Hablo Carmen, sin preguntar un momento por Jimena, si estaba bien o mal, si se sentía cansada o no, era obvio que no les importaba la vida de Jimena.
_Me faltan dos semanas._
Hablo Jimena siendo ignorada, cansada se fue a recostar, pero se encontró con que su ropa no estába en la habitación matrimonial.
_Dormirás en otra habitación, mientras nace el niño, no quiero llevar molesto y cometer una locura por tu culpa._
Jimena le dolió el pecho, su mirada buscaba en Germán un poco de amor, del de antes, pero no, no era ese hombre que ella conoció, agarró su maleta y fue a su nueva habitación, saco su ropa, la de su bebé, secando sus lágrimas, su paz, su tranquilidad, ya no estaba, en ese momento pensaba mucho en el cariño de sus padres, la atención de ellos.
_Te amo mucho, hijo, prometo amarte toda la vida._
Jimena se acostó de lado, acariciando su barriga, hasta quedar dormida.
Quien me enseñó que jamás recibiera maltratos de un hombre fue mi padre, no mi madre, mi padre.