Lía Allen apenas logra escapar de la muerte a causa de su media hermana.
Ian Greco un magnate de los negocios esta decidido a encontrar a la mujer que lo tomó como pro***tuto.
Cuando la encuentra, todo cambia dos leones no pueden vivir en la misma montaña.
¿Pueden dos personas, cuyo primer encuentro fue desastroso, convivir como dos adultos civilizados? ¿Puede el amor surgir entre ellos? ¿Puede haber un final feliz?
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#.7 mentes candentes de ambos
Liliana ve su reflejo en Gina. Le tocó crecer sola en el internado, los primeros días la pasó muy mal.
Aun siendo un internado de personas adineradas y cultas. Los niños eran de lo peor.
Por ello, en cuanto pudo tomó venganza defendiendo a los más débiles, pero con mentes brillantes como lo son sus amigos.
Se veía igual que Gina en ese momento, la diferencia entre ellas es que Gina si tiene un padre, es un idiota pero lo tiene.
En sus brazos Gina se calmó, se levanta con la niña en brazos y empieza a caminar con ella.
Ven una heladería enfrente. A Gina le brillan los ojos al ver eso.
“¿Vienes con nosotras?”, incluyen a Finn.
Él no quiere, aun así se levanta de su cómodo asiento para acompañarlas.
Llegan los tres al mostrador: “Hermosa. ¿Cuál sabor prefieres?”
Gina quiere varios sabores, su padre no la deja comer dulces.
“Quiero de chocolate con chispas. ¿Y tu mami?”
Lía es alérgica al chocolate de solo recordar como Kate le jugó una broma la cual fue a dar al hospital aún le hierve la sangre.
“Uno de chocolate y una de vainilla”
Finn aún lado, solo niega querer algo, pone los ojos en blanco.
Ahora el médico más respetado en su área está acompañando a estas por órdenes de su jefe y amigo.
Pensando que la estaría pasando muy bien con varias chicas, es fin de semana, seguía maldiciendo a Ian en su corazón.
Lía abre su cartera para buscar su tarjeta, Finn se adelanta para pagar los helados.
La chica se quedó pasmada al ver la tarjeta del hombre, la primera vez que ve una tarjeta negra así.
Sale de la heladería para volver a la banca del parque. Gina camina por las nubes, hoy es el día más feliz de su vida.
Ambas disfrutan de los helados, Lía le limpia la boca a Gina. Todo está siendo transmitido a Ian por Finn que sigue de mal humor.
“¿Me ayudas con la tarea?”, muchas niñas presumen sus trabajos hechos con la ayuda de sus madres y burlándose de ella de no tener una. Hoy por fin supo de cómo se sentía caminar y comer un helado con mamá.
Lía pensó que podía acompañar a la Gina unos días.
Ahora estaba herida y está segura que si aparece Kate al no lograr terminar con ella con el accidente intentará otros métodos.
Está sola en esta ciudad, sus amigos aún no llegan.
Quedando unos días en la villa Greco estará más segura. Cuando ya lleguen sus amigos tomaré acción sobre la empresa de su madre.
Lo tomará como unas vacaciones.
“Si te ayudo más tarde, mi nombre es Liliana”
Ya no quiere que la llamen Lía, sus amigos la llaman Lina, Paulo la llamo Lía cuando la quiso o al menos eso quiere creer.
Desde la llegada de Kate, ella se volvió la niña de los ojos de Paulo.
Gina no había escuchado a alguien llamar por su nombre a su madre.
“Tienes bonito nombre, yo te llamo mamá”
Liliana no supo que decir, qué estresante es hacer entender a una niña pequeña las cosas como son.
¡Idiota y mentiroso!, maldijo a Ian en su corazón.
Le empezó a doler la cabeza por pensar demasiado. Finn lo vio en su rostro, se levanta rápidamente, le quita los vasos vacíos para entregarle al guardaespaldas.
Gina siente que algo anda mal con su madre.
“Como te sientes, ¿puedes caminar?”
Sosteniendo su mano, Finn la apoya la otra es tomada por Gina.
“Sí, solo sentí un mareo, debo tener hambre”
No quería preocupar a nadie. Finn abre la boca para decir algo, no logra decir nada antes de escuchar la voz de Ian: “Tráela ahora”
Esa voz le puso la piel de gallina el gran Ian Greco, preocupado por una chica. De inmediato llegan con el auto, la ayuda a subir con Gina, esta vez Finn se acomodó a su lado para ir cuidando de ella como médico.
En la villa Greco, Ian llama a todo el personal de la cocina: “En menos de 30 minutos quiero los platos y sopas más nutritivas”
Liliana no ha comido nada más que un vaso de leche. Aún no se recupera del todo.
Con forma avanza el auto sentía más los mareos, todo indica que son secuelas del golpe que recibió.
Gina tiene los ojos rojos, ve como Liliana aprieta su puño cerrando los ojos. Finn la ayuda a relajarse con respiraciones para poder tranquilizarla.
En unos 40 minutos llegan a la villa. Ian ya los espera en la entrada ansioso porque tardaron de más.
Atrás quedo el hombre maduro que tiene el control sobre todo.
Se acerca para abrir la puerta, sale primero Finn para ayudar a Liliana.
Esta sale del auto con la ayuda de Ian. Liliana no a comida nada desde que salió de la casa de los Allen, bebió solo un jugo.
El día del accidente se quedó dormido, lleva muchas horas con el estómago vacío.
Los jugos y el agua no aporta los nutrientes que necesita su cuerpo.
No podía permitir ver sufrir a su hija. Sin previo aviso, la levanta de suelo, Liliana no tuvo tiempo de reaccionar.
Sintió su rostro chocar con el pecho duro del hombre.
El corazón de Liliana y el de Ian latían salvajemente.
Bajo la mirada de asombro de su hija, Finn y los empleados entró cargando a Liliana de manera nupcial.
Ian, al estar en contacto con en cuerpo de Liliana, sentía como hervía su cuerpo. Ahora mismo quería fundir su cuerpo en Liliana.
Ian logra regresar a la realidad, reprochándose por tener la mente tan sucia. Solamente con Liliana le pasa, esto es lo que le preocupa.
Llegan a la mesa llena de comidas, deja a Liliana en una silla, él toma la dé al lado.
Gina se sube a la otra dejando a Liliana en medio: “tomó esto te caerá bien” Ian le pasa la sopa de algas.
Liliana con la cabeza baja empieza a comer, se siente incómoda con la mirada de todos.
A Finn se le cae la mandíbula viendo esto. No pudo evitar compartir en el grupo de los amigos que tienen en común con Ian.
“Escena jamás vista”, escrito baja la foto de Ian con Liliana en brazos.
El grupo con 5 participantes al ver la imagen no lo podían creer.
Todos saben como Ian detesta tener a mujeres muy cerca de él.
Todos ponían emojis de asombro y consternación. Ian al ver a Finn y su móvil vibra a cada segundo supo lo que estaban haciendo.
Apago el móvil y empezó a poner pedazos de filetes de pescado en el arroz de Liliana.
Gina no se quedaba atrás, el tazón de Liliana ahora está lleno.
Liliana levanta la cabeza solo para encontrar con los ojos penetrantes de Ian, con camisa negra se ve aún más sexi, la clavícula, la nuez de adán, todo es perfecto.
Al pensar en ello siente arder su rostro: “¿tienes fiebre, mami?” Poniendo su pequeña mano en su frente
Al escuchar la voz de Gina, Liliana vuelve a la realidad.
“No. La comida está caliente” no podía decir a la niña que estaba saboreando el cuerpo de su padre como aquella noche, cuando la llamo pequeña fiera.
Ian pone una sonrisa irónica, al parecer no es el único con esos pensamientos y escenas calientes.