Luna acaba de divorciarse. Su padre ahora fallecido , había gestionado su casamiento con David. Su esposo dilapidó su fortuna. Ahora debe empezar de nuevo en un abandonado Castillo que Federica , su madre bohemia , le lego antes de morir. Ella y su hija de diez años empezarán en Belmont una nueva vida. Entonces conoce a Nicolás. Y siente por él lo que nunca sintió por su esposo. Será ese hombre su primer amor verdadero ?
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Capitulo 7. Decorando.
Novela : El regalo de Federica..
Autor : Elsa Elena Isasa
La llegada de la joven Marta y su amigo Matias fue realmente una gran ayuda para Luna. Ese día llego además el camión con los muebles que había apartado cuando dejó su casa al separarse de David.
Comenzó con la ayuda de ambos a ubicar los muebles en el castillo que ya olía a limpio en todas sus dependencias. Dejaría las reformas estructurales para más adelante. No quería gastar en este momento más dinero de lo estrictamente necesario. Tenía que conseguir el colegio de su hija y los colegios privados no eran económicos.
El zaguán de ingreso quedó realmente bonito. Colocó una alfombra de yute rústica que tapaba el cuadriculado de baldosas , una mesita redonda en una esquina que había rescatado de los viejos muebles de su madre y una banqueta larga de madera que otrora estaba el el pie de su cama matrimonial .
Buscó lindos y vistosos cojines, en la mesita puso un buen florero y un retrato de su madre junto a su hija , completaban toda la ornamentación. Había entre los ruinosos muebles de su madre un candelabro que necesitaba una mano de pintura y que en el futuro sería el broche final de la estancia.
Después se dedicó a la habitación de Federica. Hizo cambiar a Marta y Matías varias veces la cama de su hija de lugar. Hasta que por fin , le gustó el resultado.
Había traído una cajonera y dos mesitas de noche de un rosa pastel que ella mismo había pintado y que Federica amaba. Completo la habitación de su hija con un mueble antiguo de su madre de caoba oscuro donde después de arrancar las puertas y limpiarlo, colocó los libros , juguetes , tesoros de su niña y algunas macetas con verdes plantas.
Su hija no tenía placard por lo que mantuvo aún mucha de su ropa en las cajas guardando las en el ante baño donde pensaba construir un vestidor para Federica.
Al medio día, antes de seguir con los arreglos se sentó con Marta y Matías a comer y beber las delicias que acercó un delivery a la casa.
En su propia habitación, trabajo a la tarde. Ya estaba cayendo el sol cuando decidió dejar para la mañana siguiente los demás arreglos.
Despidió a ambos jóvenes y se quedó un rato viendo su trabajo.
Todo lo que había hecho en ese día la dejó satisfecha. Tomó su camioneta y después de prender todas las luces volvió al Excelsior, necesitaba un baño con urgencia.
Nicolas Hamilton salió tarde ya de su empresa constructora. Pasó como todos los días frente al castillo de Federica. Estaba iluminado completamente y parecía más grande y hermoso sin las malezas que antes lo cubrían.
Decidió golpear y dejar a la hija de su amiga la llave que aún conservaba. Pero por más que tocó timbre y golpeó la puerta nadie salió.
El lugar estaba vacío.
Decidió instintivamente abrir la puerta y entrar.
Un agradable aroma a limpieza lo recibió. Miró los detalles del recibidor , recorrió las dos habitaciones ya amuebladas y pensó que el decorador tenía estilo y sin dudas mucha clase.
Las estancias eran hermosas.
Una parecía la de una niña, por el color de la cómoda y las mesitas de Luz. Habían transformado un viejo mueble oscuro de Federica en una biblioteca. Se veían libros y objetos personales de la niña.
El dormitorio de los padres era hermoso . La inmensa cama matrimonial ocupaba un gran espacio, junto a ella una alfombra , mesas de estilo transformadas en mesitas de Luz. Un sillón para lectura junto a la ventana con una especie de banco rústico que hacia las veces de mesa.
Las otras habitaciones tenían los muebles aún envueltos como el trasporte los había dejado.
Decidió irse del lugar y dejar las llaves de la casa en el lugar que siempre las dejaba.
Aparentemente la hija de Federica no pensaba vender el lugar. O quizás lo estaba decorando para posibles compradores ?
Quién sea que trabajaba en la decoración era muy buena. Quisiera el tener a una persona que tuviera esas habilidades para refrescar las casas que el compraba y arreglaba. Una casa vestida se podía vender a mejor precio.
Llegó a su departamento. Se bañó y se sirvió un trago. Con el trago en mano comenzó a preparar su cena. Nico era buen cocinero. Le encantaba la comida fresca y simple con verduras y frutas.
Puso música en el equipo y la melodía llenó el lugar. La casualidad hizo que una de las piezas del viejo disco de vinilo sea la música que bailo en el hotel con Luna. La recordó abrazada a él , fundiendo su maravilloso cuerpo apretado al suyo.
Apenas ese día la vió no pudo separar los ojos de ella. Llevaba una sugestiva solera plateada con la espalda descubierta. Era una prenda para llamar la atención , sin dudas. Y el, había caído redondo en sus brazos.
Valió la pena, se dijo. Estuvo como un estúpido a punto de decirle que fue amor a primera vista y entonces ella le habló de su esposo. La traición parecía ser el arma más efectiva de las mujeres.
Recordó lo enamorado que estuvo de Magdalena hasta verla acostada con el que consideraba su amigo.
A esta mujer , gracias a Dios, la conoció muy rápido. Aún así, la recordaba y deseaba mucho volver a tenerla gimiendo entre sus brazos. Fue el mejor sexo de mucho tiempo.
Pero fue solo eso, sexo.
El mismo quizá que esa mina tendría hoy con su esposo.
" La luna siempre está sola " , había dicho ella. Y por supuesto había mentido. Traición y mentiras parecían ser el condimento de mujeres hermosas. El ya conocía muy bien ese veneno y no lo volvería a tomar nunca más.
Muchas gracias querida Autora, eres única, cada novela es mejor que la anterior 🥹🥰