Sabrina Taylor una bella joven de 24 años enamorada a punto de casarse, el día de la despedida de soltera consigue a su prometido con una compañera de trabajo, Sabrina molesta dolida junto con su mejor amiga Eleonor se va a las Vegas con los boletos de la luna de miel, para vengarse de Martin su prometido pero ella no contaba con encontrar en las Vegas un Dios griego como ella le llama, y que en medio de una noche loca iban a terminar casándose, el motivo de Sabrina despecho, pero ¿cuál será el motivo por el cual Logan se casó con esta desconocida? Acompáñame a descubrirlo.
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Fecha de la boda
—Señor Wilson—Interrumpe mi hombre de confianza—Tengo listo lo que me pidió—me entrega la carpeta con todo la información de mi esposa Sabrina Taylor.
—Muchas gracias te puedes retirar si necesito algo más te aviso—Le hago una seña para que salga.
Estoy en la oficina de uno de los casinos, hace dos días que mandé buscar la información sobre Sabrina y hasta hoy es que vienen aparecer, estamos a jueves en la noche, termine de revisar unas cosas referentes a la contabilidad del casino, al terminar me sirvo un trago para comenzar con la lectura de la investigación.
—Señor Wilson disculpé, tenemos una novedad en el ala sur.
—¿Qué sucedió?—Me pongo de pie para salir e ir a ver.
—Tenemos dos tipos buscando a su hermano, dicen que no se irán hasta que él no salga.
—Hasta cuando mi hermano va a dejar de dar problemas y así pretende ser el dueño de todo esto—Bufo, me dirijo, al lugar.
—Buenas noches, el señor Wilson, Reinaldo Wilson—Dice uno de los hombres nada más llegó
—Soy su hermano, que desean con él—Digo tajante.
—Disculpe, pero solo tenemos órdenes de hablar con el señor Reinaldo Wilson—Se excusa el hombre.
—Me gustaría saber cuál es el problema con mi hermano, él no se encuentra en este momento, si no me piensa decir entonces le voy a agradecer que se retire.
—Nos retiramos entonces—Dice uno de los hombres enfilando a la salida.
—Vigilen a esos tipos, estoy seguro de que no se van a ir, Reinaldo no vendrá hoy y no quiero a nadie rondando por aquí.
—Como usted diga, señor Wilson, permiso —El jefe de seguridad se retira.
Camino de regreso a la oficina aprovecho para recorrer el establecimiento y saludar algunos clientes importantes.
Subo de regreso a la oficina y al entrar me consigo con Kitty, sentada en el sofá de la oficina, al verme se levanta.
—¡Login, te estaba esperando!—Se levanta del sofá y camina hacia mí contoneando las caderas.
—Kitty no estoy de humor—Le digo con frialdad.
—Últimamente, nunca estás de humor—Me dice enrollando sus brazos en mi cuello, me quedo sin hacer nada con las manos en los bolsillos.
Ella juega con mi cabello, comienza a besar mis labios, mientras estoy en el mismo lugar, se separa y se aleja, me da una sonrisa de lujuria, se quita el abrigo que tiene puesto, dejando al descubierto su cuerpo, está desnuda, debajo del abrigo no tiene nada, como muchas veces que viene al casino a lograr lo que tanto quiere.
La miro de arriba abajo, como van a creer que me voy a negar a estar con la mujer que ocupa un espacio sentimental en mi vida, aunque para ella no signifique lo mismo, me rechazó y eso no evita que deje de sentir algo por ella.
La tomo de la cintura y la apego a mí, la beso con desespero y la toco aún con más desespero, ella se aleja y me sonríe—Sabía que esto aún sigue, que no me vas a olvidar por qué sí.
—Cállate y has lo que mejor sabes hacer—Le digo con dureza, ella me da un guiño.
Quito el cinturón de mi pantalón y se dedica a hacer lo que tanto le gusta, y lo que tanto me gusta a mí.
Después de que termine y ella está tirada en el sofá esperando que entre en ella, en ese preciso momento me acordé de Sabrina, en la sensación que sentí cuando entre en ella, era tan estrecha que por un momento pensé que era virgen.
Muevo mi cabeza repetidas veces para sacarla de mi mente y entrar en Kitty de una sola estocada, después de haber terminado le pido amablemente que se vaya a su casa.
—Logan me estás tratando como a una cualquiera, te recuerdo que soy tu novia, no tu puta.
—Eres lo que me dé la gana, mi novia dejaste de serlo el momento en que me rechazaste.
—Pero amor…
—Es mejor que te vayas Kitty, tengo muchas cosas que hacer, y no te quiero ver—Le abro la puerta de la oficina para que salga.
Ella se molestó, pero igual se va, me siento, ha reflexionar que Kitty no volverá hacer conmigo lo que quiera, se acabó por qué si ella no quiso ser mi esposa, entonces que no quiera venir a comportarse como mi novia.
Tomó un trago, veo la carpeta que aún no leo, miró la hora, son casi las 5 AM, ya vamos a cerrar, pero tengo tiempo para leer, abro la carpeta, una foto de Sabrina golpea mi rostro, esos ojos azules, debajo de esas espesas cejas perfectamente arregladas, sus labios no muy carnosos, esa sonrisa tan pura e inocente que la hacen ver angelical.
Leo el informe.
Sabrina Taylor Fischer, 24 años, hija de Alberto Taylor, dueño de una pequeña empresa de comida, y de Amanda Fischer, trabaja con su esposo, hija única novia de Martín Miller, dueño de un Mini Market, Sabrina trabaja como gerente del establecimiento, estudio Publicidad y mercadeo.
—Fischer—Me digo ese apellido, tendré que investigar quienes son sus padres, seguí leyendo y vi algo que me dejo estupefacto.
Fecha de la boda 16 de julio—¡Qué mierda! ¿Cómo?, ¿se va a casar?, eso es el sábado, nunca me había sentido tan exaltado así, pero es que ella ya está casada y su esposo soy yo.
Debo irme de inmediato para New York, debo impedir que cometa una locura y esto me preocupa por qué ella tiene que vivir aquí conmigo y tener un hijo para mí.
Me levanto del asiento a toda prisa, debo correr si quiero llegar antes que ella haga una locura, llame al piloto de mi avión en dos horas, estaré listo para viajar, llegue a mi casa y me di un baño, Marícela me ofrece algo para comer, pero tengo que decirle que no, es tarde y aún debo llegar al aeropuerto.
El chófer me lleva, me subí al avión, el cual despegó sin problemas, tengo el tiempo contado, si quiero llegar a impedir esa locura, no sé la hora de la boda, solo sé que es ese día.
No he descansado nada y de paso la noche en el casino, En el cómodo asiento del avión me dispongo a dormir mientras llego junto a mí, viene mi guardaespaldas, el de más confianza, no sé con qué tipo me voy a conseguir, ya que no pude leer nada sobre el tipo ese.
Dispuesto a dormir mi cabeza, no deja de pensar por qué ella se casó conmigo en las Vegas si solo estaba a una semana de casarse, pensé mucho, pero me dejo vencer por el sueño.
Llegó a New York y son las 5 de la tarde, busco un hotel, me doy un baño, voy al restaurante que está dentro del hotel para comer algo, mi guardaespaldas también come, después se va a averiguar sobre Sabrina, según la información del informe ella vive en Queen.
Según lo que averiguamos queda muy cerca de donde estoy, así que seguro mi hombre de confianza irá y vendrá en un tiempo prudente, espero un par de horas hasta que vuelve.
—Señor Wilson le traje información—Dice un poco agitado.
—Esa es la idea de enviarte hasta allá —Le digo con seriedad.
—Disculpe, lo que quise decir es que conseguí muy buena información, se casara mañana a las diez de la mañana en una iglesia que está cerca de su casa.
—Muy bien, debo trazar un plan, el avión tiene que estar listo a esa hora mañana por qué así sea a la fuerza, me la voy a llevar a Londres.
—Como usted ordene, señor, la señorita Taylor estará en su casa antes de salir para la iglesia.
—Gracias Ismael, puedes retirarte a descansar, mañana tendremos un día agitado.
—Bien, buenas noches—Dice y sale de la habitación.
Nuevamente, me quedo pensando que voy a hacer con esa mujer, va a hacer una tarea difícil, si está enamorada de otra persona, pero es un reto que voy a tener que tomar.
El día llega muy rápido y no sé qué hacer, reflexioné mucho y estaré en la iglesia esperando el momento para intervenir, quiero ver hasta donde es capaz de llegar mi esposa.